Un rascacielos en la entrada a Sevilla desde Cádiz
Urbanismo
Urbanismo autoriza el plan especial que permite construir una torre de 20 plantas para uso terciario
La promotora busca un inversor hotelero para los suelos de Bellavista junto a la SE-30
Un paseo de esculturas y una gran avenida en los jardines de Altadis
El Sur de la ciudad que dibujaba en sus inicios el nuevo Plan General iba a ser un territorio poblado por grandes edificios emblemáticos. En especial dos que, a modo de pórticos arquitectónicos, marcarían el acceso a la capital de Andalucía. Pero con el tiempo la realidad terminó imponiéndose: de los citados inmuebles sólo quedará uno. La revolución urbanística será profunda en esta zona de Bellavista junto a la SE-30. Una torre de 20 plantas cambiará la imagen de la entrada a Sevilla desde Cádiz.
La Gerencia de Urbanismo tomó conocimiento hace unos días de la aprobación inicial del plan especial de reforma interior API-DBP-04 SE-30 / N-IV por la Junta de Gobierno Local en una sesión celebrada el pasado 24 de febrero. La nueva ordenación se entiende como una pieza aislada donde localizar usos singulares e incrementar las dotaciones previstas de espacios libres. Los criterios seguidos en el diseño de la nueva trama urbana han sido: ordenación adaptada a la realidad actual y mejora de las conexiones con la ciudad; adaptación al futuro trazado ferroviario del Puerto; y reordenación de las parcelas lucrativas establecidas en el anterior instrumento de planeamiento.
Sobre la ordenación, los técnicos de la Gerencia sostienen que la propuesta mantiene, en líneas generales, las determinaciones del Plan General, la disposición de los espacios libres y del sistema viario. La innovación con respecto a la ficha del anterior planeamiento es la distribución de la superficie lucrativa en tres parcelas en lugar de las dos inicialmente previstas. Se plantea un único acceso al sector que incluye las entradas y salidas respetando el futuro trazado del ferrocarril. La movilidad interna se resuelve con un único carril de un sólo sentido en forma de anillo. Las parcelas lucrativas se destinan al uso pormenorizado de Centros y Servicios Terciarios, “posibilitando la implantación de un edificio en altura que genere un elemento significativo en la puerta de la ciudad desde la carretera de Cádiz”.
En cumplimiento de la Ley de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental, la delegación territorial de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, informó el 25 de marzo de 2022 que el Plan Especial del API-DBP-04 no tendrá efectos significativos sobre el medio ambiente.
La altura máxima del rascacielos será de planta baja más 19 pisos, con una superficie de 5.375 metros cuadrados y una edificabilidad de 13.200 metros cuadrados. La torre estará acompañada por otros dos edificios de planta baja más cinco pisos. La superficie total es de 33.310 metros cuadrados y la edificabilidad de 40.615 metros cuadrados. El inmueble más alto de la ciudad es Torre Sevilla, que cuenta con 180,5 metros de altura y 40 plantas, el doble.
La promotora, la inmobiliaria Aliseda, comercializa la parcela para uso hotelero. En la descripción del entorno, detalla que el solar situado en el Polígono Industrial Pineda “está a unos 20 minutos del centro de Sevilla, contando así con todos los servicios que ofrece la población. Además, a pocos metros del solar discurre el cauce del río Guadaira, lo que confiere a la zona grandes zonas verdes, parques, campos de golf, etc. Queda cerca de hospitales, centros educativos de varios niveles y la estación de tren de Jardines de Hércules”.
El visto bueno al plan especial que permite levantar un rascacielos en esa zona de la ciudad recuerda al inmueble singular de 105 metros de altura diseñado por Antonio González Cordón hace casi 20 años.
Paradójicamente, en esta parte del Sur de Sevilla el tope de altura permitido por el nuevo Plan General iba a ser de 15 plantas. Pero el interés de los propietarios por construir un inmueble de calidad provocó que, frente a lo acordado en su día –el Consistorio y la empresa Viconfort, entonces titular de los suelos, suscribieron un convenio de recalificación en el mes de enero de 2004, tiempo antes de la aprobación plenaria del documento inicial del PGOU–, se tramitase ex profeso, y con toda celeridad, un marco urbanístico casi en función de sus necesidades que, si bien no alteró sustancialmente los parámetros globales aprobados oficialmente en su día, sí facilitó sobremanera la construcción de un rascacielos. La zona se encuentra ahora en plena transformación debido a la construcción de numerosas promociones de viviendas.
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