Una revolución con nombre propio para la farmacia hospitalaria

En un sector como la Farmacia Hospitalaria, en el que sus tradicionales funciones abren paso a nuevos tiempos de proximidad y cercanía a los pacientes, un barbateño, pero de sevillanía más que acreditada en sus más de 20 años de trayectoria profesional como referente nacional desde su pequeña consulta en el Hospital de Valme, tiene mucho que decir. 

Ramón Morillo es un farmacéutico todoterreno, pero no sólo por lo rápido y ágil que se mueve por unas gratas instalaciones que integran consultas, despachos, laboratorio y almacenes de dispensación farmacéutica, también por su amplia y variada aportación a la especialidad, desde que en el año 2001 aterrizara en este servicio en el hospital sevillano, donde este prestigioso farmacéutico, nada vinculado por tradición familiar con la Medicina (hijo de mecánico y ama de casa), llegó por “cuestiones familiares” tras una remozada estancia en Madrid, donde se preparó el FIR y se adentró en el mundo de la farmacia más allá de la botica.

Hoy, casi tres décadas después de aquella etapa dorada de la que, asegura, guarda buenos recuerdos, pero mejores amigos, sabe que acertó cuando eligió, primero, estudiar la carrera de Farmacia, por una cuestión “práctica”, ya que no llegó a tener nota para Fisioterapia; y, segundo, decantándose por la Farmacia Hospitalaria, entre las otras opciones de la especialidad, “por ser la más puntera” y la que “más desarrollo profesional” podría darle. 

No se equivocó y a los hechos hay que remitirse. Su carácter proactivo le ha llevado a ser hoy uno de los baluartes de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), donde su línea de aportación se centra en la adaptación de los roles asistenciales del farmacéutico especialista en el paciente actual de patologías víricas, y donde es coordinador desde hace más de una década del proyecto MAPEX, el mapa de atención farmacéutica a pacientes externos, hecho en Sevilla y pionero, no sólo en España, sino a nivel internacional.

Esto es, trabajar con una metodología basada en tres claves que han dado la vuelta al mundo: seguimiento personalizado; trabajo por objetivos determinados en una entrevista motivacional en consulta; y seguimiento longitudinal y mantenido en el tiempo, apoyado en las nuevas tecnologías, entre ellas la telefarmacia.

“Fue algo que detectamos hace 10 ó 15 años y desde entonces trabajamos en esa línea, la de crecer para dar un mejor servicio a través de un trabajo orientado más hacia las necesidades de los pacientes que a la simple dispensación de un medicamento”, detalla Ramón Morillo.

Y, partir de aquí, el currículum innovador de este farmacéutico del Valme no tiene parangón. El año pasado recibía el reconocimiento en los I Premios Redacción Médica a la Sanidad Andaluza en la categoría de Farmacéutic@s. Se alzó con el premio tras una nominación junto a cinco candidatos andaluces más. El motivo, su liderazgo en la elaboración de una guía práctica sobre atención farmacéutica mediante telefarmacia dirigida a profesionales y pacientes. Aportó como novedad proporcionar el primer documento internacional que profundiza en los beneficios de la telefarmacia como herramienta complementaria a la atención presencial.

En el año 2020, este farmacéutico también lideró otro avance nacional de su colectivo profesional. Coordinó la nueva guía nacional para mejorar la adherencia a la farmacoterapia de los pacientes VIH.

Fruto de su compromiso con la mejora continua, lideró en su servicio hospitalario en el hospital sevillano el proceso para la consecución del sello nacional de calidad para la atención farmacéutica de pacientes externos. De este modo, en el año 2020 Valme fue pionero en obtener este reconocimiento nacional otorgado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Concretamente, esta nueva norma de calidad se denomina Q-PEX y tiene como objetivo gestionar la excelencia fijando estándares para acreditarla centrándose en el ámbito del paciente externo. Esta peculiaridad responde al hecho de que este colectivo representa el grueso para la gestión de las farmacias hospitalarias.

Con la efervescencia de las redes sociales, en el año 2018, Ramón Morillo impulsó desde el servicio de Farmacia del Valme un proyecto dirigido a promover la salud a través de la divulgación de conocimiento utilizando las nuevas tecnologías de la comunicación como canales con el objetivo de acercar información a la ciudadanía para promover el uso responsable de los medicamentos y garantizar su seguridad mediante indicaciones que previenen de sus riesgos.

En 2017, coordinó la edición de un libro sobre la transformación de la atención farmacéutica al paciente con patologías víricas en la última década. Ello, fruto del liderazgo a nivel nacional del nuevo modelo de atención farmacéutica, para cuya implantación en el resto de comunidades se celebra año tras año un curso nacional.

Desde el punto de vista de la investigación, también cuenta con diferentes publicaciones en revistas científicas de carácter internacional vinculadas con el innovador modelo de AF CMO, un modelo de atención farmacéutica pionero a nivel mundial con ADN sevillano, impulsado por este profesional.