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Rafa Díaz, el diseñador que convierte al plebeyo en rey para la cabalgata de Sevilla

El modisto Rafael Díaz confecciona los trajes de los personajes principales del cortejo, de los reyes magos a la Estrella de la Ilusión, desde el año 2016

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El modisto Rafa Díaz cuenta su experiencia como diseñador del vestuario de los personajes principales de la cabalgata de Sevilla / Juan Carlos Muñoz

Me siento rey”. Ese es el mejor piropo que le pueden decir a Rafa Díaz el 5 de enero. Más de 200 horas de trabajo toman forma, encuentran su lugar y la satisfacción alcanza su punto más elevado para este modisto. Es el encargado de confeccionar los trajes de las figuras principales que salen en la cabalgata de Sevilla: los Reyes Magos, el Heraldo, la Estrella de la Ilusión, el Gran Visir, el Mago de la Fantasía y la diosa Palas Atenea. Un elenco que forma parte de un cortejo compuesto por más de 30 carrozas que derrochan buen gusto y despliegan ilusión y magia a lo largo y ancho de toda la ciudad. El diseñador lleva en esta faena desde el año 2016 y visitar su taller, enclavado en Salteras, durante estos días es encontrar en un mismo espacio trajes de flamenca, de invitadas de boda y telas con evocaciones de todo tipo. Del Antiguo Egipto al brillibrilli clásico que impregna estas fechas.

Los lunares –que ya está cerca We Love Flamenco, evento en el que participa el modisto– se mezclan con el terciopelo, las lentejuelas, los brocados y las sedas. Cuatro manos bregan a destajo. La máquina de Ángela, la costurera que trabaja con él, no para de sonar ni un segundo. Y es que por cada uno de los trajes de los personajes principales que salen en la cabalgata emplean más de una semana. Algo más de 200 horas que pasan por delante de los sevillanos, según indica el diseñador, “como si fuera un sueño”. Un paso fugaz que muchas veces impide dar cuenta de los muchos pormenores que llevan las prendas. “Siempre tenemos que trabajar con una altura y tienen que llevar detalles muy llamativos. Deben ser cosas muy exageradas, porque debemos tener en cuenta la distancia y las luces”, explica Díaz a este periódico. Además, el conjunto debe llevar una armonía estética que cuenta con la infalible supervisión de la dirección artística del Ateneo de Sevilla, entidad cultural que lleva 108 años organizando el cortejo de la ilusión.

Una cabalgata de día y otra de noche

“Además, contando con que a partir de las seis de la tarde se va haciendo de noche...Es como decimos aquí, en Sevilla tenemos dos cabalgatas, la de día y la de noche, porque son totalmente diferentes”, indica Díaz y destaca que cuando el cortejo parte del Rectorado tiene “un brillo y un colorido” que se transforma por completo cuando cae la noche y se iluminan las carrozas. Factor que afecta directamente a los trajes, “que también cambian con las luces”. Este año, bromea Díaz, “el Heraldo va a brillar con luz propia”.

Las coronas y sombreros que este año utilizarán los Reyes Magos, el Heraldo y la diosa Palas Atenea. / Juan Carlos Muñoz

Un personaje que encarnará Ángel Cornejo, colaborador del Ateneo dedicado a la atención a la ciudadanía en el Hospital Universitario Virgen del Rocío. Su papel –como los del resto del elenco– se anunció en julio. Desde esa fecha se empieza a pensar en el diseño del vestuario. “En septiembre comenzamos a tener entrevistas para que nos vayan diciendo sus ideas, porque lo que queremos es personalizar el traje a cada uno”, detalla el diseñador en referencia a algún “detalle” que se pueda incluir en la vestimenta con el objetivo de que “se aprecie, sea representativo y personal”. El abanico es amplio. Los colores que representan a los dos equipos de fútbol de la ciudad o referencias a las hermandades de los protagonistas. Este último caso fue el del periodista Carlos Navarro Antolín quien, el año pasado, portó las cinco cruces de Jerusalén en su fez de Gran Visir, como alusión a su Hermandad del Silencio.

El modisto también recalca que, en esta especie de ritual que comienza cuando el mercurio aún marca altas temperaturas, no se disfraza a nadie. “Es una palabra que no nos gusta”, recalca, porque “van vestidos de reyes magos y los hacemos sentir así”. De hecho, desde que se anuncian los nombres de los protagonistas –que este año serán Fernando de la Portilla, Jesús García y Fede Quintero– en el Ateneo se les empieza a llamar “majestades”. “Allí desaparecen los nombres, al principio se lo toman con un poquito de guasa, pero así pueden ir metiéndose en el papel del personaje que van a representar”, indica el modisto con palpable ilusión.

El empeño por que se sientan parte de la realeza –por unas horas– va más allá de omitir sus nombres propios. En este proceso de diseño y confección de las vestimentas hay viajes a otros países para buscar telas con el fin de dar un giro de guion, una vuelta de tuerca que consiga sorprender. “Nos vamos a la India o a Marruecos, porque queremos que todo sean telas acordes al traje”, valora Díaz y pone como ejemplo que incluso el calzado es especial. Zapatillas de pico o manoletinas bordadas son algunos de los complementos que han formado parte de los trajes en estos casi ocho años de andadura. “Este año, de la India nos hemos traído sedas y varios saris” que formarán parte del vestuario.

En cuanto a lo que se aprecia a simple vista como túnicas, casacas y capas se busca que sean lo más confortable posible: “Tienen que ser cómodas, porque tiran 8.000 o 10.000 kilos de caramelos y no paran de moverse de un lado a otro desde que se suben a la carroza”. También pone como ejemplo el caso del Heraldo quien, junto a su séquito de beduinos, recorre el centro de la ciudad para recoger las llaves de Sevilla en el Ayuntamiento. “Él va a caballo y tenemos que tenerlo en cuenta” para que pueda moverse con agilidad.

Una de las túnicas que se iba a utilizar este año para uno de los trajes de los Reyes Magos. / Juan Carlos Muñoz

Aunque también afirma, con una sonrisa en la cara, que los mayores retos y exigencias se los impone él mismo. En ese afán por superarse en cada edición, todavía no ha llegado nadie que le pida algo más difícil que lo que dictan sus propias ideas. Hace dos años, tuvo que trabajar con una tela de terciopelo bordada con lentejuelas. “Eso costó la misma vida... yo tenía que ir ayudando a la modista, porque era muy complicado mover el abrigo y pasarlo por la máquina”, recuerda mientras se lleva las manos a la cabeza. También señala que su labor no acaba hasta el mismo día 5. El año pasado, sin ir más lejos, tuvo que “meter la tijera a una de las mangas” de la vestimenta del Rey Melchor “y dejarlo simplemente con la manga de la túnica” pocas horas antes de salir.

Referencias en grabados y películas

Para una cabalgata única, como es la de Sevilla, la búsqueda de referencias es constante. Díaz encuentra su particular muestrario en los viajes que realiza, pero también en grabados, en fotos antiguas de reyes o en imágenes de maharajás que puedan servir para sacar algún detalle que después incluye en los turbantes, las mangas o las capas. También encuentra inspiración en el séptimo arte. Películas clásicas, como El último faraón, le han servido para poner en pie algunos diseños.

Un vestuario que tarda mucho tiempo en idearse, en ponerse a punto y que pasa por delante de todos de manera fugaz. Para el modisto, apenas pasa un suspiro desde que los Reyes Magos tiran al cielo ese primer puñado de caramelos hasta que el cortejo se recoge con el afán de vivir la noche más mágica del año. Semanas de intenso trabajo de las que, al final, solo guarda “las fotos” y “la satisfacción” de “verlos a ellos disfrutar”. Lejos de mirar su trabajo con nostalgia, afirma con rotundidad que “siempre” le “ha gustado mucho la cabalgata y parece que la profesión y la trayectoria me lo han regalado”.

Apenas quedan unos días para que toda la ciudad disfrute de sus diseños, para dejar a todos boquiabiertos con nuevos detalles, colores y telas nunca vistas. Un viaje a otras culturas que viste de magia y elegancia la cabalgata. Esa que cumple con el cometido de llenar a todos de ilusión y hace que muchos niños –y adultos– sueñen con ser el próximo Rey Mago para sentirse parte de la realeza durante unas horas.

La artista Laura Gallego, el año pasado encarnando a Palas Atenea. / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

La diosa Palas Atenea más guerrera que ha conocido Sevilla

La cantante Laura Gallego encarnó el año pasado a la diosa Palas Atenea. En la antigua religión griega, esta divinidad era una diosa de la guerra y tradicionalmente se representa con una lanza y un escudo. La idea de mostrar su versión más combativa –lejos de túnicas y laureles– llevaba un tiempo rondando la cabeza del modisto. "Siempre la habíamos vestido clásica y nosotros queríamos ponerla un poco más guerrera", recuerda. "Así que cuando Laura Gallego vino con su idea y le contamos la nuestra ella dijo vamos con ello sin pensárselo dos veces", señala. De hecho, fue uno de los vestuarios más deslumbrantes del cortejo. Plumas, un vestido dorado con mucho brillo, un enorme casco al estilo romano y pan de oro para el maquillaje. "De hecho, ella quería salir a la coronación con una lanza y una escudo", bromea Díaz.

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