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La exhumación de Queipo de Llano de la Macarena: cronología de una polémica alargada en el tiempo

Memoria histórica

La hermandad empezó a mover ficha en 2009, cuando suprimió las referencias franquistas de la lápida

Los restos de Queipo de Llano ya no están en la Macarena

El Gobierno envía una carta para exhumar a Queipo de Llano de la Macarena

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Exhumación de Queipo de Llano

La exhumación del general franquista Gonzalo Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena ya se ha hecho realidad. La carta enviada por el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, para que se tomara esta medida cuanto antes después de que entrara en vigor la nueva Ley de Memoria Democrática se ha cumplido en la madrugada de este jueves 3 de noviembre.

Hasta tres hermanos mayores se han enfrentado las últimas décadas a la polémica generada por la permanencia -en un lugar privilegiado del templo- de los restos mortales de Queipo de Llano y de su mujer. Durante este tiempo se han escuchado propuestas desde la corporación y se ha tomado alguna que otra medida para frenar las críticas, pero lo cierto es que los restos mortales del general franquista (que tuvo un papel primordial para que el bando nacional obtuviera la victoria inmediata en Sevilla) continúan en un lugar bastante visible de la Basílica de la Macarena, uno de los edificios más visitados de la ciudad.

La misiva del Estado ordenaba a la corporación religiosa a sacar estos restos mortales y los del general Francisco Bohórquez, por ser "auditor de guerra", en cumplimiento de la nueva Ley de Memoria Democrática. Sobre dicha exhumación se han pronunciado numerosos políticos del ámbito local, autonómico y estatal.

Sin referencias franquistas

La primera medida que se tomó al respecto fue en 2009, al final del segundo mandato de Juan Ruiz Cárdenas como hermano mayor de la Macarena. En aquel momento, y sin aviso previo, se retiraron de la lápida de Queipo de Llano todas las referencias militares y franquistas. Sólo se le dejó el título de hermano mayor honorífico, concedido por su contribución a la construcción de la basílica, motivo por el cual en 1954 recibió sepultura en ella, bajo un altar (situado a la izquierda del templo conforme se entra) en el que ahora se venera una imagen de San José.

Fue el primer paso para afrontar una nueva realidad. José Luis Rodríguez Zapatero estaba al frente del Gobierno de España (era su segundo mandato) y la Memoria Histórica ya había conocido su primera ley. La Hermandad de la Macarena protagonizaba, así, un "gesto" para adaptarse a dicha normativa. Este paso provocó divisiones en la propia corporación y en la ciudad. Algunos defendían que el general siguiera allí enterrado con todas sus referencias, al haber resulado clave su participación en la construcción de la basílca, y otros consideraban que debería ser sacado de allí por sus "crímenes". Ha de recordarse que aquella ley no sólo prohibía "honores" a personas vinculadas con la dictadura de Franco en lugares públicos, sino también en edificios privados "con proyección pública", como es el caso del templo macareno.

Una moción municipal

A Juan Ruiz Cárdenas le siguió Manuel García en el cargo de hermano mayor. Durante sus dos mandatos este debate siguió abierto. En este periodo, el 29 de julio de 2016, el Pleno del Ayuntamiento, a propuesta de IU, aprobó una moción que incluía un punto que exigía la salida de Queipo de la Macarena. Fue respaldada por todos los grupos políticos municipales, excepto por Cs y PP, que se abstuvieron y votaron en contra, respectivamente.

A la ley estatal se sumó, en 2017, la ley andaluza sobre Memoria Histórica y Democrática que, pese a su entrada en vigor, más allá de que el debate siguiera abierto, no obligó a la corporación religiosa a tomar ninguna medida concreta. Eso sí, la polémica continuaba en la calle, y en varias ocasiones la fachada de la basílica amaneció con pintadas exigiendo la salida de Queipo de allí. La Junta de Andalucía, gobernada entonces por la socialista (y cofrade) Susana Díaz, optó por la vía del diálogo para evitar una confrontación con una corporación integrada en la actualidad por 17.000 personas. Una institución cuyo eco mediático traspasa las fronteras nacionales.

El columbario como alternativa

En 2018, ya con José Antonio Fernández Cabrero como hermano mayor, la tumba del general franquista volvió a la actualidad informativa. En julio de aquel año Cabrero planteó una propuesta que podría solucionar un asunto tan espinoso: el columbario que se construiría en la antigua sacristía del templo. Los restos mortales de Queipo podrían tener allí cabida, siempre con el consentimiento de los familiares, a quienes habría que consultarles por tal opción. Ha de recordarse que del conocido en su día como "virrey" de Andalucía -por el poder que acumuló en los primeros años de la dictadura- no queda ningún hijo vivo, sólo nietos.

Lo cierto es que aquel columbario lleva varios años abierto y que los restos de Queipo siguen donde se encontraban. Poco se ha avanzado, pese a la presión ejercida por buena parte de la ciudadanía, especialmente tras la salida y traslado de los restos de Franco del Valle de los Caídos, en el otoño de 2019.

Una alfombra para disimular

Mientras, la hermandad ha querido quitarle hierro a este asunto y ha optado por disimular lo más posible su presencia en la basílica. De hecho, en fechas recientes, y tras afirmar el ministro de Memoria Democrática, Félix Bolaños, que con la nueva ley el general no debía permanecer en ese lugar de privilegio, la corporación cubrió con una alfombra su lápida y la de su mujer. A ello se añade que durante varias épocas del año permanecen tapadas con el montaje del belén o de los pasos.

Finalmente, este lunes y tras darlo a conocer el Diario.es, la secretaría de Estado para la Memoria Democrática ha enviado a la hermandad una carta en la que le obliga a exhumar de forma inmediata estos restos para cumplir con la ley ya en vigor. Una misiva que llega cinco días después de que el hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, expresara que aún existe mucha división por este asunto entre los miembros de la corporación, motivo por el cual pedía al Gobierno un decreto para saber "qué hacer" con Queipo. El Ejecutivo de Pedro Sánchez le ha dado ahora la respuesta. Sólo queda saber el cuándo y el cómo.

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