Puerta de la Carne: Una reconstrucción del siglo XXI
Profesores de la US realizan una recreación digital con técnicas de videojuegos de esta joya de Hernán Ruiz II y proponen su recuperación real
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Una joya arquitectónica del siglo XVI reconstruida con técnicas digitales del siglo XXI. Tres profesores de la Universidad de Sevilla han reproducido virtualmente una de las puertas históricas más importantes del recinto amurallado de Sevilla: la Puerta de la Carne, cuya traza se atribuye al arquitecto Hernán Ruiz II. Se trata de la reproducción más fidedigna y real realizada hasta la fecha, al igual que en investigaciones anteriores habían hecho con las puertas de Triana y Real. Tras una amplia revisión y análisis de datos e imágenes históricas, el modelado digital se integra con el escaneado 3D del entorno actual mediante técnicas de motor gráfico de videojuegos. El trabajo se ha publicado en una prestigiosa revista internacional: Virtual Archaeology Review (https://doi.org/10.4995/var.2024.22578).
Los autores de esta investigación y de la reconstrucción gráfica son Antonio Gámiz Gordo, del departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura; y Daniel Antón García y Pedro Barrero Ortega, del departamento de Expresión Gráfica e Ingeniería en la Edificación de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación. “El trabajo no busca inventar una puerta, sino hacer una recreación digital fidedigna que permita su reconstrucción real. Por ello, no sólo se estudia la puerta sino también su entorno urbano”, explica Antonio Gámiz.
Las tres puertas que han estudiado y recreado hasta ahora podrían recuperarse para el urbanismo de Sevilla, para ofrecer una importante referencia visual –hoy desaparecida– de los accesos al centro histórico de la ciudad. Así lo ha defendido durante años el arquitecto y catedrático Rafael Manzano, reconocido con el prestigioso premio internacional Richard Driehaus en 2010. “No se conserva ninguna de las tres puertas atribuidas a Hernán Ruiz que hemos estudiado. La siguiente que pretendemos analizar será la de Carmona. Cualquiera de ellas podría reconstruirse, como ocurrió con el desaparecido pabellón de Mies van der Rohe en Barcelona, o con el Campanile de Venecia”, señala Barrero.
Hacia el año 1560 el prestigioso arquitecto Hernán Ruiz II, autor del remate renacentista de la Giralda, ideó un plan de renovación de las puertas medievales del recinto amurallado islámico de Sevilla. “En su lugar se levantaron otras más funcionales y de carácter monumental, que pueden considerarse como verdaderos símbolos de modernidad del siglo XVI”, apuntan los investigadores. Sin embargo, la pérdida del valor defensivo de las murallas propició su abandono en el siglo XIX. En ese momento, las puertas fueron consideradas como un obstáculo para el progreso, y casi todas fueron demolidas, entre ellas la Puerta de la Carne en 1864, una de las más bellas y singulares de la ciudad.
Para la reconstrucción digital estos profesores han tomado como referencia las recomendaciones de ICOMOS de 1966, la Carta de Londres de 2006 y los Principios de Sevilla de 2009, ratificados por ICOMOS en 2017; advirtiendo que aún no existen unos postulados específicos para la recreación del patrimonio arquitectónico desaparecido y su divulgación.
Respecto a la metodología elegida para la Puerta de la Carne, esta investigación ha reunido y analizado, por primera vez, imágenes históricas muy diversas. “Dicho legado gráfico permite comprender y visualizar destacadas transformaciones arquitectónicas en su entorno urbano”. Concretamente, la puerta se alzaba en la confluencia de la actual Cano y Cueto con Santa María la Blanca.
Las primeras imágenes de finales del siglo XVI muestran, de forma muy esquemática la puerta, aún sin remodelar. Entre las representaciones de su entorno extramuros resultan de especial interés los planos de Olavide (1771), Hurtado (1786) y otras imágenes del XIX. Un óleo anónimo datado hacia 1800 ilustra los festejos taurinos celebrados, entre la Puerta de la Carne y el matadero de la ciudad, situado en sus inmediaciones. Según datos recopilados por los autores, estos espectáculos tendrían lugar al menos desde el siglo XVI.
También resultan de interés las vistas de Ford (1831) y de Domínguez Bécquer (1838). En ellas se detallaron dos privilegiados miradores desde los que se contemplaban los citados festejos, en la actual calle Cano y Cueto número 7, y en la esquina de dicha calle con Santa María la Blanca. “Ambos miradores existen hoy y aparecen en dos excepcionales fotografías de Vigier (h. 1851) y de Gaudin Frères (h. 1855). El interés arquitectónico de la Puerta de la Carne motivaría su elección como uno de los símbolos de Sevilla incluidos en estas primeras colecciones fotográficas, justo después de la aparición de esta técnica”.
También se han localizado planos de finales del XIX que ilustran transformaciones posteriores a la demolición de la puerta y la aparición de nuevas manzanas edificadas extramuros. “Entre ellos resulta muy valioso un plano de alineaciones de fachadas, en el que se dibujó a escala la posición del hueco de la puerta y la muralla, incluyendo cotas. Dicho plano ha permitido implantar la puerta desaparecida en su entorno actual con un margen de error inferior a 10 centímetros, superponiéndolo a la nube de puntos obtenida con escáner láser de dicho entorno”.
Aunque en el lugar que ocupaba la Puerta de la Carne aún no se han realizado trabajos arqueológicos, ha sido posible obtener una rigurosa reconstrucción digital gracias a las fuentes documentales gráficas disponibles. “Futuras excavaciones arqueológicas podrán corroborar los resultados obtenidos respecto a su precisa ubicación en planta”, añaden los autores.
Las citadas fotografías de Vigier y Gaudin Frères han permitido reconstruir de forma científica la composición y proporciones arquitectónicas del modelo analizado. Además, para croquizar y resolver sus detalles se ha consultado el Libro de Arquitectura de Hernán Ruiz II (c. 1569), un manuscrito conservado en la biblioteca de la Escuela de Arquitectura de Madrid, y el Tratado de Arquitectura de Sebastiano Serlio (1560).
La Puerta de la Carne tenía, además, unas características peculiares. Contaba con una limitación en la altura de la bóveda porque por encima pasaba la conducción que llevaba el agua desde los Caños de Carmona al Real Alcázar.
La metodología de investigación seguida en esta puerta difiere de otras anteriores de los propios autores en las que se contó con resultados de excavaciones arqueológicas (Puerta Real) o con algunos restos arquitectónicos conservados (Puerta de Triana). En todo caso, se ha diferenciado el tratamiento gráfico del entorno urbano existente y de lo reconstruido, para garantizar la autenticidad de la visualización digital, según las recomendaciones de la Carta de Londres de 2006.
Considerando que las imágenes históricas ya ilustran el contexto urbano en otros tiempos, la reconstrucción digital se muestra en su entorno actual. “El modelo digital de la Puerta de la Carne se ha insertado en el escaneado 3D, usando técnicas de motor gráfico de videojuegos” según indica Daniel Antón.
“Se trata de dar valor a este singular patrimonio arquitectónico y urbano desaparecido, para dar a conocer su importancia más allá del ámbito investigador y universitario. El lugar donde se encontraba la Puerta de la Carne carece hoy de especial atractivo para los habitantes de la ciudad y para muchos turistas interesados en sus rincones más inmortales. Sevilla, una ciudad que cuenta con un rico patrimonio y obras arquitectónicas muy destacadas, tiene ahora la posibilidad de reconstruir con rigor científico la Puerta de la Carne. La propuesta gráfica aquí presentada podría pasar del dibujo a la realidad en un futuro próximo, como símbolo de identidad y fuente de progreso para la ciudad”, concluyen los autores.
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