El dueño de un pub de Sevilla se muestra arrepentido tras no dejar entrar a jóvenes con diversidad funcional
Polémica
Dos asociaciones de personas con diversidad funcional de la provincia de Cádiz han denunciado públicamente que varios de sus miembros fueron discriminados el pasado fin de semana en un bar de la Alameda de Hércules, en el centro de Sevilla, al negarles la entrada. El dueño del establecimiento ha confirmado estos hechos a este periódico y se muestra "profundamente arrepentido" por lo sucedido.
Según relatan la Asociación Vejeriega de Ayuda al Discapacitado (Avadis) y la Asociación para la Integración de Personas con Diversidad Funcional de Conil (Ahinco), varios de sus miembros realizaron una escapada a Sevilla el pasado fin de semana acompañados por seis de sus monitores. Tras cenar, decidieron entrar en el Pub 1987. Como el resto del público, aguardaron la cola para acceder al local, y, según cuentan, notaron que que los porteros se fijaron en ellos. Cuando les llegó el turno de entrar, les negaron el acceso argumentando que el aforo del local estaba completo. Algo que, según una de las monitoras del grupo, era falso, pues, tras esta respuesta, entraron al establecimiento otras personas que junto a ellos esperaban para acceder al local.
Cuando una de las monitoras les comentó que había personas pasando y ellos tenían el mismo derecho que los demás, el portero dijo que "no se podía hacer responsable de todos", lo cual consideran "innecesario", ya que iban seis monitores y "ellos son lo suficientemente mayores para ser responsable de sí mismos”. Ante esta situación, y al exponerles el portero que tenían que consultar si podían dejarlos pasar, los gaditanos decidieron marcharse del lugar, no sin antes hacerse una foto en la puerta del establecimiento para que "todos sepan que en ese lugar discriminan a las personas con diversidad funcional".
"Lo triste de toda esta historia es que es real. Sucedió tal cual lo cuentan. No puedo más que pedir disculpas por lo sucedido una y otra vez", explica el dueño del Bar 1987, Jacinto Benítez, más conocido como Javi. "Las dos personas que estaban en la puerta no representan a todos los que trabajamos en este bar. 1987 es un bar inclusivo, es un bar LGTB, estamos en contra de todo tipo de discriminación. Ni siquiera somos una discoteca ni un bar de postureo. Esto nunca tendría que haber sucedido", continúa Benítez muy afectado y emocionado.
El dueño del establecimiento reconoce que los porteros, personal de confianza, le aseguraron que algunos de estos jóvenes eran menores de edad. "No quiero escurrir el bulto. Lo que sucedió estuvo muy mal. No sé por qué se actuó así, ya que en el grupo, como después he podido comprobar, no había menores. Lo que me duele no son los insultos, ni los efectos que esto pueda tener sobre mi negocio, sino la injusticia que se ha cometido y saber que no es la primera vez que estas personas son discriminadas. No puedo justificar lo injustificable".
Benítez, que en el momento de los hechos no se encontraba en el local, asegura que ya ha pedido disculpas personalmente a las dos asociaciones afectadas y que éstas las han aceptado.
Tras los sucesos del pasado fin de semana, el Ayuntamiento de Vejer se hizo eco de lo ocurrido y el teniente de alcalde, José Ortiz, informó de que que enviarían sendos "escritos de denuncia al Ayuntamiento de Sevilla y a la Junta de Andalucía para que se actúe".
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