Un provincia para bebérsela en autobús
Enoturismo en Sevilla
La Asociación de Productores de Vinos y Licores de Sevilla plantea tres rutas vinícolas en autocar
El vino se ha convertido en uno de los recursos turísticos más importantes de la provincia de Sevilla, un descubrimiento para muchos y un tesoro por conocer para otros. Para sumergirse en este mundo, en paisajes de viñedos y sentir la magia del vino, nace el Bus del Vino. Un autocar que empezará a realizar rutas programadas que muestren las distintas zonas vinícolas de la provincia. Cultura, monumentos, naturaleza, catas y lugares únicos con solera, encanto y magia, se darán cita en una excursión que comenzará en el mismo momento que el visitante accede al autobús. Un recibimiento con una copa de vino, un ambiente creado con música y un vídeo que sirva de introducción a lo que será un día inolvidable. La bodega o destilería será una parte del viaje, el pueblo, su entorno, sus gentes, costumbres y monumentos arquitectónicos y naturales se desgranaran para crear en la mente del usuario la imagen de una experiencia única.
La misión de este proyecto, que espera contar con el apoyo de la Delegación Provincial de Turismo de la Junta, que preside Rosa Hernández o la Diputación, comandada por Fernando Rodríguez Villalobos, es contribuir a la difusión de su imagen y su identidad, dar a conocer los vinos y licores de la provincia de Sevilla, sus bodegas, sus raíces… y familiarizar y fidelizar al ciudadano con ellos.
También quieren acercar al ciudadano al mundo rural, mejorando el conocimiento de nuestros pueblos y su patrimonio, así como permitir descubrir a una población ávida de nuevas experiencias al mundo del vino. Para ello, se potencian las visitas a las bodegas y destilerías y el enoturismo como nueva vía de conocimiento y entretenimiento.
No obstante, estas rutas quieren también impulsar el consumo responsable del vino y los licores y las industrias en lugares empresarialmente endémicos. Por último, las rutas se hacen en autobús para facilitar el acceso a los clientes y evitar que cojan sus coches particulares.
Esta propuesta turística, impulsada por la Asociación de Vinos y Licores de Sevilla, presidida por Rafael Salado, quiere implicar a buen número de empresas sevillanas. Desde Autocares Rosabus a la Yeguada Las Arenas, pasando por restaurantes y hoteles de la provincia. Aunque las auténticas protagonistas serán las bodegas y destilerías. Las participantes serían las siguientes: Bodegas Salado, Bodegas Góngora, Bodegas Vinos Blanco de Autor, Bodegas Loreto, Bodegas Colonias de Galeón, Bodegas Fuente Reina, Bodegas El Duende, Bodegas la Margarita, Destilería La Violetera, Destilería el Clavel, Bodegas González Palacios y Destilería Anís Los Hermanos. Las rutas constarán de varios pasos: recepción de turistas, explicación de la ruta, visita a las viñas con desayuno campero, visita y degustación en la bodega, visita a espacio emblemático o patrimonio histórico/cultural del municipio, almuerzo en bodega o restaurante según ruta, visita a una segunda bodega o destilería y exposición en vídeo en el trayecto de vuelta.
Ruta del Aljarafe
El Aljarafe sevillano es una franja de tierra que circunda la parte oeste de la capital, formada por una treinta de pueblos con una extensión aproximada de 500 kilómetros cuadrados, situada entre el río Guadiamar al norte y el Guadalquivir al sur. Su propio nombre, que deriva de una voz árabe que significaba otero o elevación, nos indica que es un promontorio con una altitud media de 120 metros sobre el nivel del mar.
Sus tierras son muy propicias para el cultivo de la vid, actividad agrícola que hasta hace pocos años tenía una gran importancia en la comarca. En la actualidad, sus viñedos han quedado relegados principalmente al triángulo formado por Espartinas, Umbrete y Villanueva del Ariscal.
Las variedades más características de la zona son la Zalema, La Garrido fino, la Palomina y la Pedro Ximénez, también se cultiva la Garnacha. Con ellas se elaboran fundamentalmente vinos finos y generosos, y algunos vinos blancos jóvenes y afrutados, pero sobre todo El aljarafe se conoce vinícolamente hablando por la producción de su conocido mosto: un vino blanco, turbio, de baja graduación entre 10 y 12 grados, muy suave y ligero y en algunas ocasiones presenta de forma natural anhídrido carbónico, entonces se le llama mosto achampanado.
Ruta de la Sierra Norte
Constituye hoy en día un parque natural con una superficie de 177.484 hectáreas y en él se incluyen totalmente o en parte los municipios de Alanís, Almadén de la Plata, Cazalla de la Sierra, Constantina, Guadalcanal, Las Navas de la Concepción, El Pedroso, La Puebla de los Infantes, El Real de la Jara y San Nicolás del Puerto. Esta comarca, situada al norte de la provincia de Sevilla, forma parte de las estribaciones de Sierra Morena, con orografía de montes bajos y alomados, característicos de los antiguos macizos herzinianos, sometidos a largos periodos de erosión, con unas altitudes comprendidas entre los 268 y 968 metros. Su precipitación anual media es de 810 mm. La red fluvial de ésta zona la conforman los ríos Viar, Retortillo y Rivera del Huéznar, su vegetación mas característica son hermosas dehesas de encinas, alcornocales y quejigos.
La tradición vitivinícola de la Sierra Norte de Sevilla, le viene de lejos, siendo los siglos XV, XVI y XVII uno de sus periodos más esplendorosos, cuando sus vinos eran exportados a América y consumidos por el pueblo y la nobleza, alcanzando una merecida fama, recogida en obras como Rinconete y Cortadillo de nuestro universal Miguel de Cervantes: “lo trasegó del corcho al estómago y acabó diciendo: “De Guadalcanal es, y aún tiene un es no es de yeso el señorico”, o como en uno de los Sonetos de Lope de Vega: “Vino aromatizado que sin pena beberse puede, siendo de Cazalla, y que ningún cristiano lo condena”. La filoxera y el aislamiento social y económico de la comarca dieron al traste con su proyección vinícola.
Habría que esperar a principios del siglo XX para conocer otro intento de relanzamiento de la viticultura principalmente en Cazalla de la Sierra y en Constantina, este intento se vio también abortado a mediados del dicho siglo y es de nuevo a final del mismo cuando se han puesto en marcha proyectos serios para el relanzamiento de la viticultura en la zona. Como sus tierras y su clima son muy propicios para el cultivo de la vid, desde 1998 se están replantando cepas nobles como la Tempranillo, Cabernet Franc, Syrah, Merlot, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Viognier.
Ruta del Bajo Guadalquivir
En esta amplia comarca de la provincia sevillana dos de sus municipios conservan la tradición vinícola: Los Palacios y Villafranca y Lebrija. El primero de ellos situado a unos 22 kilómetros al sur de la capital, su término municipal, uno de los mas grandes de la provincia se extiende por tierras de campilla y de marisma y es el resultado de la fusión en el año 1836 de Los Palacios y Villafranca de la Marisma.
Y Lebrija cuyo término municipal se extiende por las Marismas del río Guadalquivir hasta la Campiña, ocupando una superficie de 369 kilómetros cuadrados en el suroeste de la provincia sevillana. Lebrija es un pueblo de origen mitológico, donde según cuenta la leyenda, el Dios Baco inició su fundación cerca de la ribera del Océano Atlántico. “La que rinde especial culto a Baco, allí donde tienen su morada los ligeros sátiros y las Ménadas, que celebran de noche los misterios de aquel Dios, cubierta la cabeza con una piel de ciervo” (La Patria de Nebrija, de José Bellido Ahumada).
Estos municipios están cercanos al marco de Jerez. Por ello podemos encontrarnos suelos de la conocida tierra Albariza, lugar idóneo para el cultivo de la vid. Por su altitud no superan lo 8 metros sobre el nivel del mar y su cercanía al mismo, hacen que su clima mediterráneo se vea influenciado por las suaves brisas y vientos marinos. Su viñedo más característico está formado por las variedades de la Palomino, la Pedro Ximénez, la Moscatel, la Airen y la Zalema. Aunque se elaboran vinos blancos jóvenes, la producción principal va dirigida a los vinos generosos, al estilo de los finos y manzanillas de Jerez y Sanlúcar, y olorosos y dulces, algunos de ellos tienen un reconocido prestigio y han obtenido diversos premios y galardones.
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