Un protagonista de la lucha por la democracia y la transición política
XI Premio Manuel Clavero / Eduardo Saborido Galán
El jurado destaca su labor contra el régimen franquista desde el sindicalismo
Fue uno de los diez de Carabanchel, condenado en el Proceso 1001, junto a Marcelino Camacho o Nicolás Sartorius
El premio Manuel Clavero ha recaído en su XI edición en la persona de un luchador incansable por la democracia y la transición política en nuestro país. Eduardo Saborido Galán (Sevilla, 1940) ha sido distinguido con este prestigioso premio instaurado hace más de una década por la Fundación Persán y Diario de Sevilla, y que en la última década han recibido destacadas personalidades.
En esta ocasión, el jurado que ha otorgado por unanimidad el XI Premio Manuel Clavero ha valorado singularmente la participación de Eduardo Saborido en la transición desde la dictadura a un régimen de libertades que “ha proporcionado a nuestro país el más prolongado periodo de bienestar y progreso de su historia contemporánea”.
El protagonismo de Eduardo Saborido en la lucha por la democracia se desarrolló principalmente a través del movimiento sindical de Comisiones Obreras, que junto al sindicato UGT y a otras organizaciones, constituyó uno de los “arietes de las fuerzas democráticas frente al régimen franquista”, subrayó el dictamente del jurado, que ha estado presidido por Ignacio Martínez e integrado por Oliva Luque, Manuel Clavero Ternero, Luis Miguel Martín Rubio, José Aguilar y José Antonio Carrizosa.
Eduardo Saborido fue uno de los llamados “Diez de Carabanchel”, que fueron sometidos al conocido “Proceso 1001” contra la dirección de este sindicato con el que el régimen de Franco pretendía dar un escarmiento a los líderes de los trabajadores, en uno de sus últimos coletazos represivos.
El jurado ha recordado que en aquella época el sindicalismo libre cobijaba sus actividades bajo los principios de la reconciliación nacional para superar los traumas de la guerra civil, el carácter pacífico, cívico y colectivo de las reivindicaciones y su propósito final de establecer en España un sistema democrático y de concordia en el que cupieran todas las opciones y sensibilidades. “Es decir, todo aquello que alumbró la Constitución de 1978, que tuvo en Saborido, como en Marcelino Camacho o Nicolás Sartorius, también condenados en el 1001, uno de su más ardientes defensores”.
Medio siglo del Proceso 1001
El Proceso 1001 o Proceso 1001 de 1972 del Tribunal de Orden Público tuvo lugar en 1973, aunque se había iniciado en 1972. La causa se saldó con la condena a prisión de toda la dirección del sindicato Comisiones Obreras.
La dirección de la organización sindical, entonces considerada clandestina e ilegal, fue condenada a una larga condena de cárcel por defender un sindicalismo libre y democrático. En el caso de Eduardo Saborido, recibió junto a Marcelino Camacho, la condena más alta: 20 años de cárcel.
En aquella sentencia también recibieron elevadas condenas otros sindicalistas sevillanos, como Fernando Soto, ya fallecido, y Francisco Acosta. El jurado del XI premio Manuel Clavero ha querido igualmente reconocer públicamente a estos dos sindicalistas, según recoge el acta.
Las detenciones de la cúpula de CCOO tuvieron lugar el 24 de junio de 1972 en el convento de los frailes Oblatos de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Los sindicalistas permanecieron en prisión hasta la celebración del juicio, que tuvo lugar los días 20, 21 y 22 de diciembre de 1973. El inicio de la vista oral coincidió con el asesinato del presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, lo que originó la suspensión del juicio durante unas horas.
La sentencia se conoció el 30 de diciembre y coincidieron con las penas que había solicitado la Fiscalía. Un año después, el Tribunal Supremo revisó las penas, y las rebajó considerablemente; y poco después de la muerte del dictador, los condenado en el Proceso 1001 fueron indultados por el rey Juan Carlos I, el 25 de noviembre de 1975.
El jurado ha destacado igualmente la personalidad de Eduardo Saborido, “un hombre carismático, valeroso y humilde, ajeno a la soberbia y la impostura, lo convierten en representante genuino de una Sevilla popular, modesta y trabajadora”.
Por todo ello y por “su destacada y valiente defensa de la libertad en tiempos difíciles el jurado estima que su nombre se suma con todo merecimiento a la galería de sevillanos ilustres” que cada año reconoce el premio Manuel Clavero, asevera el acta del jurado.
Eduardo Saborido fue precisamente elegido diputado en el congreso por el PCE en 1979, en la primera legislatura constitucional, aunque dimitió a los pocos meses, al ocupar la secretaria general de CCOO en Andalucía. También fue diputado de IU en la II legislatura del Parlamento andaluz, entre 1986 y 1990. Y recibió la medalla de Andalucía en 1998.
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