Mi propuesta para Altadis

EN 2007 Altadis puso fin a cuatro siglos de historia en Sevilla. Una fábrica con cientos de empleados, situada en pleno salón de la ciudad, cerró sus puertas. Le dio la espalda a la ciudad y a los sevillanos. Y quiso enriquecerse con una operación de especulación que preparó durante años. Pero el Ayuntamiento se opuso por unanimidad. Si Altadis quería irse no sería en contra del interés de la ciudad. Porque la fábrica de Altadis es de los sevillanos y debe ser lo que los sevillanos quieran que sea.

Han pasado siete años. La fábrica, ubicada en la puerta de la ciudad, en el salón de Sevilla, en un lugar privilegiado junto al río, lleva años abandonada. Y, mientras tanto, sufrimos una dura crisis representada en 92.000 parados. Los sevillanos no nos merecemos esto. No queremos dejar pasar más el tiempo sin aprovechar nuestras oportunidades. Sin poner en valor nuestro río. Sin volver a ser los dueños de la fábrica de Altadis.

Sevilla tiene que recuperar Altadis. Lo dije en campaña electoral y lo llevo defendiendo tres años. Hubiera sido una de mis prioridades como alcalde. Una decisión para el primer año del mandato. Porque las negociaciones difíciles, bien para alcanzar un acuerdo o para iniciar una expropiación, deben afrontarse con un gobierno fuerte y sólido, con consenso y con participación. Nunca en la recta final de un alcalde que llega asfixiado, sin proyectos y sin nada que ofrecer a los ciudadanos.

Altadis es de los sevillanos y somos nosotros quienes debemos decidir cuál es el uso de esos terrenos. No una multinacional que quiere hacer caja y aprovecharse de la debilidad de un alcalde. Tenemos que acudir ante Altadis unidos como en 2007 para conseguir lo que necesita la ciudad y no lo que quiera una multinacional para cuadrar sus cuentas.

Cuando empezó el mandato le tendí la mano a Zoido para llegar a un acuerdo sobre Altadis. Pero ha preferido otra foto sonriente como la que tuvimos que sufrir todos cuando La Caixa anunció su salida de Las Atarazanas y renunció al Caixafórum. De nuevo, tenemos un alcalde que actúa o como oposición o como candidato, pero que no es capaz de gobernar. Un alcalde que sólo busca la confrontación pero que ni eso ha encontrado. La ciudad debe recuperar una fábrica que le pertenece y ahí no caben enfrentamientos ni con la Junta de Andalucía, ni desde luego conmigo.

Por eso, porque yo quiero ser el alcalde de Sevilla que culmine el proceso para entregar de nuevo Altadis a sus verdaderos dueños, los sevillanos, hoy le tiendo la mano. Le invito a reconsiderar un acuerdo que nace viciado por la falta de consenso y de participación, le invito a replantearse un proyecto de convenio insuficiente para la ciudad, le invito a que el futuro de Altadis esté a la altura de Sevilla y de los sevillanos.

Quiero que Altadis reinvierta parte de los beneficios que obtenga en la ciudad para alejar el fantasma de la especulación. Quiero que esa fábrica se convierta en el símbolo de un nuevo modelo económico ambicioso. Quiero que quien al irse destruyó empleos sea ahora quien apueste por crearlos. Quiero llevar la cultura a las puertas del río y recuperar para los ciudadanos su margen. Quiero los equipamientos ciudadanos que se necesitan en Los Remedios. Y quiero un hotel y un área comercial a la altura de una potencia turística como Sevilla, pero con un modelo sostenible que no dañe aún más al pequeño comercio.

Para ello, mi propuesta para Altadis, la propuesta que yo negociaría de ser alcalde, reduce los suelos que serán recalificados para hoteles, tiendas y bares, mantiene el espacio destinado a equipamiento que necesita el barrio e introduce un gran complejo cofinanciado por Altadis destinado a la innovación tecnológica, la promoción y la gestión cultural y el apoyo a jóvenes empresas y emprendedores. Qué mejor carta de presentación para la Sevilla del Siglo XXI que tener en su salón un gran centro tecnológico, cultural y de servicios empresariales avanzados, que comparta suelo con un complejo hotelero, con un uso comercial compatible con lo existente y equipamientos para los vecinos del barrio.

Altadis es una gran oportunidad para la ciudad. Sevilla no puede desperdiciarla, buscando salidas fáciles o dejando que Altadis lleve a su terreno la negociación en términos estrictamente economicistas y olvidando que tiene una deuda pendiente con los sevillanos. Sólo desde el consenso, desde el acuerdo y desde la participación podremos reconducir esta negociación para que de verdad se imponga el interés general y un proyecto innovador y creativo que aporte valor a esa zona privilegiada. Sólo así podremos conseguir que Altadis vuelva a ser de Sevilla.