Profesores de FP en pie de guerra por la brecha salarial: "Nos usan como mano de obra barata"
Educación
Los docentes sin titulación universitaria realizan el mismo trabajo que los licenciados, pero el sueldo es menor
Exigen a la Junta un complemento que corrija la diferencia, como han hecho ya otras comunidades
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Una desigualdad de 200 euros mensuales. Al año suman, como mínimo, 2.400. Es lo que está ocurriendo entre el profesorado de Formación Profesional (FP) desde que la última reforma educativa (Lomloe) estableció un solo cuerpo docente para impartir esta enseñanza, cuya inclusión exige estudios universitarios. La distinción provoca una diferencia en la nómina que otras comunidades han solventado con un complemento, pero que en Andalucía, por ahora, no hay visos de concederse. Los docentes afectados ya planean manifestaciones para acabar con esta brecha.
“La raíz del problema es clara, la desigualdad”. Con este término califican dicha situación los más de mil profesores que la sufren en Andalucía. “La Administración ha creado una brecha entre compañeros que, pese a desempeñar exactamente las mismas funciones, reciben un trato distinto”, aseguran los profesionales que se han puesto en contacto con este periódico. “La diferencia más evidente es la salarial”, abundan. Una discriminación que padecen profesores con muchos años de experiencia en las aulas públicas.
Es lo que le ocurre, por ejemplo, a Elena Nieto, que lleva tres décadas impartiendo clases de FP en la especialidad de Estética. De este periodo, 20 años los lleva ejerciendo como funcionaria. La razón para que no cobre lo mismo que sus compañeros, aunque la carga de trabajo sea idéntica, obedece a un único condicionante: no poseer título universitario.
El origen del problema
El colectivo de profesores técnicos de la FP explica el origen del problema. Con la entada en vigor de la Lomloe (la gran reforma educativa emprendida por el Gobierno de Pedro Sánchez), todo profesor debe pertenecer al subgrupo A1 de la Administración, por lo que ha de contar con un grado universitario. Hasta entonces, este grupo –denominado con las siglas PES, profesores de Enseñanza Secundaria de FP– se encargaba de los módulos más teóricos. Existía otro segundo grupo, los de los profesores técnicos de FP (PTFP), que englobaba a profesionales con título universitario o de FP superior. Se encargaban de los módulos más “procedimentales”. Era el denominado subgrupo A2.
La nueva ley educativa eliminó este segundo cuerpo (PTFP) para pasarlo al primero (PES), como establece el decreto 800/2022. Un cambio con un fin positivo, pero que sólo beneficia a los docentes de 19 especialidades de FP que se corresponden con un título universitario.
Se deja atrás a aquéllos que imparten enseñanza técnica en áreas que no poseen una especialidad universitaria. Aquí se incluyen las de Cocina y Pastelería, Estética, Fabricación e Instalación de Carpintería y Mueble, Mantenimiento de Vehículos, Mecanizado y Mantenimiento de Máquinas, Patronaje y Confección, Peluquería, Producción de Artes Gráficas, Servicios de Restauración y, por último, Soldadura. Se trata de familias profesionales con mucha demanda entre los jóvenes sevillanos y con gran presencia en los entornos productivos de las localidades donde se imparten.
Los profesores de estas especialidades pasaron a formar parte de “un cuerpo a extinguir”, con idénticas funciones y obligaciones laborales que los que poseen título universitario, pero con una condición salarial inferior. Una “discriminación” que, según los afectados, atañe a más de mil docentes en Andalucía y que se evidencia en 200 euros menos al mes.
"Algunos grados nada tienen que ver con nuestra especialidad"
En este grupo se encuentra Elena Nieto, quien refiere que “no hay ningún título universitario en el cual se profundice en los contenidos de los módulos procedimentales que se dan en este ciclo de Estética, que dicho sea de paso, es bastante amplio, al desarrollarse en cuatro grados superiores, dos medios y una FP Básica”. Esta profesora imparte clase en el IES Beatriz de Suabia, en Sevilla capital. Un centro referente en esta familia profesional. En los 30 años de trabajo, ha realizado tareas “como cualquier compañero, sin ninguna distinción”. Un servicio que incluye guardias, tutorías o jefatura de departamento. “También he estado en tribunales de oposiciones, examinando a compañeras que ahora mismo cobran más que yo”, incide Nieto.
“En mi centro actual somos diez compañeras de la especialidad de Estética, de las cuales la mitad tiene una titulación universitaria. Ellas siguen haciendo la misma labor que la otra mitad que no posee un grado. Impartimos clase a los mismos alumnos, las mismas horas, con las mismas obligaciones... En definitiva, idéntico trabajo, pero nosotros cobramos menos”, lamenta.
Esta profesora advierte que “muchos de los grados universitarios que poseen quienes imparten una FP de Estética nada tienen que ver con nuestra especialidad”. Hace hincapié en otro aspecto: “En este colectivo no queremos que nos pasen al subgrupo A1, sólo que haya una equiparación salarial como existe en otras comunidades españolas”.
Con esta aseveración, Nieto se refiere a la medida adoptada por los gobiernos autonómicos de Galicia, País Vasco, Cataluña y Baleares, que han reconocido esa desigualdad y la han corregido. “La anterior consejera de Educación de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, admitió públicamente que la discriminación existe”. Una afirmación que al día de hoy no ha tenido efecto alguno, pues no hay anunciada ninguna medida al respecto.
Los profesores técnicos recuerdan que desarrollan las mismas tareas que los compañeros que han salido de las aulas universitarias. Imparten docencia, evalúan, hacen labores de tutoría y guardias, participan en los mismos proyectos educativos, desempeñan también funciones directivas e, incluso, forman parte de tribunales de oposición, como es el caso de Elena Nieto.
Acciones legales
En definitiva, las mismas responsabilidades con un sueldo inferior, motivo por el cual el millar de docentes afectados se han organizado en una plataforma reivindicativa, en la que se plantean distintas acciones, como concentraciones y manifestaciones, así como mantener reuniones con los responsables de la Consejería de Desarrollo Educativo y FP hasta que sus reclamaciones sean atentidas. El objetivo es claro: lograr el complemento salarial, como ya han hecho otras comunidades.
Las acciones van a más. Ante la falta de respuesta por parte del departamento que dirige María del Carmen Castillo, unos 200 docentes han emprendido ya un proceso legal para reclamar esa equiparación en la nómina, con el respaldo de un bufete de abogados. La consigna es: “Igual trabajo, igual salario”.
Un lema que expresa en sus declaraciones Mari Carmen Calderón, profesora especialista en Peluquería y Estética. “Mi labor docente no se ve reflejada en la equiparación salarial con los docentes del nivel A1, con quienes comparto las mismas responsabilidades y funciones”, señala. Esta profesional es funcionaria de carrera desde 1987. “Cuando accedí a la docencia, el título requererido era el más alto en la especialidad: técnico especialista”. En sus 38 años de trayectoria en la FP, ha impartido docencia en todas las etapas de esta enseñanza, con las adaptaciones a las múltiples leyes educativas que se han ido sucediendo.
“Mi compromiso con la enseñanza va más allá de la aulas”, incide. De ahí que haya participado en el desarrollo de currículos para el Ministerio de Educación y haya presidido comisiones de selección en tres convocatorias de oposiciones para profesores de FP. Hasta ha organizado campeonatos autonómicos de AndaluciaSkills en la modalidad de Estética. Una implicación en la enseñanza que no la salva de la discriminación salarial.
"Antiguos alumnos cobran más que yo"
Profesora técnica de FP en la especialidad de Cocina y Pastelería desde 2004, Silvia Isla Durán comenzó su trayectoria docente en el IES Heliópolis, en Sevilla. Ahora la continúa en el municipio onubense de Punta Umbría. Durante este periodo, ha impartido clases en grado básico, medio y superior. También ha asumido responsabilidades como jefa de departamento, de estudios y de vicedirectora. Así habla de la situación creada por la reforma educativa en el profesorado de FP: “Ahora me encuentro con una situación en la que antiguos alumnos míos, que accedieron a la docencia con estudios universitarios previos, pertenecen al grupo A1 y cobran más que yo. A pesar de compartir exactamente las mismas tareas, horarios, clases y guardias, existe una diferencia salarial injustificada”.
Para esta docente que ha ocupado altos cargos directivos y con gran implicación en los proyectos educativos de los centros donde ha trabajado, “esta disparidad, a pesar de realizar el mismo trabajo, plantea una clara desigualdad que requiere atención”. Al igual que otros compañeros, exige a la Junta un complemento que acabe con la discriminación.
"Compañeros de Historia imparten Carpintería"
“Nos encontramos con situaciones incoherentes, como compañeros de grados en Historia o Psicología impartiendo clases prácticas de Peluquería o Fabricación e Instalación de Carpintería y Muebles”. Así expresa Manuel Ruiz Cejudo una de las realidades de la FP: “la relación entre la formación académica docente y la especialidad que se imparte resulta difícil de entender”.
Respecto a la diferencia salarial de su grupo, el de los docentes sin título universitario, Ruiz Cejudo es tajante: “la Administración nos utiliza como mano de obra barata, a pesar de realizar las mismas funciones que nuestros compañeros con grados”. Para este profesor, la responsable de que la brecha continúe tiene nombre y apellidos. “Todo esto depende exclusivamente de la voluntad de la Junta, que debería tratar a sus docentes de la misma forma que otras comunidades autónomas, como el País Vasco, Galicia, Cataluña y Baleares”.
“Se habla mucho de la FP y de su impacto en la inserción laboral, pero detrás hay cientos de profesores que trabajan incansablemente para dignificar su especialidad, mientras la Administración los discrimina salarialmente”, lamenta.
"Nada justifica la diferencia salarial"
“Nuestra demanda no busca confrontación con nuestros compañeros, sino que responde a un agravio salarial evidente”. Es la premisa de la que parte Manuel Flores Toledano, uno de los docentes con mayor trayectoria en FP y que ha sido premiado varias veces por este trabajo, a propuesta de sus alumnos. Lleva 23 años prestando dicho servicio. Actualmente lo desarrolla en el IES Politécnico, en Sevilla, en la especialidad de Soldadura. “A mis alumnos no sólo les aporto formación académica, sino también la experiencia adquirida en mi trayectoria profesional previa durante diez años en el sector de la soldadura”, incide Flores Toledano, quien durante el tiempo que ha ejercido la docencia, además de esta labor, ha coordinado proyectos de innovación y emprendimiento en diferentes centros. También ha integrado el equipo de coordinación pedagógica de proyectos de emprendimiento de la Consejería de Educación durante tres años. “He tutorizado a más de cien institutos en este periodo”, añade.
“No sólo estamos comprometidos con la formación y el desarrollo de nuestro alumnado, sino que dedicamos tiempo y esfuerzo a otras actividades formativas que nos permiten seguir creciendo como profesionales. La FP es nuestra vocación y pasión. Lo único que pedimos es el reconocimiento justo de nuestro trabajo”, subraya este profesor, quien, como tantos otros, sigue esperando “una solución” por parte de la Junta. “Desempeñamos las mismas funciones, atendemos al mismo alumnado, tenemos las mismas atribuciones docentes y accedemos a la docencia a través del mismo proceso selectivo. Por tanto, no existe una justificación válida para la diferencia salarial que actuamente nos afecta”, manifiesta Manuel Flores, que recuerda que la desigualdad la ha generado la ley del Ministerio de Educación.
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