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Los profesionales de Urgencias del Valme fortalecen la cadena de supervivencia frente a la parada cardiorrespiratoria

Desarrollan el proyecto ‘Cuidarse entre todos’ de formación de técnicas de resucitación cardiopulmonar en el ámbito familiar de los propios sanitarios

Participantes del curso con docentes junto a la formación teórica y práctica sobre las técnicas de reanimación cardiopulmonar. / M. G.

10 de enero 2025 - 13:55

Los familiares de los profesionales del servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Valme han recibido un regalo muy especial durante los días navideños. Han acogido de forma unánime, y como muestra de cariño, una actividad de formación relativa a la cadena de supervivencia y, así, garantizar la respuesta adecuada en el entorno familiar ante una parada cardiorrespiratoria. O sea, cuidar de los cuidadores, en este caso de sus familiares sanitarios, encargados en su quehacer diario de atender situaciones de emergencia.

Cuidarse entre todos se denomina el proyecto iniciado en el hospital sevillano por sus profesionales de Urgencias nacido tras satisfacer la petición de una asociación de ciclistas para impartir un curso de Soporte Vital entre sus miembros. La posibilidad de socorrerse entre estos deportistas, en caso de sufrir un accidente u otro problema de salud al salir a la carretera, lo extrapolaron a otro escenario distinto. El urgenciólogo Francisco Ruiz Romero ha sido su impulsor partiendo de este interrogante: “¿sabrían socorrernos las personas de nuestro entorno más cercano cuando, en su mayoría, no tienen ninguna formación ni conocimientos sanitarios previos?”.

Según Francisco Ruiz Romero “el tiempo es vida, cada minuto que estemos sin hacer nada en un evento de parada cardíaca se traduce en la caída de un 10% de las posibilidades de supervivencia; además de evitar la aparición de procesos irreversibles, especialmente en el cerebro, impidiendo que la muerte clínica se convierta en muerte biológica o en daño neurológico irreparable”.

Sin embargo, en esta ocasión, la originalidad de la iniciativa repara en el entorno más cercano de quienes materializan estos cuidados en su día a día dentro de su medio laboral: sus familiares. A esta llamada le siguieron de inmediato numerosas solicitudes. De hecho, en un primer curso han participado más de una veintena de familiares en edades comprendidas entre los 16 y los 72 años, aplaudiendo la iniciativa. Se han interesado hijos, padres, hermanos y parejas de los profesionales de Urgencias que desconocían el proceder ante una parada cardiorrespiratoria, aún teniendo al lado a sanitarios curtidos en esta actuación que salva vidas.

Formación en técnicas que salvan vidas

La cadena de supervivencia consiste en una serie de acciones que, ejecutadas adecuadamente, reducen la mortalidad asociada al paro cardíaco súbito. Según los instructores de estas técnicas, “como cualquier cadena, la cadena de supervivencia es tan fuerte como su eslabón más débil”.

Los seis eslabones interdependientes de la cadena de supervivencia son: el reconocimiento precoz, la RCP (Reanimación cardiopulmonar) precoz, la desfibrilación precoz, el soporte vital cardíaco avanzado precoz y la recuperación física y emocional. Los primeros tres eslabones de la cadena pueden ser llevados a cabo por los transeúntes que lo presencien, mientras que los segundos tres eslabones se corresponden con el ámbito sanitario. Actualmente, y según las estadísticas, entre el 70 y el 90% de las víctimas de paro cardíaco mueren antes de llegar al hospital, de ahí la importancia de la concienciación al respecto.

Precisamente, el objetivo del curso es dotar de conocimientos y práctica básicos a los familiares; es decir, de las medidas iniciales de atención ante una situación de parada cardiorrespiratoria. Es el caso del reconocimiento de ésta (identificación de la inconsciencia y de la ausencia de respiración), activación del sistema de emergencias, aplicación de las medidas de resucitación cardiopulmonar (masaje cardíaco) y uso del desfibrilador externo semiautomático; así como de la atención ante situaciones especiales (obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño, posición lateral de seguridad y control básico de hemorragias).

Para ello, y con una duración de cuatro horas, se han impartido inicialmente unas nociones teóricas básicas y posteriormente tres talleres prácticos en grupos reducidos sobre los siguientes aspectos: soporte vital básico, manejo del DEA (desfibrilador externo semiautomático) y atención a situaciones especiales.

Como docentes, ha contado con el impulsor de la iniciativa, Francisco Ruiz Romero, y los facultativos de este servicio May Fernández Pérez y Marga Algaba Montes. Previamente, el curso fue presentado por el jefe del servicio de Urgencias de Valme, Cristóbal Marchante Tejada, y el coordinador Antonio Álvarez Escamilla.

El balance ha sido un magnífico recibimiento de este curso, todos los alumnos realizaron las técnicas y maniobras descritas con un altísimo grado de participación y satisfacción. Han adquirido destreza en estas técnicas y están facultados para actuar adecuadamente ante una situación de parada cardiorrespiratoria. Ante esta acogida y los buenos resultados obtenidos, están organizando futuras ediciones con idéntico formato al objeto de hacerlo extensivo a todos los familiares del personal de urgencias que estuvieran interesados y continuar fortaleciendo la cadena de supervivencia.

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