"Profanaron el cadáver de mi padre, asesinado hace once años"
Una mujer denuncia la exhumación sin permiso de su padre, asesinado en 2013, para que compartiera nicho con su marido, al que se investigó por el crimen
El homicidio de Ángel Sevillano quedó impune por falta de pruebas
Sostiene Francisca Sevillano Monterrubio que sufre un duelo continuo, que no puede dormir ni pensar en otra cosa que no sea el asesinato de su padre, Ángel Sevillano Ramos, de 75 años, cuyo cadáver fue encontrado con signos de asfixia en un descampado de Coria del Río el 4 de mayo de 2013. El crimen continúa impune, pues el hombre que fue detenido unos meses después como presunto autor del homicidio salió en libertad y la causa contra él se archivó sin que se llegara a sentarse en el banquillo de los acusados. Era el marido de la víctima, Manuel S. C., con el que Ángel había mantenido una relación desde 1982 y con el que se había casado en 2007, dos años después de que se legalizara en España el matrimonio homosexual.
El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Sevilla reunió varios indicios contra Manuel, que plasmó en un informe. La investigación de la Policía no fue tenida en cuenta por el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Coria del Río, que archivó la causa al considerar que no había pruebas suficientes para incriminar a este hombre. Manuel murió en octubre de 2023, diez años y medio después del hallazgo del cuerpo de su marido, y de su posterior detención y puesta en libertad. La sorpresa para la hija de la víctima fue que una sobrina de Manuel intentó enterrar a su tío en el mismo nicho que estaba Ángel, para lo que incluso llegaron a exhumar el cuerpo de éste.
No lo consiguió porque otra persona de la familia avisó a la hija de Ángel, Francisca Sevillano, que reside en la localidad pacense de Azuaga y acudió al día siguiente al cementerio de Coria, donde llamó a la Policía y logró paralizar la exhumación. La hija de la víctima mantiene abierto un pleito contra el Ayuntamiento de Coria del Río por profanar el cadáver de su padre, pues el Consistorio admitió la solicitud de la sobrina de Manuel sin asegurarse de que la persona que estaba enterrada en el nicho tenía familia. El juzgado ha archivado provisionalmente la denuncia de esta mujer, que ha recurrido esta decisión.
Francisca Sevillano recibe a este periódico en su casa de Azuaga, un municipio del sur de Badajoz a más de dos horas de Coria del Río, donde residía y fue asesinado su padre. "La única persona que se investigó por el asesinato murió. Era su marido. No se celebró juicio ni nada. Mi padre desapareció el 3 de mayo de 2013. Lo encontramos el día 4 detrás del instituto de Coria del Río, tirado allí en un descampado. Si lo hubiesen empujado un poco más, hubiera caído a un barranco y no lo hubiesen encontrado ni los buitres. Lo encontró un señor de Protección Civil, al que siempre se lo agradeceré. Llegó la Policía y la comisión judicial. Le pedí a la forense ver a mi padre, no me lo aconsejó, pero yo quería verlo porque el marido no me había dejado verlo en vida. Nunca olvidaré cómo lo dejaron destrozado, lo empujaron, le destrozaron las rodillas, los antebrazos. Siempre me pregunto qué debió sentir mi padre cuando lo estaban matando", recuerda esta mujer. "Aquella muerte quedó impune. No hay Justicia en Coria. Hemos recurrido y apelado hasta el año pasado que el señor se murió", lamenta la hija de la víctima.
"Desgraciadamente para mí, con su muerte no se ha acabado todo. Quisieron profanar la tumba de mi padre, una familiar suyo", relata. Sevillano cuenta que otro familiar de Manuel le avisó de que la sobrina quería enterrarlo junto con su padre, cumpliendo la última voluntad de su tío. "Me enteré de que ese señor se había muerto a las cinco y media de la tarde del día 7 u 8 de octubre de 2023. Llamé al Ayuntamiento y me dieron el teléfono del enterrador de Coria y estuve llamando hasta las ocho y media o nueve de la noche, no me contestaba nadie a pesar de que me dijeron que el enterrador tenía un teléfono de guardia por si había algún problema".
En vista de que no conseguía hablar con el enterrador, Francisca Sevillano salió de su casa de Azuaga a primera hora de la mañana y recorrió los 170 kilómetros que separan este municipio de Coria del Río. Se plantó en el cementerio, al que llegó a las ocho y media de la mañana, antes de que abriera. "El cementerio estaba cerrado. Había unos albañiles en la puerta y me vieron muy nerviosa. Yo les dije que quería hablar con el enterrador, supongo que pensaron que quería enterrar a un familiar y me dijeron que pasara. Llegué y vi a la sobrina allí puesta de pie y al enterrador sacando a mi padre. El grito que pegué fue inmenso, claro. Pregunté que con qué derecho estaban sacando a mi padre de allí".
Cuenta que el enterrador le respondió que la sobrina le había asegurado que la persona que estaba enterrada allí no tenía familia y que ella era la dueña del nicho. "Yo llevaba el libro de familia de mis padres, imagínese cómo se quedó el hombre. Le preguntó a la sobrina por qué le había engañado. Ella no le contestó y lo único que dijo fue que iba a llamar a su abogado. Yo llamé al mío y a la Policía y ella se marchó. Cuando llegó la Policía, llamaron al Ayuntamiento de Coria y retiraron la autorización. Ordenaron al enterrador que volviera a enterrar a mi padre. Mal, porque la caja ya la habían roto. Era patético todo".
Tuvo que ver los restos de su padre fuera de la tumba. "La caja rota, los huesos... fue horrible". Admite que en ese momento no paró de gritar y que llegó a decirle a la Policía que si el marido de su padre se enterraba allí la tendrían que meter a ella también. "Ese señor no iba a quedarse allí. Gracias a Dios, la Policía tuvo mucha calma conmigo. Reconozco que fue fuerte, pero hay que verse ahí, ¿eh?... Llegar al cementerio y ver que están sacando a tu padre, que están rompiendo la caja de mala manera, para enterrarlo con el que yo creo que es su asesino".
Francisca Sevillano se muestra muy crítica con el juzgado de Coria del Río. "Todo esto pasa porque en Coria no hay Justicia. El juzgado de Coria no existe, no sé para qué está, los casos se van archivando, se van aplazando... y así estamos". Prueba de ello, dice, es que todavía no ha cobrado ni un sólo céntimo de la herencia de su padre. "Yo llevo sin cobrar la legítima desde que mataron a mi padre. Hace once años y medio. Cuando fuimos al notario al mes y medio o dos meses para firmar la herencia, el marido estuvo de acuerdo y firmó que me pagaría lo que me correspondía como legítima, pero luego fue apelando y no he cobrado nada. No tengo ni un solo recuerdo de mi padre. Ni las fotografías, ni la cadena ni el anillo... No tengo nada. Y para colmo lo sacan de la tumba para enterrarlo con él, ¿hasta dónde vamos a llegar?".
Asegura que todo este proceso le está causando un dolor y un daño tremendos, que ha tenido problemas en su familia a raíz de esto y que se encuentra destrozada psicológicamente. "¿Hasta dónde tengo yo que seguir aguantando? No puedo más. Están acabando conmigo. Han acabado con mi familia, han acabado con todo. ¿Qué más quieren? Yo pensaba que lo había visto todo, que había llegado a mi límite, pero te das cuenta de que no, de que siempre hay un pasito más". Cuenta que un responsable de la Policía Nacional le dijo "Francisca, ponte en lo peor que te esperan más cosas". "No sé que más quieren de mí. No sé cuál es el límite de una persona, yo pensé que había llegado al mío pero no es así".
La hija de la víctima agradece a la Policía que impidiera el entierro de ambos en el mismo nicho. "Justicia no habrá en Coria, pero Policía sí y se comporta. Le agradeceré siempre cómo actuó aquel día. Tuvieron mucha paciencia conmigo. Llamaron al Ayuntamiento, no pudieron impedir la profanación porque ya estaba hecha, pero sí consiguieron meter otra vez a mi padre y el trocito de caja que quedaba dentro del nicho. Mi padre ahora no está ni en una caja. El ataúd está en el contenedor de basura y los restos de mi padre dentro de un saco. Ya no tiene derecho ni a una caja. Lo taparon de mala manera y así está".
Ahora espera que no se archive definitivamente el caso contra el Ayuntamiento de Coria del Río por la profanación del cadáver de su padre. "Inicié un pleito contra el Ayuntamiento de Coria del Río porque permitió que se desenterrara a mi padre porque supuestamente no tenía familia. Y yo existo, de momento estoy viva. Y ahora lo quieren archivar, igual que se archivó el asesinato sin resolver. Si no me avisa un familiar, no me entero y un día que vaya a visitarlo me lo encuentro allí. Creo que el enterrador, o el Ayuntamiento o quien sea, antes de abrir una tumba, tiene que llamar a los familiares. Es lo mínimo. Y eso no se hizo conmigo. Y yo soy la única hija que tenía Ángel Sevillano Ramos, soy el único familiar directo vivo. Me merecía, como mínimo, una llamada. La única explicación que me dieron es que la sobrina había dicho que mi padre no tenía familia y lo dieron por bueno. Soy la hija, le pese a quien le pese, le duela a quien le duela, y lo voy a ser toda mi vida".
Una mínima búsqueda en internet, dice, habría servido para saber que Ángel Sevillano tenía una hija. "He sido parte activa en el proceso judicial, he salido en prensa, me han hecho entrevistas". También espera cobrar la herencia. "Porque esa es otra, esa señora (la sobrina de Manuel) está viviendo en la casa de mi padre. Vale que era la casa de su tío, pero también la de mi padre, porque eran un matrimonio. Entonces yo por qué no puedo entrar en esa casa, recuperar sus objetos y recuerdos, una fotografía, ¿por qué no puedo tenerla?. Es que me están negando todo. La Justicia es lenta, pero esto es más que lentitud. Quizás están esperando que me muera y así no me tienen que dar nada".
El abogado José Manuel Carrión representa a Francisca Sevillano. Ha recurrido la decisión del juzgado de Coria del Río de archivar la profanación y solicitado el cobro de la herencia, que espera que la familia de Manuel no haya dilapidado en este tiempo. "Cada vez que mi cliente tiene que hacer algún acto judicial en Coria del Río, siempre tiene algún problema. Se archivó la causa contra la pareja de su padre, a pesar del informe forense y una serie de indicios que reunió la Policía. No se siguió adelante al entender el juez que no había motivación suficiente. Pero es que llevamos cinco años sin que nos den respuesta de la liquidación de la herencia. Y parece fuera de lugar que, en un momento determinado, sin permiso y teniendo en cuenta las circunstancias de la muerte, la sobrina haya querido enterrar a su tío con el que fue su marido. Es algo dolorosísimo para mi cliente, que se encuentra muy afectada por ello".
La familia de Manuel está representada por el abogado José Antonio Cumplido, que explicó a este periódico la versión de su cliente. "Es muy sencillo. Era la voluntad de ambos, estaba en el testamento y se fue a llevar a cabo. La hija de Ángel se presentó en el cementerio y, por no discutir, se decidió enterrar en otro sitio", apuntó este letrado, que añadió que tiene demandada a Francisca Sevillano por unas declaraciones públicas que hizo.
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