La vacuna contra el Covid: 12 meses del principio del fin
Un año del inicio de la campaña en Sevilla
Hace un año, una mujer residente de 72 años recibía la primera dosis de la vacuna contra la Covid en Sevilla
En la actualidad, casi dos años después de la pandemia, se han inoculado más de 3,5 millones de dosis en toda la provincia
"La campaña de vacunación está siendo todo un éxito"
Hace un año, una mujer de 72 años, Isabel Romero, se convirtió el 27 de diciembre de 2020 en la primera persona en recibir la vacuna contra el coronavirus en Sevilla. Tras casi un año bajo unas severas medidas de protección, las vacunas contra el Covid llegaban a las residencias de mayores, primer objetivo de la campaña de inmunización contra el virus que, apenas nueve meses antes, había puesto patas arriba al mundo entero.
El pinchazo que recibió Isabel Romero en el geriátrico Heliópolis simbolizó el inicio de un programa de vacunación masivo en la provincia para poner fin a la pandemia de coronavirus que mañana cumple 12 meses y más de 3,5 millones de dosis administradas con los que se ha conseguido reducir la mortalidad por el virus en términos generales.
El camino, no fue fácil desde el principio. David Moreno es el director del Plan Estratégico de Vacunación en Andalucía y así lo relata a este periódico. "La verdad es que yo soy una persona muy optimista y muy creyente de la investigación y sabía que íbamos a tener alguna cosa relativamente pronto, pero la verdad, que fuese tan pronto y tan aceptada era algo que no esperaba. Se han superado todas las expectativas", afirma.
Isabel Romero fue la protagonista del inicio de la vacunación en Sevilla, como también lo fueron los sanitarios. En primera línea de batalla contra un virus, frente al cual también vivieron sus peores sinsabores con brotes, muchas bajas e, incluso, pérdidas humanas. Entre los profesionales vacunados ese domingo 27 de diciembre en Sevilla se encontraba Elena Salamanca, médica especialista en Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen Macarena, que formó parte del primer grupo de 50 profesionales del equipo Covid de este centro con el que se estrenó la inoculación de la vacuna en Sevilla. "Muy feliz", Salamanca relataba a este periódico sentirse "aliviada" y "más tranquila" tras recibir el ansiado pinchazo.
Primeros 'vacunódromos'
Así prosiguió la campaña, avanzando de geriátrico en geriátrico, de hospital a hospital y de centro sanitario a centro sanitario, hasta que las dosis de optimismo llegaron a la población general. La vacunación masiva se abría paso en Sevilla el día 17 de febrero de 2021 cuando el pabellón Ramón y Cajal de la Universidad de Sevilla se convertía en el primer centro externo de la campaña de vacunación que la Consejería de Salud desarrollaba en Sevilla. Por allí pasaron los mayores de 80 años. La población "más agradecida" según los enfermeros con los que pudo hablar entonces este periódico.
"Desde el principio creí mucho en la posibilidad de las vacunaciones masivas. Antes de que se instalaran los llamados vacunódromo tuvimos que que hablar con los profesionales, sondearlos y hacerles ver que en pandemia llevar la vacunación a un estadio deportivo, por ejemplo, era una de las medidas que teníamos que que hacer aunque pareciera muy futurista. También fue complicado hacer ver a la gente que se tenía que desplazar allí teniendo a su centro de salud al lado de su casa", recalca Moreno.
A partir de aquí, la campaña de vacunación dio un importante giro. Al avance por grupos de edad se uniría la inoculación de los llamados profesionales esenciales. Cuerpos de Seguridad del Estado, Policías Locales y el profesorado, entre otros colectivos, se sumaron a la esperada inmunización ya a finales de febrero. Una nueva colaboración de la Universidad de Sevilla amplió la oferta de sedes externas para seguir avanzando masivamente y el centro deportivo de los Bermejales, también de la Uiversidad, empezó a funcionar como vacunódromo el 24 de febrero.
El contratiempo de Astrazeneca
Con este nuevo paso llegó Astrazeneca. La vacuna anglo-sueca se sumaba a las de Pfizer y Moderna, las primeras en aprobarse, y con ella llegó el primer contratiempo de la campaña. La relación de una serie de trombos, con resultados de muerte en algunos casos, en personas vacunadas con este fármaco volvió a paralizar al mundo. Posteriores evidencias científicas hicieron retomar su inoculación, pero ya reducida a colectivos mayores de 60 años.
"Fue uno de los mayores contratiempos de la campaña, el tener que convencer de la administración de estas vacunas, una vez demostrado que no había mayores problemas, debido a unos primeros datos que fueron un poco controvertidos", destaca Moreno.
Precisamente, el de más de 60 años, fue el grupo que más costó inmunizar en Sevilla, quizás por el miedo que las idas y venidas de la vacuna provocó en la población en general. Pero se siguió avanzando y se abrieron las agendas para nuevas cohortes: mayores de 50, de 40, de 30... Así hasta llegar a los 12 años, donde las autoridades sanitarias mundiales se fijaron el tope de la edad diana a inmunizar en la primera etapa de vacunación.
Más de 10.000 vacunas al día
Los deseos de gran vacunación que desde el Gobierno de la Junta de Andalucía vaticinaban a bombo y platillo, y la ansiada inmunidad de rebaño cuanto antes, amplió la oferta de nuevos vacunódromos en Sevilla hasta llegar al mayor de los esperados en toda Andalucía. El 22 de abril, La Cartuja, y su Estadio, mal llamado Olímpico, se convertían en la mayor sede de vacunación de la Comunidad. Los primero en pasar por estas instalaciones deportivas reconvertidas en espacio sanitario fueron los mayores de 70 años. Seis boxes de vacunación y 48 profesionales pusieron en marcha el inicio de la mayor vacunación masiva de la historia reciente. En pocas semanas, el ritmo alcanzó las 10.000 dosis diarias. Pero, morir de éxito es una posibilidad real cuando las expectativas son amplias y eso fue lo que lo que pasó en el Estadio de la Cartuja. Sólo dos meses después, el mayor vacunódromo de Andalucía dejó de ser noticia por su impecable organización y lo empezó a ser por las largas y largas colas de personas esperando su turno al sol que empezaron a acaparar redes sociales y medios de comunicación. Este periódico fue testigo en varias ocasiones. Las aglomeraciones, dentro y fuera, de las instalaciones a mediados de junio empeñaron un proceso inmejorable que desde el SAS se atribuyó a la falta de respeto de los citados a sus horas asignadas.
"Los vacunódromos han sido una de las mayores experiencias. En general, pese a ciertos inconvenientes, creo que todo el mundo que ha ido a vacunarse a la Cartuja o a Los Bermejales, que han sido los grandes puntos de vacunación en Sevilla, han salido encantados con la organización que han visto allí. La logística detrás, fue increíble. Había dudas al principio, por la cadena de frío, pero había mucha gente trabajando para que todo saliera bien, más allá de los sanitarios puros y duros, y todo funcionó como un reloj", subraya.
Cierra La Cartuja
Por allí han pasado sevillanos de todas las edades, dentro del primer grupo diana de la campaña de inmunización (mayores de 12). Los últimos, los adolescentes. El lunes 9 de agosto fue el primer día en que los menores de hasta doce años empezaron a vacunarse. Entonces, en el Estadio ya no había colas. El bullicio y las horas de espera a pleno sol antes de poder acceder al recinto pasaron a la historia con el que, hasta hace unas semanas cuando se inició la vacunación pediátrica, fue el último grupo etario en unirse a vacuna anti-Covid.
Con ellos llegó otro hito en la historia de la inmunización contra el Covid en Sevilla. El 1 de octubre el Estadio de la Cartuja echaba el cierre como centro de vacunación masiva tras más de cinco meses de funcionamiento. La enfermera Jessica Díaz, una de las últimas en salir de las instalaciones, relataba a este periódico el último día pinchazos la "tristeza" del momento por el "montón de cosas" vividas allí dentro, pero también la "alegría" también por todo lo conseguido. Después de miles y miles de personas vacunadas cada día, la enfermera cerraba una etapa que, aseguraba, la había "impresionado". "Es un poco difícil de describir todo lo que ha despertado en mí esta etapa, pero, por lo general, me quedan sensaciones muy buenas", explicaba la enfermera en sus últimos minutos en el Estadio.
Las terceras dosis
Pero, con el cierre de la Cartuja sólo se cerraba un capítulo más de la vacunación en Sevilla. Después llegaron las terceras dosis. Dosis de refuerzo para los colectivos más vulnerables por la demostrada pérdida de inmunidad de las vacunas con el tiempo. Primero en residentes en los geriátricos y luego en mayores de 70 años. El punto de referencia en Sevilla fue entonces la Facultad de Derecho; en la provincia, los centros de salud. Con ellas, en octubre, coincidiendo con el inicio de la vacunación contra la gripe llegó la doble vacunación Covid-Gripe. El único requisito, cumplir los criterios de edad (actualmente hasta los 60 años y ponerlas en brazos distintos. Otro "éxito de la campaña", en palabras del director de la Estrategia de Vacunación en Andalucía.
"Poner más de una vacuna en un mismo día es algo en lo que ya tenemos una experiencia muy grande y sabíamos que iba a salir muy bien, como ha salido", señala.
Vacunas pediátricas: empezar a cerrar el ciclo
Y 352 días después de los primeros pinchazos contra el Covid en Sevilla llegó la hora de empezar a cerrar el círculo con la vacunación pediátrica. El miércoles 15 de diciembre de 2021 se ponían las primeras vacunas en los niños sevillanos de 9 a 11 años con la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Sevilla como nuevo vacunódromo infantil en la capital, más todos los centros de salud de la provincia, algunas unidades móviles y el Hospital de Valme como los puntos elegidos para inmunizar a este colectivo. En total, 44.898 niños sevillanos inmunizados contra el Covid que cierran el primer año de vacunación y el segundo que pasará a la historia por las repercusiones de la pandemia en la salud mundial y los enormes retos que ha supuesto para los sistemas sanitarios y la tecnología biomédica.
"La vacunación infantil es uno de los momentos de toda la campaña con los que me quedo. Ver cómo los niños acuden tan contentos a vacunarse, por sus abuelos, por ayudar a acabar con todo esto, te deja una muy buena vibración de que las cosas se están haciendo bien", concluye Moreno.
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