El presunto cómplice dice que preparó los paquetes falsos "con lo primero que cogió"
Reconoce que entregó al ex agente de la Udyco en dos ocasiones paquetes con escayola, polvo de talco o azúcar pero asegura que no sabe quién robó la droga en la Jefatura.
El presunto cómplice del ex agente de la Udyco Lars Sepúlveda ha reconocido este lunes que realizó dos entregas de paquetes falsos de droga al ex policía y ha precisado que los rellenó "con lo primero que cogió" y tenía a mano, como escayola, polvo de talco o azúcar. Manuel A. N., que se enfrenta a 17 años de cárcel por su participación en el robo de los 154 kilos de cocaína y heroína, ha afirmado en su declaración ante el tribunal que desconoce quien sustrajo las sustancias estupefacientes de los calabozos de la Jefatura Superior de Policía.
El supuesto cómplice ha corroborado la versión del ex agente, al explicar que en el transcurso de una conversación Lars Sepúlveda le comentó que le habían pedido que hiciera unos paquetes simulados de droga y él, a su vez, le dijo que lo haría si a cambio le podían "echar un cablecito, una manilla" con un juicio que tenía en relación con un vehículo y en el que había un inspector de Policía.
Manuel A. N. ha subrayado que el ex agente llevaba un papel con las indicaciones de cómo tenían que ser esos paquetes, "que tenían que simular cocaín"”, y así le fue dando detalles concretos como el número de paquetes que debía hacer, la forma –si tenían que ser cuadrados o con forma de queso- e incluso el color de la sustancia. El acusado ha reconocido que, a la hora de simular la droga, tomó "lo primero que cogió" y tenía a mano, como escayola, polvo de talco o azúcar, ha aseverado Manuel A. N., que ha explicado que realizó estos paquetes en dos ocasiones, una vez en su domicilio de Alcalá del Río y otro en Tomares.
En ambos casos, los paquetes fueron introducidos en el maletero de un coche y, junto a Lars Sepúlveda, había otra persona a la que este acusado asegura no puede identificar.
Lo que sí ha querido dejar claro Manuel A. S. en su declaración es que su esposa y también acusada, María V. S. G., no intervino en la elaboración de esos paquetes, aunque ha señalado que pudo tener contacto con los mismos porque en una ocasión le sorprendió haciéndolos en casa y tenía la casa "como una cochinera", lo que fue motivo de una discusión conyugal. El acusado ha dicho que no le dio explicaciones a su mujer de lo que estaba haciendo porque no era de su incumbencia.
Manuel A. N. ha reconocido que realizó una inversión de 210.000 euros con Lars, pero ha explicado que la puso a nombre de su mujer porque tenía algunas deudas a su nombre. El dinero de esa inversión, según el procesado, procedía de la venta de un solar.
La Fiscalía ha insistido en estas inversiones porque entiende que la droga sustraída fue vendida a terceras personas y esto proporcionó a Lars Sepúlveda y al matrimonio de Alcalá del Río "pingües beneficios económicos" de al menos cuatro millones de euros, atendiendo al valor que tenía la droga sustraída en el mercado ilícito en la época en la que se produjeron los hechos.
El Ministerio Público considera que los dos matrimonios implicados en el robo aumentaron de forma "notable" sus patrimonios en el período comprendido entre 2006 y septiembre de 2009, debido a las "ganancias por la venta de la droga". En el caso de Lars y su esposa, María Teresa M. S., el incremento patrimonial, según el fiscal, fue de 302.307,20 euros, y en 775.311,17 euros, en el caso del otro matrimonio. Con estos ingresos, los acusados adquirieron vehículos de lujo y hasta un yate, en el caso de Lars.
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