Un preso de la cárcel Sevilla-II estrangula a otro con el cordón de un zapato

Un preso de la cárcel de Sevilla-II, ubicada en Morón de la Frontera, mató este martes a su compañero de celda. Lo hizo, según las primeras hipótesis, estrangulándolo con el cordón de un zapato. La Policía Nacional ha abierto una investigación sobre los hechos, que ha procedido a realizar una inspección ocular de la escena del crimen.

El presunto autor del homicidio es un recluso de origen marroquí, identificado como O. E. A. y de 29 años, mientras que la víctima es un ciudadano español cuya identidad responde a las iniciales E. V. P. y tenía 31. El suceso se produjo alrededor del mediodía.

La comisión judicial se desplazó a la prisión, al tiempo que la Policía Nacional realizó una inspección ocular del lugar en el que se cometió el homicidio. Por la tarde se decretó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Sevilla para su autopsia. La investigación la dirige el grupo de Policía Judicial de la comisaría local de Morón de la Frontera.

El presunto agresor estuvo clasificado en su día como primer grado, es decir, el nivel más estricto de cumplimiento de una pena privativa de libertad. Esta clasificación, que se hace a todos los internos cuando entran a la cárcel y se revisa periódicamente, se asigna en casos especiales en los que se detectan dificultades severas de adaptación. La mayoría de los internos son clasificados en segundo grado. La víctima es un delincuente multirreincidente, condenado por delitos comunes.

La prisión ha tomado medidas cautelares contra el presunto homicida, que se encuentra aislado desde el suceso, y ha abierta una investigación interna, que está a expensas de lo que determine la autoridad judicial, según explicaron a este periódico fuentes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

No ha trascendido más información de este crimen, el primero ocurrido en muchos años en las cárceles sevillanas. En ellas sí ha habido, sin embargo, numerosas reyertas y agresiones, tanto entre presos como hacia los funcionarios de prisiones, que han alertado en diferentes ocasiones del incremento de la conflictividad entre la población reclusa.