¿Por qué Sevilla está más sucia?
La situación de la limpieza en Sevilla
Los barrios están más sucios porque sólo se limpian una vez a la semana
La plantilla reclama volver al sistema de limpiar los barrios tres veces a la semana que había con Monteseirín y supone destinar a este fin el 100% del personal de lunes a viernes
Sevilla/La plantilla de la empresa municipal de la limpieza (Lipasam) confirma que Sevilla está más sucia y que la situación afecta sobre todo a los barrios periféricos, ya que el centro de la ciudad se limpia a diario. Y señalan que la suciedad se produce porque las calles de los barrios han pasado a limpiarse una vez a la semana, en lugar de las tres veces a la semana que se escamondaban hace cinco o seis años. Resumen la situación en que “se limpia con menos frecuencia y con menos calidad en los barrios por la mañana por un sistema de trabajo inadecuado y por falta de personal”.
Las causas de esta menor actuación en los barrios responden, según el comité de empresa de Lipasam, a dos cuestiones, pero ya que la plantilla no se puede tocar por mandato estatal, reclaman que se reorganice mejor. La actual organización del personal se aplicó en el mandato de Zoido y la ha mantenido Juan Espadas, pese a las peticiones constantes de los representantes de la plantilla para que se vuelva a la organización anterior. El comité dice que esa reorganización se hizo en 2013 y el gobierno local que es de 2014.
La segunda causa de que se actúe menos en los barrios responde a una reducción progresiva de los empleados cuya cifra no puede ampliarse por mandato estatal. “En limpieza viaria hay de 120 a 150 empleados menos que hace diez años”, protesta desde el comité de empresa Andrés Doblado, presidente, y Antonio Bazo, secretario general de CCOO de Lipasam, la sección sindical que arrasa en esta sociedad municipal.
Las aceras negras se solucionarían con barredoras y con el baldeo de agua a presión
Uno de los efectos más visibles de la suciedad de la ciudad son las gran cantidad de aceras que se han vuelto negras bien por la caída de sustancias de los árboles o bien por la mugre acumulada que indica que hace demasiados años que Lipasam no ha actuado en los acerados.
A diferencia de otras ciudades y capitales que acostumbran a limpiar con máquinas especiales las aceras de toda la ciudad, en Sevilla las barredoras se emplean para limpiar la calzada y únicamente las vemos a veces por el carril bus.
El baldeo con agua a presión, que es el verdadero baldeo, escasea. El comité de empresa de Lipasam asegura que el baldeo a conciencia de calles y aceras ha bajado mucho porque “se hace cada mes y medio o no se hace, cuando antes era cada 15 días”.
Respecto a las máquinas que podrían usarse para limpiar las aceras, las únicas máquinas barredoras (con cepillos que expulsan agua) que pueden emplearse en el acerado son las que pesan menos de 3.500 kilos, de las que hay pocas en Lipasam, entre 20 a 25 máquinas. Este tipo de maquinaria reduciría mucho los residuos de las aceras si se planificara bien barrio a barrio.
La mayor parte de barredoras de la empresa sevillana pesan más de 3.500 kilos, lo que las hace imposibles para las aceras, y por tanto se usan para limpiar la calzada con ayuda de los operarios que soplan la basura.
En opinión de la plantilla, la ciudad no tendría aceras negras si se baldeara con agua a presión con la frecuencia que se baldeaba hace años.
Otro problema que señala el comité de empresa es que los contenedores de basura se limpian menos de lo que deberían. La razón de este hecho es que pasan con menos frecuencia los camiones lavadora: lo hacen una vez al mes cuando antes lo hacían tres veces por semana.
A estos dos puntos hay que añadir otra causa cultural y social que no ayuda nada: el incivismo de los sevillanos que provoca que descuidemos y mantengamos en deficiente estado la ciudad. Hay demasiadas personas de todas las edades y condición social orinando en la calle a todas horas y ensuciando la vía pública y pocos bares con veladores limpian el espacio que ocupan.
En el centro de la ciudad, el comité dice que se está notando también la merma de calidad aunque se limpie a diario por dos razones: porque se les encarga más trabajo a los mismos empleados y deben hacer más sectores de los que hacían: cuatro sectores al día, frente a los 1 a 2 de antes, y porque el baldeo a presión se sustituye por un riego de agua por encima cuando hay que ir más deprisa en la tarea.
La propuesta
La buena noticia es que hay soluciones para mejorar esta situación. Para el comité de empresa la solución es clara en la limpieza viaria: reorganizar a los trabajadores con el sistema que había en el mandato de Monteseirín, en tiempos de los gerentes Alfonso Mir y Rafael Pineda.
Esa reorganización que pide la plantilla consiste en que el 100% de los empleados en limpieza viaria esté operativo de lunes a viernes por la mañana para volver a limpiar los barrios ajenos al centro tres veces por semana, y no una vez por semana como ahora. Las tardes no se harían y las noches se resolverían con baldeo. Y que los fines de semana haya una guardia del 25 al 35% de la plantilla para limpiar en hospitales, mercados de abastos, centros comerciales y zonas de movida.
Según los cálculos que maneja el comité, con ese sistema la empresa se ahorraría un millón de euros al año.
El actual sistema actual de organización de Lipasam consiste en destinar a limpieza viaria en los barrios un 70 % de la plantilla, que trabajen de lunes a domingo y rotando para los descansos semanales.
Amenaza de conflicto laboral para las fiestas
Los representantes sindicales de Lipasam inician en octubre la negociación del nuevo convenio colectivo y amenazan con un conflicto laboral en Semana Santa y Feria si el Ayuntamiento no vuelve al sistema de trabajo anterior de turnos de limpieza viaria que había en los tiempos de Monteseirín. Este supone que el 100% de la plantilla de viaria se dedica de lunes a viernes por las mañanas a limpiar todos los barrios. El comité de empresa de Lipasam, presidido por el sindicato CCOO desde hace treinta años, se queja de que el primer mandato de Juan Espadas pasó sin que tomar ninguna medida, a pesar de su compromiso. “Para nosotros el primer mandato de Espadas han sido cuatro años perdidos pidiendo la reorganización de la plantilla”.
Respuesta del gobierno local
A la pregunta de por qué no se vuelve a la organización anterior, el gobierno local de Espadas responde que esa propuesta que dice la plantilla se ha probado, pero no hay garantías de que sea mejor que el sistema actual y que “se está trabajando para cambiar” la reorganización.
Las inspecciones calle a calle las realiza una empresa externa
El comité de empresa mantiene que en Lipasam son muy pocos los inspectores que inspeccionan calle a calle y barrio a barrio la calidad de la limpieza para una ciudad de 689.000 habitantes y añaden que cuando llegó el PP al gobierno local se le quitaron competencias a estos inspectores y quedaron sobre todo para informar del cumplimiento de la ordenanza de limpieza por parte de establecimientos y ciudadanos. El gobierno local de Juan Espadas aseguró ayer que la empresa Lipasam “cuenta con un cuerpo de inspectores que realiza labores de denuncia ante infracciones de todo tipo” y que existe un sistema de inspección y evaluación interna que se realiza con una empresa externa desde 2014 y “se dedica a analizar calle a calle los principales indicadores del servicio con regularidad. Además hay encuestas de calidad del servicio que realiza la empresa”. El delegado de Transición Ecológica, David Guevara, mantiene que según esas encuestas el ciudadano no está descontento con la limpieza.
“Durante los últimos años se han hecho pruebas en parques concretos probando entre otros el modelo anterior que dice el comité y los resultados de esas pruebas no permiten aún garantizar que una vuelta al sistema antiguo mejore los resultados”, aseguró ayer a este periódico la dirección de Lipasam, bajo la batuta de Virginia Pividal.
El número de trabajadores que destina Lipasam a limpieza viaria se eleva, según el comité, a 800 personas del total de 1.280 empleados fijos de la empresa. Eso supone que limpiarían los 800 en los barrios si se aplica el sistema anterior y que ahora se destinan a los barrios menos de 600 empleados.
En la media del año a los 1.280 indefindos hay que sumar contrataciones puntuales para cubrir los eventos, desde las Navidades a la Semana Santa y otras celebraciones. El comité las cifra en 440 y el gobierno en 500. Es decir, que los trabajadores de Lipasam rondan los 1700 entre fijos y puntuales.
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