"La mujer es respetada en la Policía, pero la conciliación le pone límites"
Entrevista a Ana Cambón, delegada de Igualdad de la Jefatura Superior
Esta inspectora jefa es el enlace de una oficina nacional creada en febrero para potenciar la imagen de la mujer policía y corregir las desigualdades
Lleva más de una década al frente del Gabinete de Prensa y Protocolo de la Jefatura Superior de Policía. A este puesto accedió desde la unidad que se encarga de la lucha contra los malos tratos y las agresiones sexuales, donde le tocó detener a algún que otro violador en serie. Desde febrero es también la delegada de Igualdad de la Jefatura. Ahora compagina su cargo con el de enlace en Sevilla de una oficina nacional creada en la Policía para garantizar que no se vulnera ningún derecho de las mujeres dentro del cuerpo. Todavía no se ha tenido que enfrentar a ningún caso de discriminación, aunque sí a alguno relacionado con la conciliación, que es el problema más frecuente que presentan las policías nacionales.
“La Policía no es más que un reflejo de la sociedad. Si hay machismo en ella, también lo hay en la Policía en la misma medida, no en más ni menos”, explica. Atrás quedan los primeros años de incorporación de la mujer al cuerpo en los que los hombres se negaban a acatar órdenes de mujeres. “La mujer policía está totalmente aceptada. No hay ningún problema en ese sentido. Es que ni se plantea. Hay respeto. Sí existe desigualdad en el sentido de que vemos más limitada nuestra proyección profesional que los hombres, por la responsabilidad que la sociedad nos asigna en el cuidado de los hijos o de los mayores. En el caso de la conciliación, por ejemplo, siempre es la mujer la que concilia y eso nos limita”.
Pone ejemplos. Si una mujer se tiene que ir fuera a presentarse a una oposición para promocionar, se lo piensa mucho más que un hombre porque tiene que dejar a los niños en su ciudad de residencia. “Puede ascender y que le toque un destino en Canarias, por ejemplo. Se lo piensa mucho más que un hombre antes de presentarse y estar lejos de la familia, ¿cómo se ocupa de sus hijos?”.
La Policía intenta mantener a sus agentes en sus lugares de origen, si bien muchos de ellos terminan echando raíces en otras ciudades. Ella misma es de León y lleva ya media vida enSevilla. Los policías son muy endogámicos y es muy frecuente que haya matrimonios entre ellos. “Cuando se da ese caso, cuando los dos son policías, la mujer siempre es la que busca el destino que le permita la conciliación. De esta forma, el hombre está en grupos de investigación mientras que la mujer busca una unidad con un mejor horario”.
La proporción de mujeres en la Policía sigue siendo bastante baja en relación con los hombres. Por eso se pretende fomentar una campaña de visibilización de la mujer policía, que atraiga a más mujeres. “Aquí hay una carrera profesional muy buena, que podemos ejercer en distintas áreas y con posibilidad de promoción. Queremos que se vea el trabajo de la mujer policía, que no está con el niño en brazos sino en los coches patrulla, en las furgonetas de la UIP (los antidisturbios), con los detenidos... y también empezamos ya a estar en puestos directivos”.
De manera lenta, eso sí. Sólo hay seis mujeres comisarias principales en toda España, por 107 hombres. En comisarios la ratio es de 25 por 268, en inspectores jefes de 168 por 1.561. En Sevilla no hay ninguna comisaria actualmente. Hubo una, Concepción Vega Caamaño, al frente de la Policía Científica que fue jefa superiora en Canarias y ahora es la comisaria provincial de Castellón. “Y hay determinadas unidades en las que no hay mujeres, como los GOES (Grupos Operativos Especiales de Seguridad). En los cuerpos de élite no hay mujeres. Como tampoco las hay en algunos grupos de Policía Judicial que tradicionalmente han sido de hombres y en los que queremos introducir más mujeres”. Donde sí las hay, y muchas, es en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM). “Pero ahí también debería haber más hombres”, apunta.
Además de este diagnóstico de la situación de la mujer policía dentro de la institución, la oficina de la que es delegada se encarga también de solucionar problemas habituales, como son la necesidad de unos vestuarios femeninos o que el material esté adaptado a las mujeres. Los chalecos antibalas, por ejemplo, suelen dar problemas. Además, trabaja también en una guía del lenguaje inclusivo para potenciar la figura de la mujer dentro de un cuerpo de seguridad tradicionalmente masculino. Pero que podría, dentro de no mucho, tener una directora.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Cervezas Alhambra
Contenido ofrecido por Osborne
Contenido Patrocinado
Contenido ofrecido por Universidad Loyola