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La Policía detiene a Candy, el maltratador trans, por agredir a unos agentes

La presunta agresión se produce unas horas después de que el abogado de la víctima pida que le pongan una pulsera telemática o su ingreso en prisión

La víctima de Candy: "Se está riendo de todos"

Candy, en una entrevista con este periódico el pasado verano. / Juan Carlos Vázquez

La Policía Nacional detuvo la noche del martes a Candy, la persona acusada de cambiar de sexo para eludir el ingreso en prisión por unos malos tratos a su ex pareja. Lo hizo después de que Candy agrediera presuntamente a unos agentes de este cuerpo, que acudieron a un aviso por un altercado provocado por el propio Candy. Según informaron fuentes policiales, esta persona se encontraba fuera de sí y arremetió contra los policías. Se le imputa en principio un delito de lesiones y otro de atentado a agente de la autoridad. Permanece a la espera de pasar a disposición judicial.

Este arresto se produce apenas unas horas después de que el abogado de la víctima haya solicitado que le pongan a Candy una pulsera telemática o su ingreso en prisión, ante el "peligro inminente" para la integridad física de la víctima y el riesgo de reincidencia. Así lo solicitó el abogado José Antonio Sires, que representa a la ex pareja de Candy, que recordó que el pasado mes de julio un juzgado de Violencia sobre la Mujer acordó como medida cautelar prohibir al maltratador aproximarse a su ex pareja mientras se tramita la causa para garantizar la seguridad de la víctima.

Candy no puede acercarse a una distancia inferior de 300 metros de su ex mujer, el domicilio o el lugar de trabajo de ésta, así como cualquier otro en el que se encuentre. Además, tiene la prohibición de comunicarse con la víctima por cualquier medio. Sin embargo, según el abogado, no pasó "ni un mes" cuando volvió a personarse en el domicilio de la víctima, incumpliendo la orden de alejamiento, "insultándola y amenazándola desde la puerta del domicilio de la víctima", lo que motivó una nueva denuncia y la apertura de diligencias previas por un delito de quebrantamiento de la prohibición acordada por mandato judicial.

A partir de ahí, el letrado señala en el escrito remitido al juzgado que la puesta en libertad del encausado representa "una falta de respeto absoluta a la autoridad judicial y la víctima en particular, lo que nos conduce a interesar, al derecho de mi representada, la adopción de medidas de control del investigado, encaminadas a conceder mayor protección a la víctima, para tratar de garantizar su integridad personal". Dice el letrado que como está vigente la medida de prohibición del investigado de acercarse a la víctima, es necesario que se le imponga "el uso de un dispositivo que permita conocer su localización durante 24 horas, alertando en caso de acercarse a menos de 300 metros de la víctima, ya que la eficacia de esta medida depende de los dispositivos de control existentes".

Sires advertía del "peligro inminente para la integridad física" de su cliente y la "actitud desafiante del encausado, traduciéndose todo en la continuidad de los episodios de violencia de género que continua ejerciendo sobre la víctima llevando a la perjudicada, aún más si cabe, a un estado anímico mermado a pesar de la medida cautelar que pesa sobre él, hacen necesaria acordar otras medidas más efectivas como la prisión preventiva al darse el riesgo de reincidencia".

El caso de Candy saltó a la luz el pasado verano, cuando este mismo abogado denunció que el maltratador había cambiado de sexo para eludir la prisión. El abogado aseguraba que se trataba de un fraude de ley, algo que incluso constató la ministra de Igualdad, Ana Redondo. Candy, anteriormente llamada Cándido, cambió de género el 17 de abril de 2023, mes y medio después de que se aprobara la ley trans. Según su propio testimonio, no cambió de sexo para eludir la entrada en prisión ni se trata de un fraude de ley.

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