La Policía descabeza la 'mafia del taxi' en el aeropuerto de Sevilla
La operación Aertase lleva al menos 18 detenidos, entre ellos la cúpula de Solidaridad del Taxi, y está previsto que termine con hasta 35 investigados
Los taxistas del aeropuerto no son suficientes para tantos viajeros
La Policía Nacional asestó ayer un duro golpe a la llamada mafia del taxi en el aeropuerto de San Pablo. Al menos 18 personas han sido detenidas en la operación Aertase, desarrollada por la Brigada de Información con la colaboración de las patrullas de Seguridad Ciudadana y la Unidad de Intervención Policial (UIP), que mantuvieron durante todo el día un importante despliegue en la terminal aérea. Está previsto que el número de detenidos quede en torno a la veintena, mientras que otros quince taxistas declararán en calidad de investigados por una serie de delitos.
Entre los detenidos está toda la junta directiva de la Asociación Hispalense Solidaridad del Taxi, con su presidente, Antonio Velarde Borromeo, a la cabeza. Se les imputan hasta cuatro delitos: amenazas, daños, coacciones y pertenencia a organización criminal. Los investigadores relacionan a este grupo de taxistas con una serie de altercados e incidentes ocasionados tanto en el aeropuerto de Sevilla como en otras zonas de la ciudad, con ataques y sabotajes a taxistas que intentaron romper el monopolio que esta asociación ejerce de facto en la parada del aeropuerto.
Desde hace más de veinte años, Solidaridad del Taxi mantiene el control férreo y absoluto de la parada de la terminal aérea, la más jugosa de todas las de Sevilla, pues funciona con una tarifa única cuya rentabilidad es mucho más alta que las carreras a taxímetro en distancias mucho más cortas. Esta entidad, que cuenta con algo más de 200 miembros, es la única que en la práctica trabaja en el aeropuerto, pues los taxistas que no pertenecen a este colectivo se enfrentan a duras amenazas, ataques y sabotajes. Esta situación es histórica en el aeropuerto, pero se ha recrudecido en los últimos meses, sobre todo desde el pasado verano.
El aumento de demanda de viajeros en el aeropuerto ha propiciado que el número de taxistas que rinden en la terminal sea insuficiente para dar respuesta a la cantidad de personas que quieren subirse a un taxi nada más aterrizar en Sevilla. Hay que tener en cuenta que al aeropuerto de San Pablo no se puede llegar por tren y sólo hay un autobús público de Tussam, por lo que son muchos los viajeros que optan por el taxi. Contando los descansos del personal, cada día trabajan en la terminal entre 140 y 160 taxistas. Esta cifra es completamente insuficiente para dar respuesta a la demanda. Por aportar algunos datos, en el mes de octubre de 2024 fueron 839.011 los viajeros que pasaron por San Pablo, lo que supuso un 8,8% más que el mismo mes del año pasado, con una media de 27.063 usuarios al día. El año 2023 fue también el de mayor actividad en la historia de la terminal, que superó por vez primera los ocho millones de pasajeros, creciendo un 19,1% en relación con el año anterior. Sin embargo, el número de taxistas que prestan servicio en la terminal sigue siendo parecido al de hace veinte años, cuando las cifras de viajeros oscilaban entre los dos y tres millones anuales.
Esto se traduce en que, especialmente por las noches, la parada del aeropuerto se queda vacía y los usuarios que buscan un taxi tienen que esperar en ocasiones hasta cuarenta minutos para subirse a uno. Esto hizo reaccionar a algunos de los conductores que no pertenecen a la asociación mayoritaria en el aeropuerto, que se han arriesgado en los últimos meses a acudir a la terminal para recoger clientes. Muchos de estos taxistas han sufrido luego amenazas y coacciones por parte de sus compañeros del aeropuerto, e incluso algunos de sus vehículos han sido vandalizados poco después en las inmediaciones de sus domicilios. Hay casos de daños valorados hasta en 7.000 euros. En otros tiempos han sido habituales los pinchazos de neumáticos, lanzamientos de piedras y huevos y hasta de ácido decapante para corroer la pintura de los vehículos.
A diferencia de otros tiempos, en los que los taxistas optaban por no denunciar los hechos por miedo, esta vez parece haber surgido una nueva generación de taxistas que ha perdido ese temor y ha puesto estos incidentes en conocimiento de la Policía Nacional. Esto ha permitido a la Brigada de Información poner en marcha esta nueva operación, que lleva unos nueve meses en marcha y en la que hay escuchas telefónicas y seguimiento a los principales cabecillas de la llamada mafia del taxi. La operación explotó ayer con las detenciones de la junta directiva de Solidaridad del Taxi, entre ellas la de su presidente, Antonio Velarde, y la hija de éste. La investigación judicial del caso la dirige el juzgado de Instrucción número 4 de la capital andaluza.
Varios de los arrestados ya fueron detenidos hace unos años en otra investigación por unos hechos similares, en el marco de una macrocausa contra la mafia del taxi, que dirigió el juzgado de Instrucción 8 y que terminó siendo archivada. Sin embargo, en la causa actual sólo se están investigando los hechos recientes. No se incluyen, por el momento, otros casos como el incendio de nueve coches de Cabify que habían venido a trabajar en la Feria de Abril, que tuvo lugar en un hotel de Castilblanco de los Arroyos.
En la macrocausa llegaron a ser procesados 27 taxistas de la Asociación Hispalense de Solidaridad del Taxi por delitos de pertenencia a organización criminal, coacciones y daños, en relación con el uso de “medios coactivos y vandálicos” para mantener el monopolio del uso de la parada de taxis del aeropuerto de San Pablo. Esa causa, no obstante, fue archivada por la Audiencia de Sevilla porque el tribunal entendió que se habían superado los plazos de instrucción previstos en el artículo 324 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
La misma suerte corrió otra de las investigaciones desarrolladas por el juzgado de Instrucción número 8, en relación con la quema de nueve coches de Cabify, que fue archivada en 2019 porque la magistrada consideró que no había “indicios suficientes, contundes y claros” para atribuir a dos taxistas su participación en el incendio de los nueve coches de la empresa Cabify en la madrugada del 2 de mayo de 2017, durante la Feria de Abril.
Con esta nueva operación policial, el Ayuntamiento de Sevilla está ante una ocasión idónea para acabar con la mafia del taxi en el aeropuerto, uno de los problemas endémicos de la ciudad desde hace más de dos décadas. Sin embargo, nadie del Consistorio se ha pronunciado aún sobre la cuestión. La solución la tiene en su mano: aplicar la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que recomendaba que se establecieran turnos rotatorios de taxistas en la parada del aeropuerto.
Nadie del Ayuntamiento ni del sector del taxi reaccionó ayer a la noticia de la operación Aertase. Sí lo hizo la patronal de los Vehículos de Transporte Concertado (VTC), que en esta ocasión no ha sido denunciante pero sí fue impulsora de la macrocausa anterior con decenas de denuncias y también puso de relieve el bar ilegal que tenía la asociación en el aeropuerto. Aquella denuncia provocó que AENA desalojara el local de Solidaridad. En los hechos que investiga ahora el juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla no hay ataques a VTC.
“Sin duda estamos ante una oportunidad histórica para acabar con más de veinte años de monopolio de una asociación de taxistas en el aeropuerto de Sevilla. Han sido años y años de amenazas, daños y ataques, sin que ningún gobierno municipal, sea del signo político que sea, haya tomado medidas para solucionar esta situación. Los taxistas del aeropuerto tienen el monopolio de las carreras más jugosas y así se les ha tolerado durante años. En el año 2017 presentamos decenas de denuncias, que derivaron en los incendios de Castilblanco. Vemos con tristeza cómo la administración no pone el pie en la pared para frentar estas prácticas mafiosas. Este tipo de organizaciones como Solidaridad del Taxi deberían ser ilegalizadas y no pueden ensuciar de la forma que lo hace el nombre del sector del taxi en particular y del transporte de viajeros en general”, explicó el presidente de la Asociación Empresarial de las VTC de Andalucía, Pablo García Trespalacios.
Para este representante de la patronal de los vehículos de alquiler con conductor, la solución pasa también por el cumplimiento de la sentencia del TSJA, que es del año 2002. Según el alto tribunal andaluz, el sistema de turnos rotatorios respondía a “criterios de necesidad y adecuación al fin perseguido”, que no era otro que “mejorar la calidad del servicio en beneficio de los usuarios, estableciendo un sistema más justo por equitativo respecto de los profesionales”.
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