Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
Una polémica detención, en la que un policía nacional llegó a pisar la cabeza de un arrestado cuando estaba en el suelo, lleva más de cinco años en los tribunales. Tres agentes fueron procesados por ello, pero el juzgado después rectificó y archivó el asunto, sin que nunca hayan llegado a juicio. Lo hizo después de que una de las acusaciones particulares recurriera para pedir la imputación de otro policía.
Tras varios recursos más, el juez decretó el archivo provisional de la causa, una decisión que ha recurrido el abogado de uno de los jóvenes heridos y está pendiente de resolución. Otro de los detenidos llegó a un acuerdo extrajudicial y retiró la acusación. Toda la secuencia se grabó en vídeo, a través de varias cámaras de seguridad de una gasolinera en la que ocurrieron los hechos. Las imágenes no habían salido a la luz hasta hoy.
Este periódico publica ahora la grabación de las detenciones, en las que se puede apreciar cómo los policías sacan con gran violencia a uno de los detenidos de la parte trasera del vehículo. Otro de los agentes practica una llave de arte marcial a otro de los arrestados cuando está en el suelo ya inmovilizado. En otro momento, le pisa la cabeza.
La intervención ocurrió sobre las cuatro y diez minutos del 30 de septiembre de 2016, cuando se inició una persecución entre un coche ocupado por tres personas, cuyo conductor carecía de carné, y varios vehículos de la Policía Nacional. La fuga acabó en una gasolinera, en la que los agentes detuvieron a los tres jóvenes, a los que golpearon reiteradamente, incluso estando ya engrilletados y tumbados en el suelo. Uno de los detenidos sufrió lesiones de gravedad, como la fractura de los huesos propios de la nariz, la rotura de un diente y numerosos hematomas.
La Fiscalía acusó en un primer momento a dos agentes, a los que consideraba autores de un delito leve de maltrato, un delito contra la integridad moral y otro de lesiones. El Ministerio Público solicitó una pena de catorce meses de prisión y dos años de inhabilitación para uno de los agentes y otra de dos meses de multa para el otro, si bien el caso se terminó archivando después.
La acusación particular, que ejerce el joven que resultó herido grave, incluía a un tercer agente como autor de los hechos. La acusación detalló en su día que los tres policías se comportaron con una "agresividad innecesaria e injustificada" y con una "brutalidad" y un "sadismo" incomprensibles, ya que el joven estaba inmovilizado en el suelo y seguía recibiendo golpes.
Pese a que estaban reducidos y con los grilletes puestos, algunos de los policías implicados en esta intervención hicieron algunas llaves de artes marciales a los detenidos, les propinaron un puntapié en la cabeza y golpes con la defensa reglamentaria. Fruto de estos golpes, uno de los heridos sufrió una fractura de los huesos propios de la nariz, un hematoma supraorbitario, una herida inciso-contusa ciliar, una fractura dental y un edema en el tabique nasal, como constatan los partes médicos expedidos tras ser atendido en Urgencias.
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