La ventana
Luis Carlos Peris
Realidad tras unos sueños infundados
La Policía Local de Sevilla abortó más de un centenar de convocatorias de riesgo en la capital andaluza gracias al ciberpatrullaje que realiza este cuerpo en las redes sociales desde el año 2015. Así lo destacó esta semana el subinspector Antonio Barea, responsable de los perfiles oficiales del cuerpo, Emergencias Sevilla, que participó en una de las jornadas del evento CSI Radar, sobre la seguridad en internet.
Este rastreo mediante fuentes abiertas también sirvió para identificar a los autores de distintos delitos. El caso más reciente fue el del hombre que se masturbó delante de dos jóvenes en la calle Torneo, que fue llevado a juicio tras ser identificado por la Policía Local. Fue el primer caso de acoso callejero, recogido en el Código Penal tras la entrada en vigor de la ley del sólo sí es sí, que se enjuició en España.
Entre las citas abortadas hay muchas de carreras ilegales. En mayo de 2021, por ejemplo, la Policía Local identificó y localizó a un joven de 23 años que había lanzado una convocatoria de motoristas para hacer maniobras arriesgadas en el Charco de la Pava. En otras ocasiones se programaron encuentros nocturnos de conductores en la isla de la Cartuja, en las inmediaciones de la Escuela de Ingeniería, o en la zona del Higuerón, en los aparcamientos próximos al Costco.
En septiembre de 2019, la Policía Local detuvo a un motorista de 28 años que atropelló a dos agentes causándoles lesiones graves durante una quedada para carreras y exhibiciones ilegales (una práctica conocida como drifting) en la Cartuja. En agosto de 2018 hubo una intervención contra una quedada para competiciones ilegales
Las fiestas con menores, en las que puede haber un riesgo de exceso de aforo y bloqueo de salidas de emergencias, son otro clásico del trabajo en redes. Halloween y Nochevieja son dos citas clave. En noviembre de 2021, la Policía Local y los Bomberos desalojaron a 2.856 personas del interior de cuatro fiestas de Halloween que habían sido convocadas por redes sociales. En diciembre de ese mismo año, más de 2.000 menores fueron desalojados de una fiesta light en la Carretera Amarilla, en la que no se respetaban las medidas de seguridad.
En diciembre de 2021, se identificó en su domicilio al autor de la publicación en redes sociales de un vídeo sobre una celebración pirotécnica no autorizada en la Plaza de España. Los autores eran del grupo ultra del Betis United Family, que celebraban así su décimo aniversario.
Algunas de las intervenciones son realmente curiosas, como la que se llevó a cabo en julio de 2016, cuando se detectó una quedada para cazar pokemons. Era la época de la fiebre del Pokemon Go. La Policía se anticipó a la primera convocatoria de este tipo, en la plaza de España, y logró que los jóvenes que la habían promovido la desconvocaran. Se evitaron situaciones de riesgo para la seguridad y para el entorno monumental.
El trabajo de la Policía Local en las redes sociales también se aportó en la investigación de los disturbios de la Madrugada de 2017. Los agentes lograron identificar el primer tuit que hablaba sobre los incidentes en el Postigo. Luego hicieron una evolución del mapa de calor de las publicaciones, los vídeos y las palabras clave que los ciudadanos utilizaban en sus mensajes, como descriptores de lo que vivían.
Al año siguiente, también trabajaron para interceptar a un menor que lanzaba mensajes amenazantes para la Madrugada de 2018 desde un perfil de Instagram, algo que hicieron en tiempo récord. La intervención se produjo a las diez de la noche del Miércoles y al adolescente se le tomó declaración en dependencias policiales como investigado no detenido.
Para todo este trabajo se utilizan las llamadas técnicas OSINT o de inteligencia mediante fuentes abiertas, que constituyen un método de alerta temprana. "La información de fuentes abiertas está a disposición de cualquiera que opte por extraerla y procesarla para sus intereses. Es necesario sistematizar y adoptar medidas de seguridad para evitar errores y sesgos en la información", apuntó Barea durante su ponencia. Para ello, se utilizan palabras clave, perfiles de interés, segmentación geográfica y análisis de sentimiento.
El subinspector de la Policía Local explicó que se trata de trasladar al ciberespacio la idea de proximidad sobre el territorio con la que trabaja a diario una fuerza municipal como la de Sevilla. Se trata de un trabajo intensivo para detectar y anticiparse al riesgo, ofrecer información oficial, divulgación sobre las diferentes amenazas, hacer frente a la desinformación y noticias falsas, intervenir y colaborar con la Fiscalía y coordinar la planificación de eventos de masiva concurrencia. La inmediatez en la intervención fideliza a la comunidad.
"Las conductas incívicas o delictivas vienen precedidas de síntomas tanto en nuestras calles como en las redes sociales. Éstas y otras fuentes abiertas son medios muy utilizados para expresar frustraciones con la sociedad. La prevención es la mejor forma de resolver conflictos. Los responsables de seguridad y emergencias precisan información inmediata y cierta", detalló Barea. Lo que busca la Policía en su rastreo de las redes son las conductas anómicas, que son síntomas de futuras acciones antisociales.
"Las redes sociales despiertan una idea de libertad para liberar impulsos individuales. Existe la creencia de que son un espacio sin jerarquías que propicia conductas incívicas. La desinformación y las noticias falsas son conductas anómicas y pueden suponer un elemento desestabilizador de la sociedad. El 90% de la población española puede ser víctima de acciones de desinformación", dijo el subinspector, que recordó que en mayo de 2019 el Ayuntamiento de Sevilla aprobó la modificación del plan de emergencias municipal para incluir los bulos y la desinformación como un riesgo, similar al de un incendio o una inundación.
En esa misma modificación, se incorporó Emergencias Sevilla como canal de información a la ciudadanía y se constituyó el observatorio de redes sociales Sevilla en redes. El trabajo de este perfil es fundamental en los grandes eventos que se celebran en la ciudad. Para ello, siempre hay un enlace con los responsables de comunicación del acto que sea, se identifican riesgos asociados a la actividad, se monitorizan las redes y se planifica una comunicación de crisis asociada al evento. "Anticiparse a los escenarios es esencial".
El ciberpatrullaje no sólo sirvió para anticiparse a situaciones de riesgo, también para detectar delitos que difícilmente se hubieran esclarecido. Los policías locales instruyeron diligencias y practicaron detenciones por una decena de tipos delictivos: contra los sentimientos religiosos, desórdenes públicos, delitos de odio, contra la seguridad vial, usurpación de funciones públicas, torturas y otros delitos contra la integridad moral, contra el medio ambiente, maltrato animal y falsedad documental.
En septiembre de 2018, después de un apuñalamiento a un menor para robarle el móvil en Pino Montano, se detectó un delito de odio con la actividad de un robo de creación de perfiles y publicaciones automatizadas en Twitter, que contribuyó a generar una sensación de inseguridad y pánico y a reacciones xenófobas. Se detectaron 480 publicaciones en 40 horas.
En febrero de 2019 se tomó declaración a las autoras de una pintada que decía "la única iglesia que ilumina es la que arde" en la fachada de San Martín. El 21 de agosto de 2022 se localizó a un joven de 19 años que lanzaba objetos a los coches desde su piso y difundía las imágenes en las redes. En marzo de 2021 se cazó a una conductora de 20 años que publicó un vídeo circulando a 180 kilómetros por hora en la SE-30. En otras ocasiones se han esclarecido accidentes de tráfico.
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