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Buscan a una banda de ladrones de viviendas que actúa en el Aljarafe

¿Cómo se podría atraer inversión?

La falta de un mayor conocimiento del edificio y su historia obstaculiza su futuro. Una propuesta apunta algunas soluciones al gobierno local.

La lona usada como soporte publicitario.
M. J. G.

04 de octubre 2016 - 05:03

El colectivo de jóvenes arquitectos Entre adoquines celebró el pasado abril un taller de trabajo en el que expertos en patrimonio y arquitectos debatieron sobre la situación de la Gavidia y su posible futuro. Un intento por generar un debate necesario en la ciudad. Este workshop contó con apoyo municipal y sus conclusiones fueron presentadas posteriormente al Ayuntamiento de Sevilla, que aprobó la idea de generar un espacio social, de convivencia entre distintos colectivos, empresas privadas y entidades como la Universidad de Sevilla y el propio Ayuntamiento, con una gestión que sería compartida y con un uso variado. Una idea que hoy volverá a exponerse -en un congreso internacional de hábitat eficiente, inteligente y sostenible que se celebra en la Casa de la Provincia- y que también apunta soluciones para poder rentabilizar en todos los aspectos este espacio.

En concreto, estos arquitectos proponen, antes de dotar al edificio de nuevos usos, darlo a conocer, ponerlo en valor como dicen ellos. "El edificio está cegado por una gran lona decorada con dibujos y ocurrentes versos colocada hace ya diez años y que consigue ocultarlo, obviarlo de la ciudad, como si no existiera, hay jóvenes que no conocen el espacio y menos sus características", apunta Francisco Ramos, presidente de la asociación.

Esta puesta en valor del edificio se podría hacer antes de rehabilitarlo. ¿Y en qué consistiría? En la colocación de vallas horizontales que rodeen el edificio y recreen una línea del tiempo basada en la historia de la comisaría y de España, por ejemplo. O en la utilización de la lona que cubre el edificio como muro para proyectar conciertos, que sirvan de excusa para atraer al público al enclave. O incluso como soporte publicitario tanto para las actividades municipales como para empresas, pudiendo obtener así el Ayuntamiento una financiación que se podría destinar al inmueble.

Estos jóvenes plantean también la posibilidad, si fuera posible que el Ayuntamiento acometiera una primera fase de obras para habilitar mínimamente el espacio, de que éste pudiera ser visitado o, al menos, iluminado por dentro para que su arquitectura pudiera ser apreciada y explicada a la ciudadanía. Entre adoquines se ofrece para montar una exposición con este objetivo. Es más, las intervenciones no se quedarían ahí, sino en el entorno. Desde la asociación se recuerda que el edificio se encuentra en el medio de un sistema de espacios públicos: plazas de la Gavidia, del Duque y de la Concordia. "Espacios que han sido invadidos por el coche", apunta Ramos. No en vano, justo la fachada principal da a la entrada a un parking subterráneo que genera un cordón de vehículos que divide el espacio en dos. Estos arquitectos defienden que habría que devolver a la ciudad este espacio, creando un pavimento continuo y reubicando la circulación. "La idea es que la plaza se impregne totalmente del uso que albergue el edificio y que éste, a su vez, pueda aprovechar los patios y la cubierta para convertirse en otro espacio público más para el disfrute de los ciudadanos", explica Ramos. En este sentido, insisten en que el edificio ya podría empezar a ser un generador de actividad con una mínima intervención. Entre las ideas está la de convertir la fachada cubierta en una pantalla de cine de verano, por ejemplo.

Si éste u otro proyecto prosperarase estos arquitectos también plantean un debate arquitectónico. Según explican, el inmueble es un intento fallido de adaptación de los valores del Movimiento Moderno en el sur de Europa. Su arquitectura "condena" su uso futuro si no se interviene de otra forma. "Ideas como la fachada acristalada al sur y unos cerramientos mal adaptados a nuestro clima hacen imposible el futuro uso, pues la única forma sería hipotecando el edificio a un consumo energético inncesario", explica Ramos, para quien el edificio debería pasar a ser un elemento más del entorno, produciendo también la energía para su propio uso, por lo que se plantea, por ejemplo, que haya una cubierta verde natural.

Ideas que permitirían que la Gavidia, primero, fuera recuperada por la ciudad. El segundo paso sería captar a los inversores que permitan una rehabilitación total.

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