URBANISMO
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La Plaza de la Magdalena en Sevilla sigue siendo un fastidio para el peatón

El estacionamiento de camiones, taxis y VTC bloquean uno de los accesos al enclave reurbanizado

Nuevos cambios en el tráfico en el entorno de la Plaza de la Magdalena de Sevilla

La hilera de vehículos aparcados que dificultan el acceso a la Plaza de la Magdalena. / Redacción Sevilla

La Plaza de la Magdalena, en pleno centro de Sevilla, sigue siendo un fastidio para el peatón. Pese a las promesas que en su día se hicieron -durante los pasados mandatos socialistas- de que este enclave histórico se recuperaría para el disfrute ciudadano, nada más lejos de la realidad. El día a día lo constata. Camiones, VTC y taxis aparcados impiden el acceso por la entrada de la calle Rioja. Un desbarajuste de estacionamientos al que no hay quien le ponga orden desde hace tiempo.

Cierto es que, pese a las críticas iniciales sobre su nuevo aspecto, la Plaza de la Magdalena se ha convertido en un lugar más agradable para el peatón que antes de su reforma. Pero esta máxima queda en entredicho cuando se sufren los problemas que originan los servicios que se prestan a los establecimientos hoteleros y hosteleros que allí se encuentran.

Desde que se reurbanizó en el pasado mandato, uno de los aspectos que más llamó la atención fueron las dos terrazas tan amplias de las que goza el hotel que costeó dichos trabajos. Los veladores ocupan casi un banda entera. Para surtir a este negocio, la llegada de furgonetas y camiones se convierte en un trasiego continuo, especialmente durante la mañana. A ello hay que sumar los taxis y VTC que solicitan los clientes alojados en el referido negocio, que también estacionan en la cara sur de la plaza, justo donde confluye la calle Rioja.

Las obras de Zaragoza

Pasear por esta zona supone todo un riesgo para el peatón durante buena parte del día. A este peligro se suma la entrada y salida del aparcamiento subterráneo existente al comienzo de la calle Rioja. Todo un desbarajuste de tráfico que queda muy lejos del supuesto disfrute prometido en su día.

Esta plaza, además, volvió a estar abierta a la circulación meses atrás, cuando comenzaron las obras en la cercana calle Zaragoza. Recientemente se volvió a cortar al tráfico (lo que había obligado a reducir las terrazas de veladores), lo que evidencia la improvisación en la movilidad en una zona estratégica del centro de la ciudad.

Un deporte de riesgo

Lo cierto es que, pese a sus bancos, la cierta sombra de la que está dotada y su abundante vegetación, llegar al corazón de esta plaza supone durante muchas horas un deporte de riesgo, pues a los estacionamientos de vehículos de gran tamaño se añaden las maniobras de conductores que, en más de una ocasión, a punto han estado de llevarse por delante a algún peatón (con trifulca incluida).

Urge que la Delegación de Movilidad solvente esta situación antes de lamentar alguna incidencia de envergadura. Mientras, la Plaza de la Magdalena sigue siendo un fastidio para el peatón.

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