El 75% de la plantilla de Tussam opta por el ERTE y el resto por las medidas de flexibilidad

Aproximadamente "el 75%" de la plantilla de la sociedad Transportes Urbanos de Sevilla (Tussam) ha optado por el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) propuesto ante la reducción de servicios derivada de las restricciones del estado de alarma decretado contra la propagación del coronavirus Covid-19, y el resto de empleados se ha decantado por las reducciones de jornada o los descansos anticipados, según informó Miguel Pereira, secretario general de CCOO en esta empresa.

En declaraciones, Pereira recordó el plazo habilitado para que cada uno de los miembros de la plantilla, individualmente, escogiese a cuál de las citadas opciones se acogía ante la reducción de servicios que desde el lunes de la semana pasada rige en la entidad. Eso sí, precisó que para el ERTE han sido organizados tres grupos diferentes de trabajadores, para que cada uno de ellos esté afectado por la regulación de empleo durante dos semanas, con lo que actualmente está bajo los efectos del ERTE "el 25% de la plantilla", correspondiendo con el primer grupo de empleados sujeto a la regulación.

Fruto del decreto del Gobierno central mediante el que se implanta el estado de alarma, que restringe los movimientos de la ciudadanía a los desplazamientos laborales o para la adquisición de productos alimenticios o de primera necesidad, entre las pocas causas justificadas, el número de viajeros contabilizado por la empresa ha bajado aproximadamente "un 92%".

Más al detalle, de una oferta media diaria de 735.000 plazas, los autobuses de Tussam no estaban cosechando ni 25.000 pasajeros. Es más, según los datos recogidos por la empresa, la media de viajeros por cada vuelta y autobús se reduciría a cinco personas, según informaron fuentes de la empresa.

Tussam redujo su oferta desde el lunes de la semana pasada en un 40% en los días laborables y en un 50% los fines de semana, toda vez que el Metro de Sevilla y el Consorcio Metropolitano de Transportes ya habían reducido los servicios de sus trenes y autobuses interurbanos, ante la importante caída en el número de viajeros por las restricciones a los desplazamientos.