Reconstruyendo el plano de la Muralla de Sevilla
¿Por dónde discurría y discurre la gran defensa?
Urbanismo tiene una herramienta que permite verlo y gestionar y divulgar este patrimonio con tecnología 2 y 3 D
Una herramienta que une pasado y presente a golpe de un clic. ¿Por dónde discurría la Muralla de Sevilla? El casco histórico de la ciudad es uno de los mayores de las capitales europeas. Una superficie que estaba cercada por un sistema defensivo que ha ido evolucionando a lo largo de los siglos y que cuenta con tramos en pie y perfectamente visibles, como los 500 metros de la Macarena. Éstos son una mínima parte del recorrido de una muralla que fue destruida sólo en algunos puntos, pues la mayoría de los restos están hoy subyacentes o embebidos dentro del caserío, haciendo la función de paredes medianeras. ¿Y se puede conocer ese trazado sobre los planos actuales de la capital?
Dibujar sobre la actual realidad geográfica y planimétrica la antigua muralla es posible. Un sistema que está desarrollando desde hace unos años la Gerencia de Urbanismo localiza con detalle cada tramo de la gran cerca defensiva que tuvo la ciudad y apunta qué fincas actuales están afectadas, desde el punto de vista de licencias urbanísticas: no sólo son las que contienen los restos, pues radio de protección del monumento es de 50 metros.
Ignacio Pozuelo, gerente de Urbanismo
"Es un elemento de gestión y de protección urbanística, facilita mucho el control y ayuda a hacer el trabajo de la manera más correcta, pero también es un instrumento de difusión, pedagógico, de un elemento que es muy poco conocido en la ciudad"
Se trata de un instrumento técnico muy potente, un sistema de información geográfica que no sólo permite dibujar por qué parcela discurre la muralla, sino cuál es su situación y, en la misma herramienta, proporcionar los datos catastrales y también las fotos de los restos y enlaces con las fuentes de investigación que han permitido documentarlos. “Es un elemento de gestión y de protección urbanística, pues la herramienta marca qué parcelas están afectadas y, a la hora de gestionar una licencia de obras o cualquier intervención, facilita mucho el control y ayuda a hacer el trabajo de la manera más correcta, pero también es un instrumento de difusión, pedagógico, de un elemento que es muy poco conocido en la ciudad y que nunca hemos perdido de vista”, explica Ignacio Pozuelo, gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla.
La aplicación es un trabajo de colaboración entre los departamentos de Planeamiento y Desarrollo Urbanístico, el Servicio de Sostenibilidad e Innovación Urbana y el de Infraestructura de Datos Espaciales (IDE Sevilla). Su desarrollo requiere de muchas horas y se está contando con la colaboración de universitarios.
Hasta cierto punto, el recinto amurallado es dinámico. “Sabemos por dónde van la mayoría de los tramos de la muralla, tenemos constancia de ello, en algunos casos he sido yo mismo el que los ha visto en algunas obras, pero en otros son hipótesis de investigadores, como ocurre con el tramo que discurriría bajo el Patio de los Naranjos, del que hay poca información”, explica Óscar Ramírez, el arqueólogo municipal. La herramienta permite filtrar entre diferentes capas: hay tramos constatados y sin constatar; en espacio público o privado (por ejemplo muchos están en viviendas de la calle Gravina); y sobre o bajo rasante, como la torre de vela que pudo señalizarse tras unas obras en la Resolana.
Hay tramos que están señalizados en el pavimento, algo que pasa inadvertido para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Algunos ejemplos: en Reyes Católicos, justo delante de Burguer King, está marcados en el pavimento los restos de la Puerta de Triana. También se pueden ver señales en la Puerta Real o en la Puerta de Córdoba. En este último punto se usó el mismo mortero para destacar el trazado y es más evidente. Bastante más sutil son las marcas que se han colocado recientemente en la nueva placita peatonal inaugurada delante de la basílica de la Macarena, que muestra cómo discurriría la Muralla desde la Macarena hasta la Barqueta. Según confirman en la Gerencia de Urbanismo la intención futura es musealizar este recorrido para identificar estos restos y explicarlos.
Hay muchas fuentes de información. “Todos los datos recogidos se vuelcan sobre los planos de la ciudad, sobre lo que también hemos sobrepuesto los antiguos planos del siglo XIX que se guardan en el archivo de la Gerencia, algunos de Melchor Cano y otros que fueron arquitectos municipales”, comenta Ramírez.
El Ayuntamiento cuenta con casi una decena de cajas que contienen cada una un centenar de planos de alineaciones históricas que están siendo digitalizados y que van alimentando la base de datos de Urbanismo. Una vez escaneados se colocan, en su posición en el espacio, sobre la cartografía actual y se observa a la perfección la evolución de la ciudad. “Guardamos toda la información que contienen, también las firmas del autor, anotaciones y topónimos antiguos que aparecen, de manera que en el uso de la herramienta se puede ir filtrando por todos esos elementos”, explica Victoria Segura, arqueóloga de IDE. Igualmente, en la aplicación se están cargando cientos de fotografías de los archivos de la Gerencia de Urbanismo, todas referenciadas. “Es un pequeño big data que te da acceso y te clasifica la información según tu interés en cada momento, cuando la información está dispersa no existe y eso se evita con este sistema”, añade Javier Huesa, jefe de Sostenibilidad e Innovación Urbana.
Apenas se han dado los primeros pasos con este sistema de información geográfica sobre la Muralla de Sevilla y sus aplicaciones son muchas. Un siguiente paso es el desarrollo de un programa de reconstrucciones infográficas de enclaves arqueológicos y arquitectónicos con carácter didáctico que se ha comenzado ya a ensayar con dos puntos de la Muralla de Sevilla, la Puerta de Córdoba y la Puerta de la Barqueta, y que se extenderá a otros monumentos.
El proceso es complicado pero permite conocer con detalle un patrimonio hoy inexistente, reconstruido siempre a partir de investigaciones y datos constatados. Eso ayuda a situar al ciudadano que, si se colocara delante de la gasolinera de la Ronda de Capuchinos, por ejemplo, podría imaginarse gracias a la tecnología 3D cómo era la primitiva Puerta de Córdoba o visualizar el foso con agua que rodeaba la muralla en la Macarena y que se cree que existió hasta el siglo XIX, justo en la caída que hoy hace la zona ajardinada.
Mucho más desconocida es la imagen de la Puerta de la Barqueta, que se situaría en lo que hoy se denomina Plaza de la Duquesa de Alba. En el pavimento se ha marcado una torre, que tenía una gran altura, y que se levantaba en lo que en la época era una zona de paseo, según aparece en algunos escritos de Bécquer. Esta puerta y todo el sistema defensivo se destruyó cuando se hizo el ferrocarril, que se trazó a a altura de la cota de las últimas inundaciones, buscando que fuese también una barrera frente a las crecidas del río, cuyo cauce se ha ido modificando a lo largo de los años. “Bajo rasante quedan muchos elementos de la muralla en esta zona, en la calle Lumbreras está señalizada en el pavimento una torre curiosa, porque era semicircular, y quedan vestigios también de la Puerta de San Juan”, explica el arqueólogo.
Hay varias recreaciones planteadas, de otros monumentos, pero faltan muchos detalles por modelar. Sólo los bocetos despiertan mucha expectación: ¿Cómo era la basílica de la Milagrosa, el sueño inacabado de Aníbal González? ¿Dónde estaría hoy la Monumental? Una plaza de toros en Nervión, el volumen de las Atarazanas en la calle Temprado, el cementerio que acogió la parroquia de San Sebastián...
¿Cuándo estará disponible esta herramienta para el público? “Es un trabajo tan apasionante que nunca se acaba”, comenta el gerente. No es un producto estático y se irá poniendo en carga progresivamente “y cuanto antes”.
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