El plan para reflotar el Estadio de la Cartuja llega 20 meses después de ser clausurado

El recinto interior ya cuenta con certificado de reapertura tras las obras desarrolladas en los dos últimos meses por un coste de un millón de euros, sufragado con el seguro de la cubierta

El acuerdo con la Federación de Fútbol permitirá reinvertir un porcentaje de la taquilla de los encuentros previstos para ir mejorando esta instalación

Imagen interior del Estadio de la Cartuja.
Imagen interior del Estadio de la Cartuja. / Juan Carlos Muñoz
María José Guzmán

05 de febrero 2020 - 17:32

Hace poco más de año y medio que el Estadio de la Cartuja no acoge ningún evento, exactamente esta semana se han cumplido 20 meses. El 5 de julio de 2018 se celebró un concierto del cantante Luis Miguel y desde entonces el interior del recinto, porque en las torres y vestíbulos sí se ha mantenido la actividad, está clausurado. El motivo eran los daños en la cubierta y un informe técnico que desaconsejaba su uso mientras éstos no se reparasen. La noticia del cierre del coliseo no trascendió hasta finales de 2018, en pleno periodo electoral. Las elecciones autonómicas de diciembre retrasaron hasta primeros de año la reunión donde el consejo, donde están presentes las distintas administraciones públicas entre otros socios, tendría que haber aprobado un plan de acción que llega ahora más de un año después.

La solución, obras para devolver la actividad al recinto, se cifró entonces en algo más de 1,5 millones de euros. Pero el cambio político en la Junta de Andalucía, que es quien asume la presidencia de este órgano de gestión con casi el 30% del accionariado, fue dilatando la toma de decisiones, mientras el Estadio de la Cartuja ha seguido deteriorándose y se ha ido agravando la situación financiera de una sociedad que, de entrada, necesita 4 millones de euros para abrir cada día las puertas del recinto, haya más o menos actividad en él.

No obstante, el Gobierno andaluz había asegurado en los últimos meses que trabajaba en distintas opciones para reflotar esta instalación, que ya nació bautizada por los sevillanos como un auténtico disparate olímpico. Pero los planes no habían trascendido y, es más, los representantes en el consejo de administración se unieron en una especie de pacto de silencio para evitar cualquier desajuste que diera pie a pensar que no todos remaban en la misma dirección. No en vano, el estadio se ha convertido a lo largo de su historia en un auténtico campo de batalla.

Javier Imbroda, consejero de Educación y Deporte

"El impacto económico previsto de cada una de estas finales es de unos 43 millones de euros. En este evento por cada euro de inversión de las administraciones revierten 29".

A finales de año, tras conocerse que ya se habían programado y anunciado varios conciertos en el Estadio para la primavera de 2020, la Junta de Andalucía insistió en que había un plan de actuación que, de momento, no podía desvelar. Y, a pesar de los reiterados requerimientos para que trascendieran las intervenciones, el misterio se ha mantenido hasta ahora, cuando se ha hecho oficial que el coliseo de la Cartuja acogerá cuatro finales consecutivas de la Copa del Rey de fútbol.

El canon que las tres administraciones (Junta de Andalucía, Diputación provincial y Ayuntamiento de Sevilla) pagarán a la Federación Española de Fútbol es de 1,5 millones de euros al año

Según ha informado la Consejería de Educación y Deporte, ya se han acometido las obras más urgentes en el recinto, lo que ha permitido que éste cuente ya con el certificado de reapertura que necesitaba también la Federación Española de Fútbol para aprobar la candidatura para la Copa del Rey. Estos trabajos, en los que se ha invertido un millón de euros, se habrían desarrollado en los dos últimos meses, a cargo de la empresa alemana SBP, líder en el sector de la ingeniería. Y se han cubierto con la indemnización de la aseguradora de la cubierta, con quien se habría litigado en el último año para obtener la máxima cuantía posible.

No obstante, el estadio necesita de una mayor inversión, sobre todo, después del compromiso firmado para acoger las finales en los próximos cuatro años. Y aquí está una de las claves de la operación: el acuerdo con la Real Federación Española de Fútbol va a permitir, además, que un porcentaje de los ingresos por taquilla de esas finales sean reinvertidos en la propia instalación.

Las obras continuarán en los próximos meses para poner a punto una instalación que padece también el paso del tiempo. El Estadio de la Cartuja, bautizado entonces como Estadio Olímpico, se construyó para albergar el Mundial de Atletismo de 1999 y con la vocación de acoger unos Juegos.

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