Los pilares de la Gavidia no resisten un terremoto
El estudio de diagnóstico concluye que su estado es deficiente
El último chequeo a fondo del inmueble de la antigua comisaría es de 2016 y establece el refuerzo de vigas y forjados, e inyecciones de cemento en los cimientos
Los pilares de la antigua comisaría de la Gavidia no resisten un terremoto ni fuertes rachas de viento. Esta es una de las principales conclusiones que aparecen en un estudio de diagnosis realizado en 2016 que ya tienen todos los promotores interesados en explotar un inmueble que presenta un estado de conservación deficiente debido a los años que lleva en desuso y un cúmulo de circunstancias adversas como episodios de ocupación y vandalismo.
Este minucioso informe sobre el céntrico inmueble fue encargado por Juan Espadas, que estaba dispuesto a demolerlo (previa descatalogación) si la inspección de los técnicos revelase que el edificio proyectado en 1962 contaba con vicios o patologías muy graves. Lo más llamativo del documento se encuentra en el apartado de estudio de los refuerzos, en el que la empresa Labrum avisa antes de exponer los resultados que “se ha tenido en cuenta la necesidad de darle a la estructura una capacidad resistente suficiente para el cumplimiento de la actual normativa para la sobrecarga prevista”.
Los técnicos apuntan sobre los pilares metálicos de la antigua comisaría de la Gavidia que “se ha obtenido un fallo generalizado por agotamiento del acero debido fundamentalmente a la acción del viento y del sismo para los que no estaban diseñados”. Por lo que consideran imprescindible su refuerzo. De la cimentanción, entienden que ante cualquier actuación de rehabilitación con modificación de cargas y nuevos usos diferentes a los anteriores se debe de tener en cuenta las debilidades del terreno de apoyo, por lo que se recomienda un refuerzo que consiste en un tratamiento del terreno con técnicas de inyecciones con cemento de consolidación bajo las zapatas para aumentar su capacidad portante y disminuir su deformabilidad.
Las principales conclusiones de la comprobación de la estructura para conocer la capacidad portante, ante el nuevo estado de carga que tendrá el histórico inmueble tras la adjudicación del concurso para su explotación, son que las vigas principales y secundarias se mantienen dentro de las tensiones admisibles a excepción de algunos vanos donde se produce el agotamiento del acero; la armadura descubierta de los muros de hormigón armado no cumplen la cuantía mínima; los pilares de hormigón armado son suficiente para los esfuerzos; y los pilares metálicos cuentan con un fallo generalizado por agotamiento del acero.
Con este estudio de diagnóstico se han realizado trabajos consistentes en una inspección visual; un informe de la evolución de las patologías detectadas anteriormente y localización de posibles nuevas anomalías; el reconocimiento de elementos constructivos y estructurales; apertura de catas, revestimientos de estructura metálica en vigas, pilares y forjados para dimensionado y reconocimiento de los mismos; apertura de catas en elementos estructurales de hormigón para reconocimiento del esquema de armado y profundidad de carbonatación; medición de espesores de pared de acero sano en perfiles metálicos mediante ultrasonidos; instrumentación y seguimiento de fisuras; nueva comprobación de la estructura y cimentación para la calificación como gran superficie comercial minorista; y presencia de materiales peligrosos.
Entre las patologías que se encontraron en el estudio realizado en 2009 sobre el estado de conservación de la antigua comisaría y el informe de 2016, aparece como en esos siete años se agravó la concentración de humedades en el edificio principal al haber sido robados la mayoría de los bajantes. Por ese mismo motivo se observa una mayor corrosión en algunos perfiles estructurales y pilares. Se aconseja la revisión de las medidas de seguridad de los abofados de aplacados y elementos sueltos en la fachada.
En el informe, los técnicos concretan cuáles son los refuerzos de forjados a realizar y la manera de hacerlo; cuáles son los refuerzos necesarios en los pilares y las diferentes posibilidades de ejecutarlos; y cuáles son las vigas principales o de pórtico a reforzar y la manera de hacerlo, así como la mejora del terreno base de la cimentación. Además, consideran ya los esfuerzos horizontales de terremoto y viento adecuados a la normativa vigente, y establecen una hipótesis de carga para la que tampoco fue calculado el edificio con el uso que estaba previsto destinarse en ese momento, gran superficie de comercio minorista.
Todas esas actuaciones que se mencionan como indispensables para dejar la estructura y cimentación existentes en condiciones aptas para su nuevo uso (independientemente de su adecuación posterior) tienen un coste estimado de 1.086.909 euros. “Este presupuesto tiene un carácter meramente orientativo, ya que la propuesta de rehabilitación definitiva del inmueble y la configuración que finalmente se proyecte, en función de los usos a implantar, condicionarán las soluciones técnicas a ejecutar y, por lo tanto, el presupuesto de ejecución material definitivo de las obras”.
En 2009, el gobierno del socialista Alfredo Sánchez Monteseirín encargó a la consultora Vorsevi un estudio sobre las patologías de la antigua comisaría. Aquel trabajo concluyó que la estructura del edificio era resistente hasta los 300 kilos por metro cuadrado, excepto los pilares de la planta primera que se deberían reforzar. Los técnicos advirtieron: “En los casos donde la sobrecarga prevista para el nuevo uso sea superior a 300 kilos por metro cuadrado, se deberá comprobar dicha zona para ver la necesidad de refuerzo”. Y prescribieron la necesidad de aplicar “una mejora del terreno infrayacente a la cimentación” mediante inyecciones de hormigón o microcemento en los primeros nueve o diez metros por debajo con el objetivo de mejorar las características mecánicas del suelo y disminuir su permeabilidad. El plazo para estas obras se fijó en ocho meses, siendo su presupuesto de 3.879.310 (sin IVA).
A partir del 26 de octubre los técnicos de la Gerencia de Urbanismo valorarán las propuestas que concurran a un concurso en el que se valoran especialmente aquellos proyectos que dan al edificio un uso como equipamiento privado o, en el caso de que el promotor sea hotelero, quienes reserven un espacio para coworking. Del estado deficiente que el promotor se encontrará la antigua comisaria no hay duda.
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