De Pilar Bardem a Indalecio Prieto: otros cambios polémicos en el callejero de Sevilla
El anuncio de la rotulación de parte del Paseo de Catalina de Ribera a la Candelaria ha generado gran controversia y malestar
Los vecinos ya han conseguido frenar otras modificaciones
El dispar y deficiente callejero de Sevilla
La advertía el Servicio Municipal de Estadística hace unos años y lo vuelto a recordar los vecinos de Santa Cruz y el resto del centro: en el Casco Antiguo es mejor no tocar el callejero. La aprobación por parte de la junta municipal del distrito de cambiar la denominación de parte del Paseo de Catalina de Ribera para dedicárselo a la Virgen de la Candelaria ha levantado una auténtica polvareda. Además, ha demostrado lo lejos que se encuentran los residentes de los políticos en los asuntos del callejero. Mientras que los primeros exigen que no se manosee más, los segundo lo hacen con una visión cortoplacista de la realidad y de la historia de la ciudad. Calle para hoy y desconocimiento del para mañana.
El pretendido cambio en el Paseo de Catalina de Ribera, una figura superlativa del renacimiento que hizo mucho más por Sevilla que todos los políticos actuales, ha recordado un buen puñado de alteraciones caprichosas en el nomenclátor hispalense. Algunas que nunca llegaron a consumarse tras el rechazo; y otras que tuvieron que deshacerse una vez llevadas a cabo.
Un claro caso de oposición vecinal, con resultado positivo para ellos y la ciudad, fue la lucha que también mantuvieron los vecinos de Santa Cruz para que una plaza tan emblemática como la de la Alianza, bautizada así en 1868 por una fábrica de tejidos allí radicada, pasara a llevar el nombre del sevillano Indalecio Prieto, ministro de Hacienda en la II República que consumó la entrega al patrimonio municipal de los Reales Alcázares. La presión vecinal consiguió que revocara por unanimidad un acuerdo plenario de mayo de 2006 por el que se aprobó el cambio de nombre por el del dirigente histórico del PSOE.
No corrieron la misma suerte los vecinos del Arenal, que recogieron firmas y se movilizaron para evitar que la calle Tomás de Ibarra pasara a denominarse con esta designación. Finalmente, el espacio en el callejero dedicado al ministro republicano se situó en la plaza existente ante la delegación de Hacienda.
Otro cambio sonado fue el que se produjo en 2009, durante el (tercer mandato de Sánchez Monteseirín). PSOEe IU acordaron cambiar el nombre de la calle General Merry por el de la actriz Pilar Bardem, cuyo mérito era haber nacido circunstancialmente en Sevilla. Tras llegar al Ayuntamiento dos años después, el popular Juan Ignacio Zoido decidió borrar del callejero a Pilar Bardem para incorporar a Nuestra Señora de las Mercedes.
Más recientemente ha habido otros cambios que despertaron los recelos de algunos sectores de la sociedad. En Triana, se eliminó la calle Vázquez de Leca, dedicada desde 1859 en memoria del arcediano de Carmona, promotor del Dogma de la Inmaculada, para honrar al sacerdote Eugenio Hernández, párroco que fuera de Santa Ana. A los pies de la Giralda, el Ayuntamiento borró un tramo de Placentines para dedicárselo al cardenal Amigo Vallejo. La Alameda de Hércules también perdió parte de su nomenclatura en favor del fallecido político Pedro Zerolo.
En el barrio de Bellavista, los vecinos protestaron airadamente por el cambio de denominación de la Plaza de las Cadenas, que iba a pasar a ser Virgen del Dulce Nombre. En el barrio de la Calzada se vivió hace diez años un hecho insólito. La presión vecinal hizo que la calle Lictores, a la espalda de la parroquia de San Benito, recuperara su denominación tras llamarse durante unos pocos meses Plaza Jesús Presentado al Pueblo. Se trataba de un hecho sin precedentes que deparó que elSeñor de la Presentación contara con dos calles en apenas unos metros. Una de ellas con el calificativo de “antigua”. La vía que pasó a llevar el nombre de la imagen de Castillo Lastrucci fue Alerce.
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