"El petróleo está mucho más subvencionado que las renovables"
Valeriano Ruiz. Presidente del Centro Tecnológico Avanzado de Energías Renovables
Este catedrático de Termodinámica ya jubilado, mezcla de hombre de campo y de científico experimental, es uno de los mayores especialistas internacionales en energía solar
-¿Quiénes son esos tres señores de la foto?
-Dos sabios de categoría internacional, Manuel Losada Villasante y Antonio Luque, y yo… Nos pasábamos horas y horas hablando de energías renovables desde el punto de vista científico. Nos la hizo Antonio Mozo en un seminario de la Menéndez Pelayo, en 1983, en una casa en el barrio de Santa Cruz. Antonio Mozo fue uno de los mejores periodistas científicos que ha habido en Andalucía, un tipo extraordinario, medio loco, que se mató en un accidente de circulación.
-La suya ha sido una vida dedicada a las energías renovables y marcada por la preocupación medioambiental. Alguna vez ha dicho que en algo le ha influido su condición de niño rural.
-Yo nací en Higuera la Real, pero me crié en Fregenal de la Sierra. Me defino a mí mismo como un cateto de campo y considero que el haberme criado en este medio me ha beneficiado mucho. Son muchas experiencias: las cacerías de pájaros con mi abuelo, las visitas a mis tías con mi abuela, ayudar en las faenas de campo, dormir en verano en la era… Me siento de campo y admiro mucho a sus gentes, su capacidad técnica a la hora de manejar las herramientas. Aunque saben que pertenezco al mundo científico y universitario, tengo con ellos una relación de tú a tú.
-¿Por qué decidió dedicarse a la Física?
-Yo nunca he tenido ni he creído en la vocación. Estoy en el punto al que el río de la vida me ha traído. Vine a estudiar Preuniversitario a Sevilla con una beca que no daba para mucho y vivía con una tía mía en los Pajaritos, a la que le entregaba todo el dinero. Tenía claro que quería estudiar ciencias y el año que empecé la carrera pusieron Física, que se ajustaba en algo a mis intereses.
-No da el tipo de hombre abstraído y extravagante tan característico de las caricaturas de los físicos.
-Yo me considero físico experimental, necesito cacharros. Hago mis teorías y escribo libros, pero siempre muy volcado en la realidad experimental. Para mí el padre de la Física es Galileo y fue una suerte poder visitar su cátedra en Padua. Tengo claro que la ciencia, o tiene un respaldo experimental o no es ciencia, sino una elucubración mental disfrazada de ecuaciones matemáticas. Por eso siempre he estado muy ligado a la ingeniería y a la técnica.
-También ha comentado alguna vez lo importante que fue en su carrera el conocimiento en los años 70 de Los límites del crecimiento, el informe encargado al MIT por el Club de Roma que dirigió Donella Meadows.
-El informe me impactó bastante intelectualmente y, junto a la crisis provocada por la Guerra del Yom Kipur, me hizo reflexionar sobre la necesidad de un cambio en el sistema energético que me llevó, inevitablemente, a las energías renovables... Y hasta hoy.
-¿Por qué le impactó tanto este informe?
-Porque hasta ese momento la humanidad nunca había reflexionado en cuanto a los límites a su interacción con la naturaleza. Parecía que el ser humano era el dueño absoluto del planeta y podía hacer lo que le diese la gana. Este informe del Club de Roma me llevó por primera vez a la idea de que el progreso tiene un límite. Además, me descubrió las célebres curvas en ese y en campana, que son el reflejo matemático de todo esto que estoy contando.
-¿En qué consisten dichas curvas?
-Empecemos por la curva en campana. Imagínese, por ejemplo, una población de hormigas que vive en un entorno con los alimentos limitados. La población va creciendo y creciendo hasta que llega un momento en que es muy amplia, pero los alimentos ya se han agotado. La población empezará, por tanto, a decrecer hasta desaparecer totalmente. La curva en ese es cuando esa población se está alimentado de recursos sostenibles, de algo que se renueva continuamente, como un campo de trigo en el que siempre hay cosecha. Esa población de hormigas adapta su número de individuos a los alimentos y consigue permanecer.
-¿Y la curva que está describiendo la población humana es en ese o en campana?
-Lo curioso es que, al principio, las trayectorias de las dos curvas son coincidentes, hasta que llega un momento en que se separan. Creo que la humanidad todavía está a tiempo de formar una curva en forma de ese...
-Pero también podemos describir una curva en campana...
-Absolutamente.
-¿No le da la impresión de que la humanidad lleva tiempo mirando al cielo esperando un milagro? Siempre estamos especulando con un descubrimiento espectacular que solucione nuestros problemas energéticos, que nos salve del desastre definitivo.
-Sí, una energía buena, bonita y barata... La humanidad ha perdido la capacidad de reflexión colectiva. Hoy en día existe un individualismo y un egoísmo anormal que nunca se había producido en la historia de la humanidad. Estamos arriesgando nuestra propia supervivencia. Un ejemplo clarísimo es que todavía no somos conscientes del riesgo que supone el cambio climático.
-Llegamos a uno de los grandes problemas contemporáneos. Sin embargo, todavía hay gente que lo minimiza.
-Científicamente no hay ninguna discusión. La pauta que marca el cambio climático se llama forzamiento radiactivo, que básicamente consiste en la diferencia entre la energía radiante que entra en el planeta y la que sale. Para que la temperatura del planeta se mantenga en equilibrio hace falta que ambas energías estén en equilibrio. Sin embargo, hoy en día entra más energía de la que sale. Este factor, en el año 2005 estaba en 1,6 vatios por metro cuadrado, y actualmente está en 2,3 vatios por metro cuadrado.... A mí lo que me preocupa es este crecimiento del forzamiento radiactivo y la falta de reflexión global. Vamos al suicidio colectivo.
-Otro debate es si el calentamiento lo está produciendo el hombre o si responde a un ciclo climático que se nos escapa.
-Rollos ninguno, está clarísimo y santificado que lo provoca el hombre. Así lo dice tanto el cuarto como el quinto informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC). En mi condición de miembro del Consejo Nacional del Clima, al que llegué gracias a la ministra socialista Cristina Narbona y del que todavía no me han echado, puedo decir que hay muchísima realidad experimental que apunta en esta dirección.
-Algunos teóricos vinculados al ecologismo hablan de la necesidad de que la humanidad tome la senda del decrecimiento. ¿Esto es posible? No parece que los gobiernos de izquierda o derecha sean muy receptivos a esta idea.
-Ha tocado un punto clave. Mi impresión personal es que en la tierra hay recursos de sobra para todos y lo que hay que hacer es repartirlos bien entre los seres humanos... Lo que pasa es que mil millones de hombres, entre los que nos encontramos los españoles, derrochan de todo y otros apenas tienen nada... El egoísmo no tiene límite. Todos los países quieren crecer...
-Bueno, ya hay personas que han apuntado que quizás la humanidad sea una plaga y se comporta como tal...
-Sí, y probablemente tengan razón. Esta imposibilidad de autolimitarnos es propia de una plaga.
-¿Cuánto tiempo nos van a durar los combustibles fósiles?
-Según la Agencia Internacional de la Energía nos quedan 60 años de petróleo, 200 años de carbón y otros 40 de gas natural.
-Es poco...
-Lo peor es que durante estos años seguiremos quemando carbono y, por tanto, produciendo CO2 y aumentando el calentamiento global. En el tema de los combustibles fósiles es donde la humanidad se debe imponer la autocontención lo antes posible.
-Sin embargo, lo que estamos haciendo es inventar nuevas técnicas para conseguir estos combustibles. Ahí está el archifamoso fracking.
-El fracking es un problema gravísimo y en España ya hemos tenido un aviso. Es de sentido común que si metes agua a presión en las grietas del subsuelo existen muchas posibilidades de que algo se mueva... Sin embargo, el problema actual es que seguimos quemando grandes cantidades de carbono.
-Ante este problema están las fuentes de energías renovables: la eólica, la solar, la hidráulica y la biomasa. Los escépticos dicen que no generan la suficiente energía para sustituir a los combustibles fósiles y a la nuclear.
-Si lo planteamos a corto plazo esa idea es evidente. Sin embargo, si lo hacemos a medio plazo, es una auténtica estupidez. Está claro que hoy en día no hay un suficiente desarrollo de las renovables como para sustituir a nuestro disparatado sistema energético. Sin embargo, en este exacto momento, las renovables están dando al sistema eléctrico español un 75% de la energía [Valeriano Ruiz comprueba el dato en el ordenador. Son las 12:00 del pasado martes]. Hace tiempo dije que en 2015 se iba a producir en España la grid parity, es decir el equilibrio del coste kilovatio/hora entre las energías convencionales y las renovables. Bueno, esto se ha producido ya. Ahora mismo interesa más tener en casa una caldera de pellet que de gasóleo... Cuesta la mitad.
-A las renovables también se les critica que son energías muy subvencionadas por el Estado.
-Bueno, según los datos oficiales, el petróleo está mucho más subvencionado que las renovables. También lo están el carbón y la energía nuclear.
-¿El Gobierno de Zapatero apostó por las renovables?
-¡Qué va! Eso no es cierto. Ahí estaba Miguel Sebastián y sus adláteres, que fueron los que empezaron a hacer el gran daño a las renovables. Aunque a la gente le extrañe, quien empezó el verdadero desarrollo de este tipo de energía fue Aznar. Sé positivamente que Zapatero era partidario de las renovables, como consta en el programa electoral con el que ganó las primeras elecciones, pero en el segundo Gobierno todo acabó.
-Pues el actual Gobierno de Rajoy parece dispuesto a rematar la faena. La reforma energética está siendo muy contestada por el sector de las renovables.
-Es un disparate, una locura. Los tribunales internacionales ya están sentenciando en contra de la inseguridad jurídica que ha provocado esta reforma. Han cambiado las reglas del juego en pleno partido y eso es un auténtico latrocinio. No hay que fijarse sólo en los grandes fondos de inversión. Yo, por ejemplo, me he gastado más de 30.000 euros en una instalación en mi casa y ahora dicen que las condiciones que se publicaron en el Boletín Oficial del Estado ya no valen. ¿Cómo puede ser eso? El Estado español va a perder todos los pleitos.
-Uno de los grandes problemas del gasto energético es la movilidad. Si no hay medidas disuasorias nos cuesta mucho renunciar al coche.
-Este problema es grave. Simplificando, los combustibles de locomoción suponen tres cuartas partes del sistema energético, mientras que el sistema eléctrico supone sólo una sola parte.
-Sin embargo, los intentos de introducir el coche eléctrico no están dando buenos resultados.
-El Gobierno sigue empeñado en subvencionar la fabricación de coches de combustión interna, cuando son una especie en vías de extinción que, tarde o temprano, va a morir. Evidentemente, grosso modo, la solución son los coches eléctricos. La industria se irá transformando hacia este sistema y al sistema eléctrico le interesa que así sea. Hay que tener en cuenta que España produce el doble de electricidad de la que consume, por lo que los coches eléctricos le vendrían de maravilla.
-Todavía no hemos hablado de la energía atómica…
-Curiosamente yo empecé como físico nuclear y mi tesina tuvo que ver con las partículas elementales. La energía nuclear tiene tres riesgos gravísimos. El primero es que sigue existiendo el peligro de conflicto nuclear; el segundo son los residuos, que es una herencia que dejamos a nuestros descendientes; y el tercero es que no hay suficiente uranio como para sustituir a los combustibles fósiles.
-Estamos hablando de la energía nuclear de fisión, pero hay quienes dicen que el futuro de esta energía es la fusión, una energía limpia e ilimitada...
-Que yo sepa, no hay ninguna central de fusión en el mundo... No es una realidad, sólo existen investigaciones. Sobre el papel todo es fantástico, pero no sabemos cómo sería en realidad. Sólo existe un reactor de fusión, que es el Sol, y resulta que está a 150 millones de kilómetros. Además, es un auténtico pozo sin fondo para los fondos de investigación y crea unas expectativas innecesarias.
-¿Cómo sería el sistema energético ideal?
-Aquel que consiguiese el equilibrio entre las energías almacenables (biomasa, hidráulica) con las que no lo son y dependen de los factores ambientales (solar, eólica). Ahora tenemos la termosolar, que al contrario que la fotovoltaica se puede guardar en una especie de termo. Está en desarrollo, pero en España tenemos ya más de 40 centrales… En energía solar somos el país número uno, unos campeones, pero vamos a dejar de serlo dentro de poco gracias a este gobierno y el anterior.
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