Los seis personajes del año en Sevilla

Balance de 2019

Destacan en 2019 por su excelencia, el poder, la polémica o las luces y sombras de su gestión

Sevillanos del año 2019.
Sevillanos del año 2019. / Rosell
Carlos Navarro / Jorge Muñoz / Diego J. Geniz

29 de diciembre 2019 - 05:00

Sevilla/De Sevilla a Roma, del PSOE al PP, de la costura a la Iglesia, pasando por los políticos y hasta el poder judicial. Acaba un año con protagonistas en el ámbito local que tienen repercusión mucho más allá de las fronteras locales. El alcalde Juan Espadas revalidó el cargo, pero ha dejado claro que no aspirará a un tercer mandato, por lo que necesariamente tiene las miras puestas fuera de la ciudad. Cuando llegue el momento de tomar la decisión, será clave el contexto de su partido. Yél mismo le ha puesto ya fecha al debate sobre su propia decisión, que comenzará un año antes de los próximos comicios con toda seguridad. El Gobierno del Cambio, con marcado acento malagueño por primera vez, se estrenó en 2019 con un rostro sevillano: el de Patricia del Pozo al frente de la Consejería de Cultura y Patrimonio. La socialista Susana Díaz, otrora poderosa referencia en el socialismo andaluz e incluso español, ha vivido su peor año en política, pendiente aún de renovarse y de saber el destino de Pedro Sánchez para poder aclarar el suyo propio. Un icono de la costura flamenca, Lina, ha cumplido sesenta años en el gremio. Sigue siendo un modelo a seguir mucho más allá de Sevilla. El magistrado ponente de la sentencia de los ERE es un utrerano que ha condenado a la cúpula anterior del PSOE desatando una polémica que marcará mucho años la actualidad política andaluza con fuertes repercusión nacional. Y en la Curia romana hay un nuevo cardenal sevillano, un experto en diálogo interreligioso criado en el barrio de Heliópólis, en las aulas de Claret, que mantiene una relación muy fluida con el Papa Francisco.

Juan Espadas

El segundo y último mandato

Carlos Navarro Antolín

Juan Espadas.
Juan Espadas. / Rosell

En mayo obtuvo su segunda victoria electoral consecutiva en las municipales de la capital. Sacó dos concejales más que en las elecciones celebradas cuatro años antes: de once a trece. El aumento es insuficiente para gobernar sin apoyos de otro partido, pero por ahora este condicionante no ha sido un lastre para sacar adelante los presupuestos. Juan Espadas ha dejado claro que no repetirá en el cargo, por lo que es su segundo y último mandato en el contexto de un PSOE andaluz en crisis de liderato por la pérdida de la Junta de Andalucía después de más de 37 años. El alcalde no desvela cuál será su siguiente reto político: si aspira a dar la batalla en la comunidad autonóma, o algún cargo europeo relacionado con el Medio Ambiente, una de sus pasiones. Por el momento le resta mucho mandato como principal referencia del PSOE en la política municipal y también mucho que ver en la evolución de su propio partido. Quizás se encuentre en una posición cómoda para aguardar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Una vez que él mismo se ha puesto fecha de caducidad como alcalde, su futuro depende de un partido que anda intentando formar gobierno en España en una compleja operación aritmética. Espadas gobierna mientras tanto una ciudad en la que cada día se sufren más los efectos de un turismo a todas luces excesivo y no hay un futuro viable para el proyecto de la SE-40 en el tramo que debe descongestionar el Aljarafe o para la ampliación del Metro. El alcalde tiene a su favor una buena imagen, carece de aristas cuatro años después de haber debutado en el cargo, no ha sufrido desgaste y ha trabajado el eje andaluz en cuanto a sus relaciones con alcaldes de otras capitales andaluzas. Le gusta moverse por las instituciones europeas. Mantiene abiertas todas las puertas, consciente de que todo dependerá de la coyuntura.

Patricia del Pozo

La sevillana del Gobierno andaluz

C. N. A.

Patricia del Pozo.
Patricia del Pozo. / Rosell

El primero Gobierno que no es socialista en Andalucía tiene en ella su único rostro sevillano. Patricia del Pozo representa la cuota hispalense del Ejecutivo que preside el malagueño Juan Manuel Moreno. Criada en la escuela del incombustible Javier Arenas, su Consejería es todo un símbolo, pues representa todo un guiño, una deferencia o una muestra de respeto (cada cuál que elija la expresión que más le convenza) hacia quien sigue todo un icono de la derecha andaluza en España, hoy en su papel de senador autonómico. Patricia del Pozo se identifica con Arenas al cien por cien, al igual que muchos miembros de su equipo con despacho en la sede del Palacio de Altamira o en otras de las sedes próximas. Por el momento trata de imprimir un estilo singular a su Consejería, con apuestas muy sonadas en lo mediático en favor de las hermandades de Andalucía (una partida de 700.000 euros para restauraciones) y con otras medidas de mayor impacto real como el cobro por la visita a los museos públicos de Andalucía, lo que le permitirá ganar en presupuesto para las obras de conservación. Su Consejería tiene unos presupuestos ínfimos en unas cuentas globales de 38. 500 millones de euros que se consumen en su mayor parte en sanidad, educación y dependencia. Hace bien en buscar nuevas fuentes de ingreso siguiendo el modelo de gestión de los grandes monumentos, que cobran por la visita turística e invierten lo recaudado en tareas de restauración. El cobro será simbólico, unos tres euros, y será una medida innovadora en Andalucía de acuerdo, por cierto, con una legislación en vigor desde hace muchos años. Ha salido airosa de algunos nombramientos que ha tenido que rectificar a los pocos meses de haberlos efectuado, cosa que nunca es fácil y que no sólo se han producido en su Consejería.

Juan Antonio Calle

El utrerano de la sentencia de los ERE

Jorge Muñoz

Juan Antonio de la Calle.
Juan Antonio de la Calle. / Rosell

Ha sido el ponente y, por tanto, el que ha redactado los 1.821 folios de la primera sentencia de los ERE, la que ha castigado a 19 ex altos cargos de la Junta, entre ellos los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán por haber ideado el denominado “procedimiento específico” por el que se concedieron ayudas durante una década. Juan Antonio Calle Peña (Utrera, 1961) presidió durante un año el juicio de los ERE, junto a las magistradas Pilar Llorente y Encarnación Gómez que completaban el tribunal. Como ponente del caso, estuvo encerrado 11 meses redactando la voluminosa sentencia que, como era previsible, va a ser recurrida ante el Tribunal Supremo. Una sentencia dura, que ninguno de los acusados se esperaba, y en la que al final el tribunal ha asumido por completo las tesis de la juez instructora, Mercedes Alaya, de la Fiscalía Anticorrupción, y de los peritos de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), que reprocharon el uso ilegal de las transferencias de financiación para el pago de las ayudas. Se trata, sin duda, del caso más importante que Calle Peña ha enjuiciado, aunque como juez que ingresó en la carrera judicial en 1987, ya ha tenido ocasión de juzgar otros casos mediáticos. Así, en 1993 investigó, como titular del juzgado de Instrucción número 20 de Sevilla, al duque de Feria, Rafael Medina, que había sido detenido en un hotel de la capital con una niña de cinco años a la que había hecho fotografías de contenido erótico. Todas las comparecencias judiciales del aristócrata y el juicio fueron objeto de un intenso seguimiento mediático hasta su condena a 18 años, que el Supremo rebajó a la mitad. Calle Peña pasó luego al juzgado de lo Penal número 12 y finalmente a la Audiencia, donde fue apartado de los recursos del caso Betis al ser recusado por su parentesco con uno de los denunciantes.

Susana Díaz

Su particular Annus Horribilis

C. N. A.

Susana Díaz.
Susana Díaz. / Rosell

Nadie podía imaginar que precisamente ella fuera la que perdiera la Junta de Andalucía, el estandarte de poder más seguro que ha tenido el PSOE desde el inicio del período democrático. Hubo un tiempo en que todo el PSOE miraba a Susana Díaz como el relevo natural de Rubalcaba, como la esperanza de un partido que se venía abajo y del que se llegó a hablar de su desaparición más allá de Andalucía. Así fue hasta que Pedro Sánchez se rehizo y, tras ser desalojado del principal despacho de Ferraz, ganó en las primarias del partido. Fue el primer gran resbalón pese a que contó con el respaldo de los grandes históricos del partido. Su segundo gran tropiezo fue la pérdida del Gobierno andaluz. Díaz ha vivido su peor año tras una trayectoria política siempre aliada del éxito. Fue interlocutora de grandes empresarios, referencia de la Casa Real en la operación de relevo en la Jefatura del Estado y hasta una apuesta segura para la derecha sociológica andaluza que nunca terminaba de ver al PP como una alternativa real de gobierno. Todo se esfumó. Ahora ella lucha por su propia supervivencia política, sabedora de que sus opciones de futuro residen en aguantar porque la política es una montaña rusa que ella misma ha experimentado. Ahora le toca sufrir los reproches del PP por la sentencia de los ERE que ha condenado a la vieja cúpula del PSOE andaluz, y le corresponde en cierta manera la compleja tarea de reinventarse, además de organizar la defensa de un partido puesto en duda por el hasta ahora mayor escándalo de corrupción de la democracia. Como tanto otros dirigentes del PSOE está a la espera del futuro de Pedro Sánchez, tanto de la posible investidura como, llegado el caso, de la evolución de un Ejecutivo que necesitará de acuerdos multicolores para sacar importantes iniciativas adelante.

Lina

Sesenta años vistiendo flamencas

Diego J. Geniz

La modista Lina.
La modista Lina. / Rosell

Marcelina Fernández nunca dejó de tener los pies bien pegados al suelo. Ni porque sus trajes de flamenca se lo pusieran la mismísima Grace Kelly ni la entonces Princesa Sofía sintió el vértigo de las alturas. Esta sevillana criada en una casa de vecinos de la calle Salado siempre ha pensado que es “una modista con suerte”, a la que la vida le ha tratado bien, pese a que su infancia y juventud se las pasó cosiendo botones para los soldados que iban a la guerra. Así se lo confesó en 2010 a Clara Guzmán, primera periodista sevillana especializada en moda y referente a la hora de escribir de patrones, hilvanes y pasarelas. El emprendimiento que tanto se ensalza en nuestros días lo puso esta modista en práctica en aquella España de los 60, que dejaba atrás el racionamiento y la sombra negra de la contienda civil. Había que ser modernos. No esperar a que el olmo diera peras, sino plantar el peral. Y Marcelina, con la ayuda indispensable de su marido Francisco Montero, abrevió su nombre para hacerlo grande. El imperio de Lina nació hace seis décadas, un alumbramiento que colocó al traje de flamenca en la órbita de la moda. El talle a la cadera, el escote alto, los encajes perforados, la importancia de los complementos... Su firma quedó para siempre cosida a las costuras feriantes de un sector que ahora vive su etapa dorada. Todo lo que la moda flamenca es hoy se debe a Lina, quien supo cogerle la medida a las grandes de la canción: desde Rocío Jurado a Pasión Vega, pasando por Isabel Pantoja, a la que confeccionó el traje de novia. Discreción y maestría son los cánones del oficio, como el pelo estirado, el moño alto y las gafas oscuras suponen las señas de identidad de una emprendedora que le puso color a la ciudad en el momento preciso. Lo dijo John Galliano al visitar su taller: “La Christian Dior de los volantes”.

Miguel Ángel Ayuso Guixot

Un sevillano en la Curia romana

C. N. A.

Miguel Ángel Ayuso Guixot.
Miguel Ángel Ayuso Guixot. / Rosell

El misionero comboniano Miguel Ángel Ayuso Guixot (Sevilla, 1952) es nuevo cardenal de la Iglesia Católica desde el pasado octubre.Se ha criado en el seno de una familia de nueve hermanos, del que es el quinto. Es uno de los dos españoles que integran la nueva hornada de trece cardenales promovidos por el Papa Francisco en el último Consistorio. El otro fue el almeriense Cristóbal López Romero, actual arzobispo de Rabat. Fue bautizado en la Parroquia de San Bernardo y criado en el barrio de Heliópolis, donde estudió en el colegio Claret. En 1976 dejó la ciudad por motivos de estudios, aunque volvió a ella periódicamente por vacaciones o por mero descanso ordinario. Cursó dos años de Derecho en la Universidad de Sevilla, pero pronto entró en el noviciado de las Misiones en Moncada (Valencia) y después pasó un año en Santiago de Compostela. A partir de entonces viajó a Roma para formarse en Teología en la Pontificia Universidad Urbaniana para después comenzar unos estudios claves en su trayectoria como eclesiástico al ser matriculado en el Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos. Fue ordenado sacerdote en 1980 de manos del cardenal Bueno Monreal en su parroquia del Corpus Christi. Dos años después fue enviado a Egipto a su primer destino misionero. Hoy dirige uno de los ‘ministerios’ más importantes de la Santa Sede: el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, clave para el fomento de la convivencia de la religión cristiana con otras confesiones. El sevillano Ayuso, ordenado obispo en 2016, cree que los cristianos de hoy tienen que perder un temor evidente: “Hay que desechar el miedo a acercarnos al diferente. Este es el desafío de hoy. Hay que activar una actitud de vida marcada por el diálogo con la finalidad de promover uniones. El Papa nos enseña a todos a ser compañeros de viaje los unos de los otros”.

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