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¿Qué son las Perseidas? Lo que necesita saber de la lluvia de estrellas más popular

El astrofísico Marcos Villaverde explica las claves del fenómeno que se repite cada agosto.

Cielo estrellado sobre el observatorio de Sierra Nevada / Carlos Gil
Daniel Peña Roldán

08 de agosto 2018 - 17:59

Cada verano, alrededor del 10 de agosto, multitud de curiosos miran al cielo nocturno esperando disfrutar, si la meteorología acompaña, de la lluvia de estrellas más conocida. Las Perseidas permiten vislumbrar numerosas estelas de luz que desaparecen rápidamente del firmamento pero... ¿Qué son en realidad?

En primer lugar, hay que saber que no son estrellas pese a que se las llame así. Tampoco son "luciérnagas atrapadas en el cielo", como decía el suricato Timón en El Rey León. Esas bolas de luz son conocidas científicamente como "meteoros", explica Marcos Villaverde, doctor en astrofísica. Reciben el nombre de "bólidos" o "bolas de fuego" cuando son de gran tamaño. Son simplemente "pequeños granos de polvo espacial" que dejan tras de sí una estela de luz al entrar en contacto con la atmósfera.

¿Cuándo se produce una lluvia de estrellas?

La actividad de estos fenómenos es mayor cuando se hay lluvias de meteoros. Se dan cuando la Tierra "corta el rastro que van dejando los cometas" en su órbita alrededor del sol. En el caso de las Lágrimas de San Lorenzo (nombre que reciben las Perseidas por su próximidad al día del santo), la gran cantidad de meteoros se debe al rastro de partículas que deja el cometa Swift-Tuttle. La Tierra se cruza con la trayectoria de este cuerpo celeste todos los años entre "finales de julio y principios de agosto", cuenta Villaverde. Este año, la noche de mayor intensidad será la del 12 al 13 de agosto.

¿Qué tienen de especial las Perseidas?

Las Perseidas son la lluvia de meteoros más conocida. Se trata de uno de los "periodos de meteoros más intensos", aunque "no el mayor". Sin embargo, la época del año en el que tiene lugar hace que habitualmente los cielos estén más despejados de nubes y la visibilidad sea más propicia que en otras ocasiones.

Durante este periodo, la "tasa horaria cenital" es de 100 meteoros por hora. Este es el número que se verían si el punto del que parten estuviera justo sobre nuestras cabezas. Lo que no quiere decir que se vayan a ver 100 estrellas fugaces cada hora (lo que supondría más de una por minuto). ¿Por qué? Se trata de una "media realizada con el máximo de actividad". Además, el punto del que parten no se sitúa justo sobre nuestras cabezas. Los meteoros salen de la constelación que da nombre al fenómeno: Perseo. También hay que tener en cuenta que "nuestra visión no es de 360º", por lo que alguno puede quedar fuera del ángulo de visión.

La intensidad del fenómeno varía cada año, ya que depende de distintos aspectos, como "la actividad del cometa en el momento en que paso por ese punto" o la "atracción que ejercen sobre las partículas otros planetas, especialmente Júpiter en este caso", explica el astrofísico. Esto hace que la frecuencia de meteoros sea "muy difícil de predecir". Y no sólo sirven para recrearse: su estudio ayuda a los científicos a "afinar los modelos de actividad planetaria" y conocer más sobre lo que hay "flotando por el espacio".

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