La pelea del número 7
La inclusión de Carmelo Gómez, colaborador de Susana Díaz, se interpreta como una imposición de ésta al propio Griñán.
La lista de Sevilla al Parlamento de Andalucía se cerró en la noche del sábado cumpliendo con el principio de equilibrio entre rubalcabistas y chaconistas. O entre vieristas y griñanistas. Y horas después el acuerdo se rompió, según confesó en público Viera, por los vetos a los que se le había sometido una vez más. ¿Qué pudo ocurrir? La explicación hay que buscarla entre los integrantes de la lista.
Los nombres de los afines a Viera coinciden con las quinielas. José Caballos, Carmen Tovar, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y María Jesús Montero, más rubalcabista que vierista y que, de entrada, no suponía ningún problema a la dirección regional, al contrario. La cuestión está en el orden de aparición. Y también coinciden los de la lista de Griñán, que quería contar con José Muñoz, Verónica Pérez y Miguel Ángel Vázquez, que se ha quedado fuera al entrar, contra todo pronóstico, Carmelo Gómez.
Éste ha sido la mano derecha de Susana Díaz en las negociaciones que la secretaria de Organización habría forzado hasta última hora para hacer valer su posición, un pulso que habría generado incluso un distanciamiento entre San Telmo y San Vicente, esto es, entre Susana Díaz y Griñán. Una situación que explicaría lo ocurrido que no sólo habría sido una pelea de números, sino la injerencia que habría colmado el vaso.
El noveno puesto quedaría fuera, según las mejores previsiones, pues el PSOE calcula que podría mantener sólo ocho de los once diputados que actualmente tiene en vista al escenario electoral en el que se mueve. Y en esta posición se sitúa a Gómez de Celis, que ejerció de interventor para Rubalcaba durante el pasado congreso federal. Viera habría peleado por incluirlo en uno de los puestos preferentes, el 3 o el 5, pues tras los dos primeros otorgados a Griñán y Susana Díaz, el tercero debería ser una apuesta de Viera y, al ser una lista cremallera, debería estar ocupado por un hombre. En el entorno de Susana Díaz se apunta a que la negociación se atrancó en este puesto, que finalmente ha sido para José Caballos, pero desde otros sectores se asegura que el propio Griñán había dado por válida esta opción desde primera hora.
Así, el puesto para Gómez de Celis debería ser el 5. Pero la dirección regional admitió en el 4 a María Jesús Montero, que en las pasadas elecciones fue número 2, y el 5 se reservó a Griñán. Sólo quedaba el 7, pero lo ocupó Carmelo Gómez. Y ahí sitúan muchos la tormenta.
En el partido hay quienes apuntan más allá y aseguran que la dirección regional ha sido generosa con Viera y que su dimisión a última hora habría sido más la respuesta de alguien dispuesto a morir matando.
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