La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
sanidad
Fernando Ferreira representa a un centenar de pediatras de la sanidad privada sevillana que hace un mes dijeron basta. Están "hartos" tras décadas "perdiendo derechos" a favor de las aseguradoras y sus pólizas "cada vez más baratas". Se quejan de que sus tarifas llevan 25 años congeladas. Un cuarto de siglo en el que los médicos que trabajan para compañías aseguradoras han cambiado de moneda, de la peseta al euro, pero no de cuantía en sus honorarios.
Pasan consulta, en algunas ocasiones, sin beneficios y, en los mejores de los casos por no más de 10 ó 12 euros. Son lamentos sin eco durante muchos años en unas grandes compañías de seguros privados a las que hace justo un mes, el pasado 16 de octubre, declararon la guerra. Una guerra de guerrillas en la que también están inmersas otras seis especialidades en Sevilla: la de dejar de asistir pacientes en consulta y quirófano de ciertas aseguradoras. Junto a pediatras, cirujanos cardiovasculares, traumatólogos, cirujanos maxilofacioles y plásticos, urólogos, otorrinolaringólogos y especialistas del Aparato Digestivo, constituyen un núcleo de en torno a 400 facultativos.
Las compañías ante las que se han plantado, también son varias. "Así ejercemos una presión más amplia porque, por las características de cada especialidad, no se podía plantear una negociación colectiva", aclara el presidente de la Asociación Sevillana de Pediatras en Ejercicio Libre y sus Especialidades, que acapara el 95% de la facturación de pediatría de toda la provincia. En su caso concreto, la batalla es con Sanitas. "Pero el problema no es sólo con esta compañía. Había que empezar con una y, elegirla, ha sido una estrategia estudiada", precisa Ferreira.
El objetivo, por su parte, es el mismo: lograr una subida de sus retribuciones "tras ver durante años como el coste de la vida sube" y sus salarios "siguen estancados".
Ferreira explica que en pediatría, por el perfil del paciente y la propia idiosincrasia de la especialidad, se complica todo. La reiteración de consultas habituales en los menores ante cuadros, sobre todo, víricos suponen grandes pérdidas al profesional que acaba viendo pacientes de forma gratuita para su bolsillo. Un
"handicap" añadido, con nefastas consecuencias para pacientes y profesionales. "Una consulta de pediatría puede estar en torno a los 12 ó 13 euros, pero eso es la primera vez que ves al niño. Como por lo general son pacientes que requieren de una revisión, esas segundas visitas ya las cobramos entre seis y ocho euros. Pero en los casos que, en un mismo mes, vuelva una tercera vez, ahí ya ni siquiera nos pagan", explica el pediatra.
Ante este panorama, los médicos de la privada están trabajando "a volumen". "No hay otra forma de cubrir, al menos, los costes y, aún así, tenemos pérdidas", destaca Ferreira que lamenta que, en consecuencia, "se está "perdiendo en calidad". "Es la primera que se está viendo dañada y es una pena", apostilla.
En su opinión, esta situación va "absolutamente en contra" de la sostenibilidad del sistema privado. "La gente siempre ha recurrido a un seguro privado para huir de las largas listas de espera de la sanidad pública.
Era el atractivo de la privada. El poder acceder a especialistas y pruebas diagnósticas de manera ágil, pero esa batalla de abaratamiento de las pólizas en la que han entrado las compañías para tener cada vez más asegurados y una mayor rentabilidad económica ha hecho que el sistema privado también se sature y hoy en día los tiempos para ver, por ejemplo al pediatra, se dilatan muchísimo", concreta. "Es más, me atrevo a decir que las personas se están encontrando, en comparación con la pública, dos modelos prácticamente calcados en cuanto a saturación de pacientes y eso es debido a ese abaratamiento de pólizas", insiste.
Fernando Ferreira explica cómo llegar a este cierre de consultas fue una situación límite. "Empezamos hace un mes promoviendo el diálogo e intentando sentarnos con todas las compañías para informarles de nuestro descontento. Esperamos respuestas que, desafortunadamente, salvando algunas que se sentaron a escucharnos, aunque sin ánimo de negociar, no hemos visto, como tampoco un interés por parar ese descontento generalizado que existía en pediatría", afirma. Eso fue al principio.
Pese a ello, ahora, los pediatras miran la situación con optimismo. "Sí podemos decir que estamos viendo movimientos y acercamiento por parte de algunas compañías y seguramente podamos conseguir algo. No será nada ambicioso, pero confío que sí lo suficiente como para poder mejorar esa calidad de atención en la consultas. Sí deberían de habernos escuchado antes y no hubiéramos tenido que llegar a esta situación de parar consultas que no había ocurrido nunca", concluye.
Los primeros fueron los especialistas en Aparato Digestivo. Los últimos en unirse han sido los otorrinolaringólogos. Entre ellos, urólogos, cardiólogos, cirujanos maxilofaciales y plásticos, traumatólogos y pediatras, conforman las siete especialidades médicas de las 21 que hay en Sevilla que desde julio han ido poniendo coto progresivamente a la asistencia privada en Sevilla, sólo con algunas aseguradoras, para no bloquear así su flujo de pacientes y poder seguir trabajando. El objetivo, presionarles para que se sienten a negociar la actualización de sus tarifas.
Así, arropados por el Colegio de Médicos de Sevilla, que fue el organismo que puso las bases para este gran paso a finales del año pasado, son en torno a 400 los profesionales que se han unido ya en la provincia a esta pionera protesta. El éxito dependerá de la intención de negociar de las grandes compañías aseguradoras que dominan el negocio de la sanidad privada en España. Para hacer fuerza, los médicos de la sanidad privada han ido creando asociaciones por cada especialidad hasta lograr entre un 80% y el 90% de adhesión, lo que ha forzado a algunas aseguradoras a sentarse a negociar con los médicos junto a los grupos hospitalarios . Una batalla sin precedentes que no abandonaran “hasta ganar la guerra”.
El otorrino Emilio Domínguez pertenece a esa última especialidad en sumarse en Sevilla a esta protesta. Hace de portavoz de una asociación que engloba la práctica total de los médicos especialistas de otorrinolaringología colegiados en Sevilla. “Seguimos trabajando con un sistema que se elaboró en los años 80 y, como consecuencia, hay muchísimas técnicas nuevas que no están tipificadas en los baremos de las compañías y, al no estar registradas, no las facturamos. Y ha llegado un momento en que la situación no es sostenible porque, aquello por lo que cobramos no se parece nada a lo que hacemos”, se queja el especialista, que indica que, de momento, han dejado de aceptar pacientes asegurados con Asisa. La hoja de ruta incluye seguir parando progresivamente con el resto de compañías “hasta que se sienten” para negociar una actualización de los baremos, “claramente desfasados”.
El presidente de la Asociación Sevillana de Aparato Digestivo y Endoscopia (Asadye), el doctor Javier Romero, subraya que, aunque con matices, “en todas las especialidades se da el mismo discurso”. “Pedimos una actualización de baremos y, sobre todo, una dignificación de nuestra profesión”, defiende al tiempo que concreta que, en su caso personal, tras 13 años trabajando en la privada, cobra “exactamente lo mismo” que cuando empezó. “No me han subido ni un euro en la inmensa mayoría de los actos médicos realizados. Vivimos una situación inflacionista, las compañías ganan cada vez más dinero, también los centros hospitalarios y nada de eso se ve reflejado en nosotros, que somos los que vemos a los pacientes con los que ganan dinero”, apostilla.
Los profesionales estiman, que, según una campaña de difusión del Colegio de Médicos, la actualización de baremos podría llegar a un 145% del IPC. Dicha institución médica respalda “cualquier actuación que vaya a favorecer la dignificación de la profesión”. “Los facultativos que trabajan en la sanidad privada se encuentran en una situación límite, donde se ven obligados a trabajar a volumen, lo que perjudica claramente la calidad asistencial del paciente”, ha repetido en todo este tiempo su presidente, el pediatra Alfonso Carmona. El camino está abierto.
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