Patrimonio Municipal: una veintena de edificios cerrados y a la espera de uso
Cuando todavía no se han cumplido dos años de la puesta en marcha del Plan Director el proyecto se encuentra en vía muerta
El cronograma de gestión planteaba dar un uso coherente a los inmuebles para que sirvieran a la ciudadanía y salieran de su letargo
Un salvavidas para el patrimonio de Sevilla
Un patrimonio desaprovechado y un plan que no se cumple. Sevilla es una de las ciudades que cuenta con mayor patrimonio arquitectónico vinculado al Ayuntamiento. Haciendas, antiguas iglesias, naves industriales, restos romanos, molinos árabes o edificios funcionales, son propiedad municipal y la mayoría de ellos se encuentran cerrados, algunos en ruinas y sin una previsión clara de uso futuro.
El Consistorio aprobó en octubre de 2022 el Plan Director del Patrimonio Municipal. Un elaborado y sesudo documento realizado por la Universidad de Sevilla que incluye 130 edificios y bienes del Ayuntamiento. A corto y medio plazo, el cronograma contemplaba hasta 2025 una inversión de 70 millones de euros para recuperar muchos de estos bienes priorizando los usos socioculturales, culturales, de industrias creativas, museísticos y docentes.
Cuando todavía no se han cumplido dos años de su puesta en marcha, el proyecto se encuentra al ralentí, por no decir que está en punto muerto. El cambio en el gobierno municipal no ha ayudado a su desarrollo , y eso que el equipo redactor se reunió con el director general de patrimonio. Lo más preocupante no es que los edificios no se estén restaurando, según el plan de acción, sino que no se lleve a cabo el plan de gestión posterior, verdadera alma del documento, y que como fin último planteaba dar un uso coherente a los inmuebles para que sirvieran a la ciudadanía y salieran de su letargo.
Clasificación en función de la intervención necesaria
El Plan Director del Patrimonio establecía una clasificación de los bienes inmuebles en relación con las intervenciones de restauración arquitectónica necesarias.
Por un lado, estaban los edificios sin uso y con graves patologías o riesgos que hacían peligrar sus valores patrimoniales (actuaciones de consolidación). En esta categoría se encontraban la Cisterna romana de la plaza de la Pescadería; la Hacienda El Rosario; la Torre Blanca; el Molino de San Juan de Teatinos; o el Cortijo de San Ildefonso.
Recientemente, se han realizado intervenciones de urgencia en la Hacienda del Rosario, el Cortijo de San Ildefonso, o el Molino de San Juan de los Teatinos, pero todos ellos siguen necesitando de una rehabilitación integral y, sobre todo, de un plan de uso que sea garantía de supervivencia.
Un caso que lleva muchos años enquistado es el de la Cisterna romana de la Plaza de la Pescadería. Se trata de un patrimonio que en cualquier ciudad se exhibiría con orgullo, pero en Sevilla permanece en el más absoluto abandono. El castellum aquae, el sistema general de aguas de época romana, languidece bajo el suelo de la Plaza de la Pescadería sin que se rehabilite y se abra a las visitas reguladas. Esta gran obra de ingeniería romana datada en la época del emperador Trajano (siglo II d. C.), fue hallada en el año 2006 durante las obras de la controvertida “piel sensible”, que supuso una repavimentación del entorno de las Plazas de la Alfalfa y El Salvador. Pese a que la idea inicial era que pudiera ser visitado, al menos, en ocasiones singulares, permanece sin instalación eléctrica ni ventilación, incluso se ha inundado en alguna ocasión.
En el siglo II d.C. este punto era el más alto de la ciudad y, por tanto, el idóneo para construir este aljibe. Desde fuera es imposible ver el interior a través de las estructuras de cristal al estar siempre empañadas. El cierre prolongado y la falta de ventilación es la causante de una gran contaminación biológica, por lo que las personas para bajar ahora mismo habría que protegerse con equipos EPI. También pasan desapercibidas las verdaderas dimensiones del aljibe, cuyo trazado está dibujado muy sutilmente en la solería, aunque al estar cubierto por veladores es imposible que se aprecie. El aljibe en su época de funcionamiento estaba formado por tres naves paralelas cada una con una dimensión de 41 por cinco metros, cubiertas por bóvedas de cañón. Ahora mismo sólo es visitable una sexta parte del mismo, ya que gran parte discurre bajo los edificios en dirección sur.
El segundo grupo de inmuebles lo forman los que estando en uso presentan algunas deficiencias puntuales que precisan una intervención para salvaguardar sus valores patrimoniales. Es el caso de la Casa Fabiola; el Castillo de San Jorge; el Centro Cerámica de Triana; el Antiquarium; el Teatro Lope de Vega y Casino de la Exposición; y las Columnas calle Mármoles.
El único que permanece cerrado actualmente es el Castillo de San Jorge, que fuera sede de la Inquisición. El Ayuntamiento anunció que abriría en este espacio un centro dedicado al arte sacro sevillano. De momento no se ha hecho. En el resto se han realizado intervenciones recientes, aunque el Lope de Vega sigue clausurado a la espera de que se subsanen unas deficiencias y se pueda reabrir el próximo año.
En tercer lugar, se encuentran los edificios en uso parcial que precisan de actuaciones de conservación y rehabilitación en las zonas que no están en uso.
Se trata del Monasterio de San Jerónimo; Convento de Santa Clara; la Hacienda Miraflores y el Palacio del Pumarejo. La primera fase de las obras del espectacular monasterio de San Jerónimo de Bellavista ya se iniciaron. El Plan Director prevé que se destine a usos socioculturales y a espacio museístico municipal. En el convento de Santa Clara se siguen realizando inversiones. El Ayuntamiento se encuentra pendiente de varias ayudas estatales para poner en marcha varios proyectos de importancia. Pero la rehabilitación integral, aún queda más de la mitad del convento. Sigue pendiente.
En la Hacienda Miraflores, ya se acometió una intervención y al Ayuntamiento acaba de sacar a licitación la rehabilitación de las antiguas caballerizas, la torre del contrapeso y la nave del molino, así como la reurbanización del entorno. El uso previsto en el Plan es el de espacio museístico municipal y sociocultural.
En cuanto al Palacio del Pumarejo, un edificio que lleva décadas pendiente de su rehabilitación, ya se ha licitado la primera fase de las obras por 4,7 millones y un plazo de ejecución de 18 meses.
El Plan Director también identifica los edificios sin uso que precisan de una actuación de rehabilitación integral. Tras la aprobación del documento, el anterior equipo de gobierno puso en marcha varias intervenciones: la Muralla de la Macarena; la Real Fábrica de Artillería; el Pabellón de ingreso de la cárcel La Ranilla; la antigua iglesia de San Laureano; Naves taller de Renfe en San Jerónimo, la iglesia del colegio de San Hermenegildo o la Hacienda El Rosario. De manos de empresas privadas se ha actuado en la Fábrica de Vidrio la Trinidad, el Silo de Cruzcampo o la nave de Santa Bárbara.
Siguen cerrados otros inmuebles tan relevantes como la casa natal de Luis Cernuda, el Pabellón Real, la Nave de la Calle Campamento o el molino de San Juan de los Teatinos.
La quinta categoría de edificios contemplada por el Plan Director son aquellos que están sin uso y que precisan de una actuación de conservación y adecuación de poca envergadura para su funcionamiento. Es el caso de la llamada Torre La Única, en la calle Torneo, cuyos usos previstos son economía social y tercer sector e industrias creativas; la Nave Singer, en la calle Lumbreras con un destino de espacio museístico e industrias creativas; la Casa Mallén, con un uso sociocultural; Villa Encarnita, para la que se propone un uso relacionado con la economía social y tercer sector e industrias creativas; Villa Julita, para uso sociocultural; Villa Pombo (economía social y tercer sector e industrias creativas); el Edificio de la calle Pajaritos (espacio museístico municipal); el Cortijo de San Ildefonso (economía social y tercer sector e industrias creativas); y la Casa Mallén (sociocultural).
Como tras intervenciones relevantes y de calado, el Plan Director contemplaba la rehabilitación urbana del entorno del teatro Lope de Vega y Casino de la Exposición. Una actuación que sigue empantanada.
Existen otros edificios adscritos al patrimonio municipal que se recogen en el Plan Director cuyo uso no se acaba de definir. Es el caso del Costurero de la Reina para el que se han anunciado varios usos que han quedado en nada, como museo de la Primera Vuelta al Mundo o punto de atención turística. El Plan prevé que tenga una finalidad museística.
Recientemente, ha vuelto a manos municipales la Torre de los Perdigones. Se puso en funcionamiento en marzo del 2023 tras realizar labores de puesta a punto, si bien desde su apertura hasta el 31 de diciembre de ese mismo año sólo se registraron 1.275 visitas. En mayo del año pasado se contrató un estudio para ver la viabilidad del espacio y cuya conclusión pasaba por hacerse cargo del edificio colindante (propiedad de la Gerencia de Urbanismo) destinado a restauración y montar un complejo junto con la torre, el restaurante y un punto de información turística en el Casco Norte, de forma que se desvíen los flujos turísticos desde el centro histórico. Dada la imposibilidad de rentabilizar el espacio, se procedió en marzo de 2024 a su devolución al Ayuntamiento de Sevilla. El uso que contempla el plan es museístico.
En una situación muy delicada se encuentra el edificio del Mercado de la Puerta de la Carne. Se trata de un exponente del Movimiento Moderno (MoMo) cuya estabilidad está ciertamente comprometida. El Ayuntamiento va a acometer en breve una actuación urgente de consolidación.
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