El pasaporte covid entra de puntillas en los bares de Sevilla
Hosteleros y clientes viven su primer día de comprobaciones del certificado Covid, que no afectó mucho al no ser obligatorio en exteriores
Pasaporte covid para entrar en las cafeterías de la US y la UPO
Ya está en vigor la obligación de presentar el pasaporte Covid al entrar en negocios de hostelería y ocio nocturno en Andalucía. Una medida prevista hasta el 15 de enero del próximo año y que afecta a los mayores de 12 años. Aunque muchos aún no se hayan enterado o hicieran como que la cosa no va con ellos. “Algunos clientes me dicen que no necesitan el pasaporte porque ya tienen las tres vacunas”, cuenta Juan, camarero de un bar de la calle Arroyo. Las personas mayores, habituales ocupantes de muchas mesas a la hora del desayuno se sorprendían de la nueva medida: “Esto debería ser sólo para los jóvenes, que no paran de salir y entrar”, opinaba una señora que prefirió no dar su nombre por temor a que sus nietos la catalogaran de “antigua”. No obstante, su compañera de velador hablaba en la misma dirección: “Está bien que lo pongan en las discotecas, verás como se queda la mitad fuera”.
Los veladores, sin embargo, fueron refugio para aquellos sin pasaporte o sin batería en el móvil. “No tengo batería, pero vengo todos los días y me conocen”, explicaba José Manuel, habitual cliente de los bares de la Alameda de Hércules. La obligatoriedad del pasaporte es en los interiores, no en el exterior. Sea por eso o por el miedo a los espacios cerrados, las terrazas presentaban mejor aspecto que los locales por dentro. Aunque en otros establecimientos sí lo pidieron aunque se estuviera en plena calle sentado. “Lo exijo por si tienen que entrar al servicio”, explicaba un exhaustivo camarero en la Plaza Pedro Zerolo en la hora del aperitivo.
La primera prueba de fuego para la nueva norma será el fin de semana, puesto que la jornada del lunes fue tranquila en bares y restaurantes. No obstante, sí se puso de manifiesto la disparidad de opiniones con respecto a la norma. Una de las más controvertidas se retransmitió para toda España desde un bar de Tomares. Una reportera de Telecinco entrevistó en directo a un cliente que estaba sentado en la terraza y le preguntó por el mencionado pasaporte. Su respuesta, ya viral en redes sociales, no deja indiferente: “Si me lo piden, me vuelvo para atrás inmediatamente. No voy a entrar en ningún restaurante que se preste a esta dictadura de control social, que no sanitario”.
A pesar de esta crítica, la mayoría de los clientes y paseantes consultados ven con buenos ojos la implantación de la medida. “Todo lo que sea dar seguridad en estos momentos, bienvenido sea”, exponía Pedro, padre de una familia sentada a la mesa en las inmediaciones de la calle José Laguillo. En la misma línea hablaba María José, una estudiantes que mostraba su lado más precavido: “Mis padres me piden que vaya de casa a la facultad y de la facultad a casa hasta que los datos mejoren”. La opinión de la patronal hostelera la dará hoy su presidente, Antonio Luque, que hace días hizo llamamiento a los clientes, a los que dijo que “tienen que poner mucho de su parte” para que esta medida funcione. A sus compañeros de sector, en cambio, les rogó “seguir dando ejemplo” para cumplir “a rajatabla” las normas.
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