Última hora
Raphael sufre un linfoma cerebral

Las papeleras, las otras expulsadas del centro de Sevilla

El Macero

Vecinos del Casco Antiguo se quejan de la desaparición paulatina de estos recipientes

El motivo podría estar en el mal uso que le han dado los clientes de los pisos turísticos

Sevilla después del verano. Todo sigue igual

La Calle Regina, carente de papeleras hasta llegar a las 'setas'. / Juan Carlos Vázquez

Seamos sinceros. Sevilla no dista mucho de otras ciudades en cuanto a higiene. Lo dijimos en esta página hace poco más de un año. La eterna Roma, con la que tanto vinculan la ciudad hispalense, no acapara entre sus virtudes la pulcritud. Está sucia. Con calles donde se acumula la basura y con tal cantidad de pringe en el pavimento que ya la quisieran algunos de los jamones que vemos colgados en ciertos supermercados, esos que usted sólo se atreve a comprar en caso de desavío en la despensa.

Pues a lo que iba, que ni Roma ni Sevilla pueden presumir de pulcritud en sus calles. Cierto es que la educación cívica no pasa por sus mejores años, no es un valor al alza. Pero tampoco mentimos si afirmamos que muchos de los viandantes lo tienen complicado a la hora de encontrar papeleras. Que se lo digan a los vecinos del Casco Antiguo, donde estos recipientes han comenzado a menguar de forma alarmante, cual cuenta corriente en la cuesta de enero.

Los pocos residentes que van quedando en el centro de la ciudad lo lamentan. Varias son las llamadas que recibe este periódico en las que se advierte de la escasez de papeleras desde hace meses en determinadas zonas de este amplio distrito. El motivo principal, el hecho de que durante años hayan acumulado abultadas bolsas en su entorno, depositadas por los nada silenciosos clientes de pisos turísticos, que evitaban, de esta manera, desplazarse a un contenedor situado unos metros más lejos. La ley del mínimo esfuerzo.

La calle Santa Ángela, también sin papeleras. / Juan Carlos Vázquez

Parece ser que ésta ha sido la solución dada desde la Plaza de San Francisco a dicho problema. Fuentes municipales precisan que la eliminación obedece a una optimización del operativo para la recogida de residuos.

Uno de los vecinos critica la escasez de papeleras en el entorno más inmediato a las setas de la Encarnación, formado por las calles Regina, Alcázares, Santa Ángela de la Cruz, Jerónimo Hernández, Javier Lasso de la Vega y José Gestoso.

Un paseo -el arte de andar y contar, que dijo Chaves Nogales- lo confirma. En Santa Ángela, por ejemplo, no hay ninguna. En Regina existen dos, en su tramo más ancho, el situado junto a las setas, espacio que ha mudado de piel: de comercios tradicionales (reliquias eran los guatinés y las mimbrerías de sus escaparates) a los sempiternos veladores de gastrobares (y otros locales hosteleros de complicada definición). En Jerónimo Hernández está instalada una, el mismo número que en la Plaza San Juan de la Palma, de gran amplitud.

Otro residente asegura que en la cercana calle Descalzos quitaron la única papelera que existía hace un año. Nunca más se supo de ella. En San Felipe (que une el muy frecuentado bar El Tremendo con Doña María Coronel) hasta hace dos semanas había instaladas dos. Los vecinos se vieron obligados a pegar carteles avisando a los turistas de que no podían dejar las bolsas de basura allí, sino en los contenedores. Estas papeleras ya no están. Ni se las espera.

A pesar de su amplitud, la Plaza de San Juan de la Palma sólo dispone de una papelera. / Juan Carlos Vázquez

En la calle Orfila sobreviven dos papeleras. Una en la esquina con la Plaza de Villasís y otra delante de la sede del Ateneo, toda una referencia con la Docta Casa. En Javier Lasso de la Vega no existe ninguna. En José Gestoso, tampoco.

Otro residente del entorno lamenta que lleva días llamando al teléfono de información municipal 010 para obtener una aclaración sobre esta paulatina eliminación. “La callada por respuesta”, lamenta.

La calle Regina sólo cuenta con dos papeleras en su tramo más ancho. / Juan Carlos Vázquez

Así las cosas, la conducta incívica de los turistas vuelve a repercutir en los sevillanos que aún viven en el centro de la ciudad, una especie en peligro de extinción. A estos supervivientes (dignos de un centro de interpretación tan al uso) son a los que ahora PP y Vox intentan salvaguardar -como el mítico lince ibérico- tras ponerse de acuerdo en la regulación de los pisos turísticos.

Se trata del primer asunto de calado en el que la derecha sevillana alcanza un consenso, 15 meses después de que José Luis Sanz tomara el bastón de mando. Fin al "tripartito bloqueador". Aquella expresión del alcalde tiene los días contados. Habrá que buscarle también su papelera. Va a estar difícil.

2 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último