Prisión para el ex papa del Palmar y su mujer

La juez de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Utrera ha enviado este mediodía a prisión al ex papa del Palmar de Troya, Gregorio XVIII, y su mujer, Nieves Triviño, después de que intentaran robar en la basílica de la orden de los carmelitas de la Santa Faz e hirieran de gravedad a uno de los religiosos.

El ex papa del Palmar de Troya ha pasado este miércoles a disposición judicial, después de haber recibido el alta médica en el Hospital Virgen del Rocío. Gregorio XVIII ha llegado a los juzgados de Utrera en compañía de su mujer, Nieves Triviño, a la que la juez prorrogó su detención durante 24 horas. Lo hizo con la intención de tomarle declaración junto con su pareja y comprobar si las dos versiones se contradicen. La Guardia Civil les imputó en principio los delitos de homicidio en grado de tentativa y robo con violencia e intimidación, si bien el juzgado sólo les investiga por este último cargo, aunque con agravantes.

Ambos entraron ilegalmente en la basílica del Palmar de Troya la tarde del domingo con intención de robar. Saltaron el muro perimetral de la iglesia por la parte más baja, junto a los depósitos de agua de la finca, encapuchados y armados con armas blancas. Pero se encontraron con el padre Silvestre, un cura joven que estaba realizando tareas de mantenimiento. Según las primeras investigaciones, el ex papa atacó a Silvestre con un cuchillo, pero éste se defendió y en el forcejeo apuñaló a Gregorio XVIII. Los dos hombres resultaron heridos graves, mientras que la mujer del ex papa sufrió lesiones leves.

El ex papa ha permanecido desde el domingo hasta la mañana de este miércoles en el Hospital Virgen del Rocío, donde estaba detenido y bajo custodia de la Guardia Civil. Los médicos le han dado el alta médica a mediodía de hoy y la Guardia Civil lo ha llevado directamente al juzgado. La juez de Instrucción 4 de Utrera ha decretado el encarcelamiento de los dos arrestados. Ella irá a la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra y él al módulo de preventivos de Sevilla-I.

La pareja ha llegado a los juzgados en un patrullero del instituto armado con las lunas tintadas. Los dos detenidos iban en los asientos traseros del coche. Él iba esposado, vestido con un polo de color rosa y unos pantalones vaqueros, con una chaqueta que le cubría la cabeza y con calzado deportivo. Ella ha repetido el modelo de ayer, un vestido blanco y un chaleco negro sobre el rostro, si bien se ha cambiado de zapatos. Ninguno de los dos reos ha dicho una sola palabra a los informadores que aguardaban en la puerta de los juzgados.