El Papa ensalza la herencia de la fe en las hermandades y la familia

El Papa Francisco ha ensalzado la importancia que tienen en las hermandades y la piedad popular en la nueva evangelización y ha destacado la facilidad con la que se transmite la fe tanto a través de las familias y en estas corporaciones de la Iglesia. El nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza, ha sido el encargado ayer de leer un importante mensaje del Santo Padre durante la inauguración del II Congreso de Hermandades y Piedad Popular, que se celebra en Sevilla hasta el próximo domingo, festividad de la Inmaculada. Tras las palabras del pontífice, monseñor Edgar Peña Parra ha pronunciado el discurso de apertura. “Donde hay hermandades y piedad popular la fe se ha mantenido”, ha dicho. Además, han intervenido el presidente del Consejo de Cofradías, Francisco Vélez; el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz; el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; y el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses.

El Papa se ha valido de un texto de San Manuel González, el obispo de los Sagrarios, en su mensaje a los participantes en el Congreso. “Qué gozo ver caminar el cortejo acompasado por el ritmo de una oración silenciosa”. “Nuestra imaginaria estación de penitencia –añade– sigue su camino hasta la Santa Iglesia Catedral, hasta el Sagrario donde el Señor nos espera (…) “Este pan vivo es el único que puede saciar el hambre de nuestra sociedad”. El Papa ha puntualizado en su mensaje que el texto que había propuesto a la meditación no hablaba de la estación de penitencia, “en realidad habla de la obra social de la iglesia, del compromiso radical por la transformación del mundo”, y de acercar “la ternura de Dios” a los hombres que sufren.

El enviado especial del Papa, monseñor Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, ha sido el encargado de pronunciar el discurso de apertura tras la lectura del mensaje de Francisco. Peña Parra, que el martes pudo comprobar de primera mano cómo viven la fe los sevillanos durante la entrega de la Rosa de Oro a la Macarena, ha señalado que desde hace siglos, las hermandades y cofradías han sido también pilares fundamentales de la identidad del pueblo sevillano. Además, ha apuntado que las hermandades y la piedad popular pueden ofrecer hoy un consuelo espiritual y un sentido de pertenencia “para que aquellos que buscan significado y trascendencia en sus vidas puedan encontrarse con Jesucristo, fuente de la verdadera alegría, porque cuando estas manifestaciones se traducen en expresión social, se convierten en un testimonio gozoso de la propia fe a los ojos de los no creyentes y en un estímulo para los débiles”.

El enviado del Papa ha asegurado que las hermandades “siguen atrayendo a muchos a la fe, por la vía de la belleza y del amor, al mismo tiempo que van entretejiendo una red de devoción, fraternidad y compromiso social que involucra cada aspecto de la vida de la comunidad”. De esta manera, estas corporaciones se han convertido en “faros constantes de la confesión de fe en tiempos de oscuridad y ejemplos vivos de compasión cristiana”. Así, “como organizaciones de la Iglesia, las cofradías han fortalecido los lazos comunitarios, pero también continúan todavía hoy desempeñando un papel importante en la vida cultural y política”. Donde hay hermandades y piedad popular –ha insistido– “la fe se ha mantenido. Donde no existe, la fe se ha venido a menos. Esa potencia evangalizadora no la podemos despreciar. Es estos tiempos de cambios, la Iglesia les necesita especialmente a ustedes”.

Por su parte, monseñor Saiz ha aseverado en su intervención durante este acto inaugural en la llamada a ser faros de caridad en un mundo cargado de luces y sombras, de oscuridades y desafíos. El arzobispo ha planteado la necesidad de que la piedad popular se sitúe en relación estrecha con la misión de la Iglesia y la transmisión de la fe, “de manera que las hermandades puedan ofrecer un itinerario que contribuya a que muchas personas abran la mirada a la belleza de la experiencia cristiana”. Además, ha indicado que las hermandades han de ofrecer un “testimonio creíble de la fraternidad que les da nombre”.

Por su parte, Juanma Moreno ha subrayado “el importante papel que nuestras hermandades desempeñan en nuestra sociedad todos los días del año”; mientras que el alcalde, ha aseverado que Sevilla es la capital mundial de las hermandades: “Son las entidades más vertebradoras de toda la sociedad en nuestra ciudad”.