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La pandemia provoca una bajada histórica de la criminalidad en Sevilla

La capital registra 37.254 delitos en 2020, la cifra más baja desde que se publican los registros

La caída de la delincuencia entre 2019 y 2020 es superior al 24%

Bajan todas las modalidades delictivas salvo los homicidios y el tráfico de drogas

La redada de la Policía Nacional en el Polígono Norte de Sevilla, en imágenes / Antonio Pizarro

La pandemia del covid-19 provocó en 2020 una bajada histórica de la criminalidad en Sevilla. En la capital, los delitos descendieron en un 24% en relación con el año anterior. La ciudad cerró el ejercicio pasado con 37.254 infracciones penales, nada que ver con los 49.006 de 2019. En el conjunto de la provincia, la caída fue algo más sostenida, del 16,7%, al pasarse de 87.222 delitos registrados 2019 a 72.685 en 2020.

En ello influyeron las distintas medidas impuestas por las autoridades para frenar la expansión del coronavirus, como los confinamientos, los cierres perimetrales por municipios, los toques de queda, las restricciones de horas de aperturas de los comercios y la ausencia de turistas. Todos los delitos, salvo los homicidios y el tráfico de drogas, bajaron considerablemente entre un año y otro.

Así consta en el balance de la criminalidad que cada tres meses hace público el Ministerio del Interior. En esta ocasión, el informe corresponde al año completo 2020, ya que incluye el último trimestre, que faltaba para conocer el total del ejercicio. En las anteriores oleadas ya se apuntaba a un descenso claro de los delitos, algo que rompe la tendencia al alza de los años anteriores. La bajada es la mayor desde que el Gobierno informa públicamente de estos registros, hace más de una década.

Las estadísticas dan la razón al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que calificó los últimos sucesos ocurridos en el Polígono Norte y San Jerónimo como "hechos aislados" y aseguró que en ningún caso los datos de criminalidad apuntan a una situación grave de inseguridad, como sí defendían otros partidos políticos que pretendían sacar rédito de los disturbios del Polígono Norte y el homicidio de San Jerónimo.

Sólo hay dos modalidades que crecieron en 2020. La primera fueron los homicidios y asesinatos. En Sevilla capital hubo tres crímenes consumados, los mismos que el año anterior. Pero sí hubo bastantes más casos que se quedaron en grado de tentativa. De 21 intentos de homicidio en 2019 se pasó a 33 en 2020, lo que significó una subida del 57,1%.

Detención del hombre que mató a su padre en la Macarena a principios de 2020. / Antonio Pizarro

Las tres muertes violentas ocurridas en la capital fueron esclarecidas por el Grupo de Homicidios. La primera de ellas se produjo antes de la pandemia, el 22 de enero, en el barrio de La Carrasca, en la Macarena. Allí, un toxicómano mató a su padre a puñaladas. Fue detenido esa misma tarde en las inmediaciones del domicilio familiar y, meses más tarde, aceptaría una pena de siete años de cárcel.

El segundo homicidio se produjo el 20 de julio en la calle Josefa Rodríguez Guerrero, en las cercanías de la avenida de la Cruz Roja, donde un hombre mató a una mujer de 54 años y luego le prendió fuego a la vivienda. Intentó hacer pasar la muerte como un incendio accidental. La Policía comprobó después que la víctima no había muerto por el fuego ni por inhalación de humo, sino que había sido estrangulada y el incendio era un intento del asesino de borrar pistas. De poco le sirvió, pues fue detenido uno días más tarde.

El tercer caso sucedió en la calle Pino, en Torreblanca, donde un hombre llamó para alertar de que una mujer a la que había recogido en su casa estaba muerta. El Grupo de Homicidios averiguó que la víctima había sido golpeada brutalmente y que había muerto por la gravedad de las heridas tras una agonía de 24 horas. El autor del crimen era precisamente el hombre que llamó a la Policía, que estaba asociado con un matrimonio que se había ganado la confianza de la víctima para robarle la pensión, y a la que ahora exigían el pago de una deuda de 800 euros. Los tres fueron detenidos dos semanas después.

El Varita, autor del atropello mortal de una bebé de diez meses en Castilblanco de los Arroyos. / Raúl Caro / EFE

En la provincia, hubo 12 asesinatos consumados por 9 del año anterior, lo que supuso un incremento del 33%. Los casos que se quedaron en tentativa fueron 64, mientras que en 2019 esa cifra se quedó en 40. Es decir, se produjo un aumento del 60%. El asunto más destacado fue el doble crimen de Dos Hermanas, hubo dos asesinatos machistas (uno en Aznalcóllar y otro en Palomares del Río) y la muerte de una bebé de diez meses atropellada por un conductor drogado en Castilblanco de los Arroyos.

El otro delito que crece en Sevilla es el tráfico de drogas. En la capital lo hace en un 15,2%, muy por encima de los números de la provincia, que sólo registran una evolución del 1,3%. Este tipo de delitos es resultado de la acción policial, que se ha recrudecido en los últimos años, sobre todo en la lucha contra el cultivo de marihuana.

En la capital se pasó de 184 casos a 212. La gran mayoría de estos asuntos fueron por cultivo o tráfico de marihuana. Esta droga se ha convertido en la más demandada en toda Europa y se produce íntegramente en España. En determinadas zonas de Sevilla abundan las plantaciones de interior, o indoor, que se instalan en viviendas, garajes, locales y naves industriales. Esto está alterando gravemente la ya de por sí deteriorada convivencia en esos barrios, con continuos apagones e incluso incendios derivados del elevado consumo eléctrico que requieren las plantaciones.

Narcolancha descubierta en una nave de Utrera. / Antonio Pizarro

A esto se le une la fuerte presión que las Fuerzas de Seguridad, especialmente la Guardia Civil, mantienen hacia las grandes mafias del hachís, a las que han cortado las conexiones y alianzas con los narcos locales de Sevilla. En la provincia se han intervenido varias narcolanchas empleadas para traer droga por el Guadalquivir.

El resto de delitos bajan de forma más que notable. La modalidad más común y frecuente es el hurto, que ha experimentado también uno de los mayores descensos entre un año y otro. En 2020 se registraron en Sevilla 10.242 hurtos, mientras que el año anterior hubo 18.140. La caída, por tanto, es del 43,5%. La ausencia de turistas y la no celebración de fiestas mayores y otros eventos masivos en los que los carteristas aprovechaban para pasar desapercibido está detrás de estos números.

Muchas de las víctimas de los hurtos en Sevilla han sido tradicionalmente turistas, sobre todo los asiáticos, más confiados y con un elevado poder adquisitivo, a los que los delincuentes robaban al descuido en zonas como la Plaza de España o el conjunto monumental del centro. En la ciudad operaban antes de la pandemia varias bandas de carteristas, casi todas formadas por ciudadanos rumanos, que vivían del hurto. Otros grupos itinerantes se desplazaban a Sevilla en Semana Santa y Feria para robar de la misma forma.

Más acusada todavía es la caída de las violaciones, que bajaron de 31 a 15, un 51,6%. El total de delitos sexuales descendió un 13,9%, pasando de 296 a 255 casos. Estos datos responden a la suspensión de ferias y eventos en los que suele haber concentraciones de jóvenes, y a la mínima actividad de ocio nocturno que se ha permitido durante todo el año. La pandemia rompe así la curva ascendente de los delitos contra la libertad sexual, que sólo habían hecho subir desde que se conoció el caso de la Manada y la agresión sexual múltiple a una joven en Pamplona.

Este asunto provocó un efecto de repunte en las estadísticas. Muchas de las cuestiones que podían pasar por abuso sexual, que antes del caso de la Manada no se denunciaban, pasaron a denunciarse sistemáticamente en las comisarías de la Policía Nacional y cuarteles de la Guardia Civil. La suspensión de fiestas, ferias y eventos masivos también ha traído una reducción de las peleas y riñas tumultuarias del 14,8%, pasando de 264 casos en 2019 a 225 en 2020.

Estado en que quedó el escaparate de una tienda de motos de la Carretera de Carmona, tras sufrir un alunizaje. / Juan Carlos Vázquez

Los robos han caído en todas sus modalidades. Los robos con fuerza, es decir, los que se producen en los domicilios, comercios o instalaciones sin que se ejerza violencia contra ninguna persona, descendieron de 2.707 a 1.909, un 29,5%. En este capítulo se encuentran los alunizajes, que repuntaron durante un periodo del año y obligaron a la Policía a crear un nuevo grupo contra los aluniceros. En el caso de los robos en domicilio, la bajada fue del 6,6%, evolucionando de 1.135 a 1.060. Este delito suele dejar unos registros de dientes de sierra, pues suele ser obra de bandas organizadas itinerantes (las compuestas por ciudadanos georgianos son las más especializadas), que asaltan decenas de pisos en menos de una semana y luego se marchan a otra ciudad.

Los robos con violencia e intimidación cayeron de 1.782 a 1.344, lo que supuso un descenso del 24,6%. En esta modalidad se incluyen los tirones, las sirlas (robos a punta de navaja) y los atracos a mano armada, ya sean con armas blancas o de fuego. Es cierto que en los últimos tiempos el uso del teléfono móvil por la calle hizo que volvieran los tirones, pero en 2020, al haber menos personas en la calle, el repunte no fue tal.

En el caso de los robos de vehículos, la bajada también fue clara, del 24,5%. Mientras que en 2019 se sustrajeron 1.444 coches y motos en Sevilla capital, en 2020 esa cifra se quedó en 1.090. La mayoría de los vehículos que se sustraen son ciclomotores, si bien a veces se roban coches para utilizarlos para cometer delitos, como los alunizajes.

Uno de los delitos más graves, el secuestro, también quedó prácticamente erradicado. Sólo hubo un caso en Sevilla en 2020, mientras que el año anterior se habían registrado cuatro. La mayoría de los secuestros detectados en la ciudad tienen que ver, además, con el tráfico de estupefacientes.

El informe recoge un estudio detallado de todos los municipios españoles con una población superior a los 30.000 habitantes. Interior avanza que está trabajando para que en los próximos balances se incluyan también los municipios con más de 20.000 habitantes. En España también se produce un descenso generalizado de los delitos, del 19,1%, algo inferior a los datos de Sevilla capital y superior a los de la provincia.

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