El ex papa del Palmar de Troya y su mujer intentaban robar en la Basílica
Fueron sorprendidos por un cura, al que apuñalaron pero que consiguió desarmarlos y repeler la agresión
La mujer de Gregorio XVIII está detenida y él se encuentra grave en el hospital
Ninguna historia de amor se sostiene sin dinero. Hace algo más de dos años, Ginés Jesús Hernández, papa del Palmar de Troya con el nombre de Gregorio XVIII, anunciaba que abandonaba la Iglesia Palmariana. Decía que lo hacía por amor. Se había enamorado de una ex monja del Palmar llamada Nieves Triviño, y se había ido a vivir con ella a Monachil (Granada). Otros aseguraron que lo que realmente motivó la renuncia del pontífice fue el dinero. Dentro de la secta se le acusó de llevarse dos millones de euros y el vehículo que utilizaba habitualmente para sus desplazamientos, el papamóvil. Él siempre lo negó.
La pareja, al principio algo reacia a la prensa, terminó dando varias entrevistas. Algunas de ellas con bonitos titulares en los que hablaban de pasar página, de vivir tranquilos y de manera discreta. Ella iba a más. “Quiero quedarme embarazada”, decía. Incluso se vino arriba y acabó posando desnuda para la revista Interviú, en cuya portada aparecía junto al titular “Yo fui la Mata Hari del Palmar de Troya”. Más de dos años después, tiesos, sin rastro de los dos millones de euros que la Iglesia acusó de robar, la pareja decidió dar un golpe que los devolvería a la vida tranquila, al menos en lo que atañe a las finanzas.
El ex papa Gregorio XVIII y su esposa acudieron el domingo por la tarde a la basílica del Palmar de Troya basílicaen un coche. Esperaron a que dieran las seis, hora de misa, en la que la mayoría de los miembros de la congregación se encuentran rezando en el interior del templo, para intentar colarse en el recinto amurallado. Buscaron la parte más baja del muro, en una zona próxima a los depósitos de agua de la finca. Se cubrieron las cabezas con capuchas y saltaron. Llevaban consigo unas herramientas para abrir cerraduras y cajas fuertes. Incluso llevaban un cuchillo y bridas, por si era necesario inmovilizar a alguien.
El plan no podía salir bien. Los dos ladrones se encontraron en el camino con un cura joven que realizaba tareas de mantenimiento y vigilancia. El sacerdote los sorprendió y lo que pasó a partir de aquí tendrá que ser esclarecido por la Guardia Civil. Las primeras teorías apuntan a que el ex pontífice del Palmar atacó al cura con un arma blanca. Éste resultó herido pero logró arrebatarle el cuchillo al ex papa y repelió la agresión. En el forcejeo, el sacerdote logró apuñalar a Gregorio XVIII. Su mujer, Nieves Triviño, la ex monja, también resultó herida leve, al igual que el cura. Pero el papa llevaba tres cuchilladas en el pecho, que le provocaron un neumotórax. El cura dio la voz de alarma y acudieron varios religiosos más. Allí mismo, con el ex papa sangrando abundantemente, llamaron a la Guardia Civil para denunciar lo ocurrido y al 061 para que atendieran a los heridos.
Gregorio XVIII fue trasladado en helicóptero al Hospital Virgen del Rocío, donde permanece ingresado. Su mujer y el cura fueron llevados en ambulancia y dados de alta durante esta mañana. Nada más recibir el alta médica, la Guardia Civil detuvo a Nieves Triviño como presunta autora de un delito de homicidio en grado de tentativa. El mismo futuro espera a su marido, que aún no está detenido pero sí hospitalizado bajo custodia policial. En el momento que reciba el alta será llevado al calabozo de otro complejo ubicado no muy lejos del que dirigió durante años, aunque sí bastante más austero, el cuartel de la Guardia Civil de Montequinto. De aquí irá directo a los juzgados, donde se decidirá si ingresa en prisión o queda en libertad.
Una vida paralela a la de la secta
La vida de Gregorio XVIII no deja de representar un paralelismo con la de la secta que presidió. La orden de los carmelitas de la Santa Faz no pasa por su mejor momento. Acaba de celebrarse el quincuagésimo aniversario de las apariciones marianas que catapultaron al fundador de la Iglesia, Clemente Domínguez, que creó una seca que rinde culto a Francisco Franco y a Adolf Hitler. Los fundadores eran laicos, pero contaron con el apoyo de sacerdotes católicos. La orden de los carmelitas de la Santa Faz manejó una enorme cantidad de dinero en los años ochenta y noventa. Clemente, que en 1978, a la muerte de Pablo VI, se autoproclamó papa y eligió el nombre de Gregorio XVII, ordenó construir la basílica y creó una Semana Santa con pasos que ya quisieran algunas hermandades de Sevilla. La orden dispuso de numerosos inmuebles en el centro de Sevilla. Por las calles del barrio de San Vicente y cerca del Museo de Bellas Artes era muy habitual ver curas y monjas de distintas nacionalidades. Pero la Iglesia Palmariana entró en declive con la llegada del nuevo siglo y la muerte de algunos de sus mejores donantes. Clemente falleció el 22 de marzo de 2005, en plena Semana Santa.
Le sucedió Manuel Alonso Corral, otro de los fundadores de los palmarianos y hasta entonces secretario de Estado de la Iglesia. Corral, a quien sus feligreses llamaban Pedro II, falleció en el año 2011. Fue entonces cuando Ginés Jesús Hernández, que era conocido hasta entonces como el padre Sergio María, se convirtió en el nuevo papa del Palmar. Adoptó el nombre de Gregorio XVIII. Nacido en Mula (Murcia), Gines Jesús Hernández era militar retirado antes de entrar en la iglesia, que continuaba ya en claro declive. Quienes le conocen lo describen como un hombre agresivo y severo. Durante su papado hizo una serie de prohibiciones a los integrantes de la orden, referentes sobre todo a la forma de vestir y a los hábitos de vida.
El 22 de abril de 2016 dejó una carta a todos los seguidores asegurando que había perdido la fe y que abandonaba la Iglesia. Luego se supo que se marchaba con una ex monja de la que se había enamorado. Le siguió el padre Eliseo María, un sacerdote suizo cuyo nombre real es Joseph Odermatt, que tomó el nombre de Pedro III. Es el actual papa del Palmar de Troya, el hombre que se encontró con su antecesor herido a puñaladas cuando intentaba robar en la basílica, donde siguen quedando muchos objetos de valor. Gregorio XVIII ha deslizado en alguna ocasión que en la iglesia sigue habiendo efectos de su propiedad. Por ahí iría casi con toda seguridad su estrategia de defensa. Había ido a recuperar lo que considera suyo.
Acusados de robo y de homicidio en grado de tentativa
La Policía Judicial de la Guardia Civil de Utrera está investigando los hechos ocurridos en la basílica del Palmar de Troya sobre las seis de la tarde del domingo. Por el momento está detenida la mujer del ex papa y él lo estará en el momento en que pase a planta. Se les imputan los delitos de robo con fuerza en las cosas y de homicidio en grado de tentativa. Gregorio XVIII está grave pero estable, al igual que el cura que ejercía labores de vigilancia y al que apuñaló cuando lo sorprendió accediendo al interior del recinto palmariano. Ambos se encuentran en Observación, uno en Urgencias del Hospital General y el otro en Traumatología.
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