"Hay más médicos con problemas de salud mental de los que piden ayuda"

Juan Manuel Contreras. Secretario del Colegio de Médicos de Sevilla

El programa Paime trató el pasado año en Sevilla a 13 doctores con adicciones a psicofármacos, alcohol u otras drogas o trastornos como ansiedad o depresión

La situación se abordará desde este jueves en el X Congreso Nacional del Programa de Atención integral al Médico Enfermo

Cuatro de cada diez médicos buscan ayuda para su salud mental

El secretario del Colegio de Médicos de Sevilla, Juan Manuel Contreras.
El secretario del Colegio de Médicos de Sevilla, Juan Manuel Contreras. / M. G.

Cerca de 40 médicos han recurrido al Programa de Atención Integral del Médico Enfermo (Paime) del Colegio de Médicos de Sevilla desde 2014. Un servicio para facilitar a los facultativos el acceso a una atención sanitaria de calidad y especializada en enfermedades relacionadas con trastornos psíquicos y/o conductas adictivas que puedan interferir en su práctica profesional. De ellos, 13 lo hicieron a lo largo del año pasado y, en torno a una decena, en lo que va del 2023. En 2021 fueron seis y en 2014, sólo uno. En el conjunto de España, en los dos últimos años ha atendido a 1.711 nuevos profesionales. Es un 40% más que en los dos previos y el doble que hace cinco, antes de comenzar la pandemia, según datos de la Organización Médica Colegial (OMC)

Las cifras, no obstante, "no reflejan la realidad", afirma seguro el facultativo Juan Manuel Contreras, secretario del Colegio y "puerta de entrada" de los profesionales sevillanos a esta iniciativa, que considera "muy importante" para abordar un tema "desconocido" para la sociedad y "falto de información" entre los médicos. Mañana arranca en Bilbao la décima edición del Congreso Nacional del Programa de Atención integral al Médico Enfermo (Paime) en el que participarán expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y representantes de organizaciones médicas europeas y de Latinoamérica para abordar la salud mental de los médicos. En esta entrevista desgranamos cuál es la atención a la salud que reciben los médicos en Sevilla.

- ¿En qué consiste el programa Paime?

- El Paime es un programa que empezó en Cataluña hace unos 25 años para tratar a médicos que tenían adicciones, bien de alcohol u algún tipo de medicamentos y, progresivamente, se ha visto que van aumentando aquellos que tienen problema de salud mental, del tipo estrés laboral, depresiones o consumo de benzodiacepina. A día de hoy, casi el 80% de los problemas de salud que tienen los médicos son de salud mental.

- ¿Qué ofrece este programa al profesional médico?

- Lo que busca es la rehabilitación del médico, por eso hay una estricta confidencialidad. Es decir, se trata de un programa dirigido a personas que tienen un problema de salud para ejercer su profesión pero su fin es reincorporarse a su puesto, por ello lo que se trabaja aquí va encaminado a poder volver a trabajar en las mejores condiciones posibles.

- ¿Cómo funciona?

- En este programa trabajamos con una confidencialidad total. Aquí nadie sabe el nombre ni la razón por la que viene a ver al secretario del Colegio. Llegan a mí y les hago una pequeña entrevista. Digamos que soy la puerta de entrada al programa. Cuando el médico me da la autorización, envío su caso al equipo Paime, que lo forman tres psicólogos, tres psiquiatras y un terapeuta. A partir de aquí, lo primero que se hace con el profesional es cambiarle el nombre. Se le ponen una sigla, para que nadie sepa nunca el apellido y de ninguna forma tenga la tentación de comunicar nada. Insisto, la confidencialidad es máxima. Y los resultados son muy buenos. Yo llevo ya 11 años de secretario y no hay ni un sólo profesional que haya venido aquí pidiendo ayuda que no se le haya reintegrado al trabajo sin curar.

- ¿Qué tipo de atención reciben y cómo se canaliza?

- En primer lugar, una vez que el médico entra en el programa Paime, se le cita con una psicóloga de acogida, que es quien clasifica al enfermo y ya se le va citando conforme las necesidades que aquí se aprecien. Esto se hace en una consulta privada para que nadie pueda identificar al médico-paciente. Es un proceso largo para obtener resultados. Hay que tener en cuenta que, normalmente, son situaciones que no se pueden solucionar con ir cuatro veces al médico. Pueden ser meses o años de seguimiento. Pero lo que sí es cierto es que los resultados son muy buenos.

- Según datos del 2022, sólo 13 médicos de los más de 9.000 que ejercen en Sevilla precisaron ayuda dentro de este programa, ¿cree que se corresponden esos números con la realidad?

- Diría que no. Que hay más médicos con problemas de salud mental de los que piden ayuda. Desde el Colegio estamos haciendo un esfuerzo grande para que se conozca que existe esta vía de ayuda, porque creo que ahí está el problema, en que no saben cómo funciona. La semana pasada mandamos una circular a los 12.500 médicos colegiados en Sevilla para explicar lo que era el Paime y no es casualidad que esta semana tenga cinco citados. Conforme se va difundiendo van apareciendo más casos.

- ¿Qué cree que hay detrás de esas cifras?

- Pues creo que vergüenzas, miedos y falta de información sobre el funcionamiento real de esta iniciativa. Los médicos tienen que saber que aquí no consta ningún fichero informático en el que queden registrados los datos. Yo trabajo con una libreta donde de puño y letra apunto mis cosas y nada más que las veo yo. Quiero decir con esto que la privacidad es absoluta. Sé que hay un organismo dentro del Servicio Andaluz de Salud con unidades de salud mental para sus propios trabajadores, pero ahí no quiere ir nadie porque son consultas en los propios centros de trabajo donde el resto de compañeros pueden identificarte o, incluso, pacientes, y airear este tipo de problemas. Es una situación muy desagradable que la mayoría opta por evitar. Pero el Paime es distinto y la falta de conocimiento del programa y de su funcionamiento hace que no todos los médicos que necesitan ayuda vengan a nosotros.

2014 empieza con él

El Paime empezó en Cataluña hace unos 25 años para tratar a médicos que tenían adicciones, bien de alcohol o algún tipo de medicamento que utilizaban para drogarse, progresivamente se ha visto que van aumentando aquellos que tienen problema de salud mental, del tipo, estrés laboral, depresiones, consumo de benzodiacepina, unido a unos estados de depresión muy grande. Casi el 80% son problemas de salud mental lo que tienen los médicos.

Yo a nivel de Sevilla, no se ve que hayan aumentado demasiado, pero yo creo que los médicos o no conocen o les da vergüenza, temor, de venir al colegio a informar de esta circunstancia, lo cual es un error muy grande. Cuando tu estas malo o has entrado en una depresión porque tienes un problema familiar o cualquier otra circunstancia, normalmente, lo que se hace para soportarlo es a base de medicación y eso llega un momento que te engancha y acabas con una patología dual, por un lado la depresión y, por otro, una dependencia al consumo de ciertos fármacos para poder vivir. Eso lo guardan en secreto y eso influye en la vida profesional del médico. Tal es así, que la legislación española dice que si un compañero ve que hay un médico en su servicio o tiene un comportamiento anómalo, tiene la obligación de comunicarlo legalmente. Esto lo hace poca gente porque es muy desagradable tener que acusar a un compañero de esta circunstancia pero en el fondo es una responsabilidad legal que tenemos que cumplir.

Eso me hace pensar que acuden pocos médicos, o bien porque no lo saben, que sé que cada vez son menos, o bien porque les da vergüenza o miedo de comunicar sus problemas de este tipo.

Hay un organismo dentro del sistema andaluz de salud que son las unidades de salud mental para sus propios trabajadores pero ahí no quiere ir nadie porque quien va a ir a su hospital a esa consulta y que el resto de compañeros pueden identificarte o, incluso, pacientes, y airear este tipo de problemas. Es una situación muy desagradable que se conozcan estos problemas de salud y que la mayoría opta por evitar.

En este programa trabajamos con una confidencialidad total. Aquí nadie sabe el nombre ni la razón por la que viene a ver al secretario del Colegio. Llegan a mi y yo lo que les hago es una pequeña entrevista. Soy especialista en Cirugía Cardíaca, no tengo nada que ver con la Psiquiatría, pero soy el primer contacto humano dentro de este programa. Los médicos tienen que saber que aquí no consta ningún fichero informático en el que queden registrados los datos. Yo trabajo con una libreta donde de puño y letra apunto mis cosas y nada más que las veo yo. Quiero decir con esto que la privacidad es absoluta.

Cuando el médico me da la autorización para enviarlo al equipo paime, que lo forman tres psicólogos, tres psiquiatras y un terapeutas, inmediatamente lo que hacen es que le cambian el nombre y le ponen una sigla, para que nadie sepa nunca el apellido y de ninguna forma tenga la tentación de comunicar nada. Entonces la confidencialidad es máxima. Y los resultados son muy buenos. Yo llevo ya 11 años de secretario y no hay ni un sólo profesional que haya venido aquí pidiendo ayuda que no se le haya reintegrado al trabajo sin curar. La otra cosa importante del proyecto paime es que es un programa dirigido a personas que quieren volver a trabajar o están de baja porque están malos, pero siempre tienen la intención de volver a trabajar. El paime es para que puedas volver a trabajar en las mejores condiciones posibes.

Estamos haciendo un esfuerzo grande para que cada vez se conozca esto más, porque creo que ahí está el problema, en que no saben cómo funciona, y los resultados los vemos. La semana pasada mandamos una circular a los 12.500 médicos colegiados en Sevilla para explicar lo que era el paime. No es casualidad que esta semana tenga cinco citados. Conforme se va difundiendo van apareciendo más casos.

La puerta de entrada es el secretario, yo los evalúo, comprobamos que no tiene ningún expediente abierto, que no está incapacitado para trabajar, una vez comprobado, le pido que me explique qué le pasa a grandes rasgos. le pedimos permiso para pasar su caso a una psicóloga de acogida, que ella en su consulta privada, siempre es en consulta privada, un lugar donde no se les pueda identificar, allí se les hace una ficha terapéutica, con el nombre ya cambiado y ya se empieza a citar. Si el problema es sólo de adicción a psicofármacos o alcohol, por ejemplo, pues se pasa a un psiquiatra especializado en tratar problemas de adicciones o alcoholismo. Si el problema es por depresión, pues pasaría al especialista psiquiátrico para tratar ese problema de salud mental. Esa médica de acogida clasifica al enfermo y van citando conforme vea las necesidades del médico-paciente. Es un proceso largo para obtener resultados, normalmente son problemas graves, que no se pueden solucionar con ir cuatro veces al médico. Pueden ser meses o años de seguimiento. Pero lo que sí es cierto es que los resultados son muy buenos.

Las cifras, en 2014 había uno, y en 2022 ha habido 13, en lo que llevamos de 2023, llevo ya nueve o diez, no es de extrañar que a final de año hayamos superado los 13 del año pasado. Superarlo sería positivo porque sé que el problema está ahí, en que la falta de conocimiento del programa y su funcionamiento, hace que no todos los médicos que necesitan ayuda vengan a nosotros.

Hay una vía de ayuda para los colegidos que necesiten atención a su salud mental porque creo que son pocos, teniendo en cuenta que, de los 12.500 médicos colegiados que hay en Sevilla, unos 9.000 están trabajando y me consta que hay mucha gente que está sufriendo que lo está pasando mal porque, al fin y al cambo, esto es una profesión más. Son personas que tienen responsabilidades grandes y no pueden estar pendiente de tomar una pastilla, por ejemplo, de la que dependen para poder vivir.

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