El Hospital de Valme controla a distancia la anticoagulación de un centenar de pacientes

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El centro implantó hace seis años un programa pionero en la provincia que evita desplazamientos a los centros sanitarios

Los propios pacientes se miden el nivel de anticoagulación a través de un coagulómetro

Médicos, enfermeros y residentes de Atención Primaria del Área Sur actualizan su formación en Cirugía Menor

Ejemplo del coagulómetro que se le entrega a los pacientes que cumplen los criterios para su autocontrol en casa.
Ejemplo del coagulómetro que se le entrega a los pacientes que cumplen los criterios para su autocontrol en casa. / M. G.

Un centenar de pacientes con tratamiento de anticoagulación oral de larga duración y de alto riesgo trombótico o hemorrágico se benefician en el Hospital de Valme del programa de formación en autoanálisis y autocontrol. Este método fue implantado en el centro hace seis años de forma pionera en la provincia y su objetivo es evitar desplazamientos frecuentes de los afectados a los centros sanitarios para el seguimiento de su patología, lo que supone un incremento de su calidad de vida.

Habitualmente, el control de este tipo de patologías se lleva a cabo desde el centro de salud de atención primaria o por el hematólogo en el centro hospitalario, dependiendo de la gravedad y complejidad de cada caso. En el primer caso, llevado a cabo por el médico de familia, se corresponde con pacientes cuyos niveles de anticoagulación son estables. Sin embargo, si los casos son inestables o constituyen un alto riesgo, son vigilados y tratados por el especialista hospitalario.

En el Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, el servicio de Hematología del Valme cumple seis años ofreciendo a los pacientes la alternativa del autocontrol desde sus domicilios a través de pequeños dispositivos portátiles, llamados coagulómetros, bajo la tutela a distancia y comunicación con el hematólogo hospitalario.

El doctor Juan Carlos López, hematólogo responsable y referente de la iniciativa, mientras controla uno de los dispositivos.
El doctor Juan Carlos López, hematólogo responsable y referente de la iniciativa, mientras controla uno de los dispositivos. / M. G.

Para el control de la enfermedad, fuentes del centro explican que, en la primera fase del tratamiento, en la que se lleva a cabo la aseguración de la dosis adecuada para el paciente, se hacen "controles semanales". Sin embargo, cuando alcanza una dosis estable, "lo habitual es realizar un control cada 3-6 semanas". "Está demostrado que cuanto menor es el intervalo de tiempo entre controles mayor es la calidad de anticoagulación, que puede medirse como TRT (tiempo en rango terapéutico); de ahí la idoneidad de que los pacientes pudieran hacerse un control semanal para una menor probabilidad de complicaciones", afirma el responsable de este programa de intervención asistencial y coordinador de la Unidad de Hemostasia del servicio de Hematología, Juan Carlos López.

En el Día del Paciente Anticoagulado, que se celebra este 18 de noviembre, el hospital recuerda la existencia en el centro de una alternativa para determinados pacientes, que evita los desplazamientos a centros sanitarios y consiste en el desarrollo de pequeños dispositivos portátiles para control, altamente fiables y fáciles de usar.

Concretamente, los coagulómetros permiten que a determinados pacientes, sobre todo a aquéllos de alto riesgo trombótico, se les pueda facilitar uno para que se realicen semanalmente el control en su domicilio. "Sin perder contacto con su centro de control, y habiendo sido formados y entrenados, pueden realizar su control periódicamente y con frecuencia, lo que permite el mejor ajuste de dosis y que el paciente tenga mejor TRT", precisan las fuentes hospitalarias.

Los pacientes son seleccionados teniendo en cuenta determinados factores, especialmente su alto riesgo trombótico o que tengan un acceso difícil al centro de control habitual por diferentes cuestiones (laborales, domicilio, etc). Son citados en grupos reducidos, de hasta cuatro pacientes, para darles la formación necesaria, tanto teórica como práctica. En suma, capacitarlos para autocontrol en domicilio, interpretar los resultados y valorar el ajuste de dosis. Paralelamente, dispone de unos teléfonos para contactar con el Servicio de Hematología en cualquier momento en que le surjan dudas o aparezcan incidencias.

Desde noviembre de 2016, cuando se empezó a pilotar el programa, han sido incluidos en el programa cerca de un centenar de pacientes. "Periódicamente se hace un análisis del TRT promedio de los pacientes de este grupo, arrojando muy alta eficacia de la iniciativa. Concretamente, en la última valoración se obtiene la cifra cercana al 100%; cuando ya por encima del 65% se considera un nivel óptimo", concretan desde el servicio que coordina el programa, que ponen en valor su papel clave durante la pandemia. "Se interrumpieron las reuniones de formación por razones de restricción de la presencialidad por motivos de prevención de contagios del virus. Es por ello que durante la pandemia sólo se incorporaron al programa algunos pacientes puntuales formados de manera individualizada y no grupal", apostillan las fuentes hospitalarias. Asimismo, el programa ha ofrecido una ventaja adicional, y es que los pacientes no han necesitado acudir al centro de control periódicamente, con lo que se han reducido notablemente las posibilidades de contagio disfrutando de sus ventajas en salud, además de contribuir en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

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