Otoño con ecos de Feria de Sevilla. Multas y pins
El Macero
El Ayuntamiento se embolsará más de 3.000 euros por cuatro infracciones durante el Paseo de Caballos
El producto de merchandising más codiciado serán las 300 corbatas con estampados de la portada
Las papeleras, las otras expulsadas del centro de Sevilla
Estamos a nada de que llegue Todos los Santos en este otoño, por fin, lluvioso. Son días de visitas al cementerio, esa otra inmensa ciudad donde como dijo el poeta de las famosas Rimas, "¡qué solo se quedan los muertos!". Bueno, tampoco tan solos. Al menos, en esta época del año, donde aquello -perdonen la comparación- se convierte en una auténtica Feria llegados los primeros días de noviembre. Bécquer, el camposanto y la Feria. En tres palabras cabe buena parte del siglo XIX sevillano. En una misma centuria se crearon, por ponernos existencialistas, el alfa y el omega de la vida. La simiente de la semana de farolillos y el lugar donde seremos pasado.
Ambas se abrazan. Como lo hacen la pena y la alegría, a diario, en los titulares. Mientras las pompas fúnebres (expresión hermosa donde las haya) y tanatorios dan a conocer -con jornadas de puertas abiertas, incluidas- sus ofertas e instalaciones, la fiesta mayor de la ciudad permanece vigente en los medios de comunicación. La última excusa para no perder notoriedad ha sido el cruce de acusaciones entre el Ayuntamiento hispalense y Facua a raíz de aquella consulta ciudadana que tuvo entretenido a todo un país los últimos días de abril. A buen seguro que lo recuerdan. En ese sondeo nuestro regidor tuvo la habilidad de crear una nueva dualidad sevillana (topicazo incluido): partidarios de Feria larga y Feria corta. El resultado se saldó con una ajustadísima victoria por parte de los del modelo antiguo, los de la noche del alumbrado (me escuecen los ojos al leer lo del pescaíto) el lunes y los fuegos artificiales el domingo.
Pues resulta que ahora el presidente de la federación de consumidores, Rubén Sánchez (las cejas masculinas más bien presentadas), ha dado a conocer una respuesta consistorial por la que desde la administración local se admite que el sistema elegido para la votación permitía la suplantación de identidad. Es decir, que -según siempre esta entidad- hubo tongo. Al concejal de Transformación Digital, Juan Bueno, la acusación le parece una falta de respeto a los funcionarios municipales, por lo que ha amagado con llevar a Facua a los tribunales (no sería la primera vez que el PP lo hace). Sánchez (no Pedro, sino Rubén), lejos de amilanarse, ha retado a los populares a que lo hagan. El gobierno de Sanz tiene hasta el 22 de octubre de 2025. Largo me lo fiáis.
3.000 euros en multas
Y entre dimes y diretes estábamos cuando este Macero ha tenido conocimiento de las últimas infracciones publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) relativas a la pasada Feria de Abril, la última -eso parece- de formato largo. En el BOP se especifican cuatro multas -notificadas por la Jefatura del Servicio de Fiestas Mayores- que supondrán un embolso en las arcas municipales nada desdeñable: 3.253 euros. Todas tuvieron lugar en la calle Antonio Bienvenida. Y obedecen a tres causas.
Dos de ellas comparten la misma infracción y van dirigidas a distintas personas. La sanción viene recogida en el artículo 108.5 de la ordenanza municipal de la Feria de Abril (OMFA). Se trata de la invasión por parte de caballos y enganches de los acerados del real de Los Remedios y vías peatonales. Cada una está penada con 751 euros. Uno de estos infractores vuelve a ser multado, en este caso, por lo establecido en el artículo 107.8 de la OMFA: por reiteración del anterior. Es decir, invadió en más de una ocasión con los equinos los espacios destinados a la circulación de personas. La cuantía se duplica en ese caso: 1.501 euros.
La Feria ha de salirle muy cara a este titular, pues también está citado como responsable de una cuarta infracción, la menos costosa de todas. Habrá de pagar 250 euros por permanecer de pie en el pescante quienes estaban encargados de guiar el carruaje. En total, de los 3.253 euros que recogerá el Ayuntamiento con estas multas, 2.500 los abona esta persona, a la que la fiesta de albero y volantes le dejará el bolsillo bien esquilmado.
El merchandising feriante
Mientras que se lleva a Pleno el resultado de la consulta sobre el modelo de Feria -con un más que previsible apoyo de Vox-, lo que sí contamos ya es con la portada de 2025, obra de Pablo Escudero, e inspirada en el Pabellón de Chile de la Expo del 29, la que abrió la ciudad hacia el sur y asentó de forma definitiva el regionalismo en el ADN sevillano. Aunque aseguran que esta nueva arquitectura efímera bebe del estilo precolombino y el art decó.
Con portada ya elegida, aunque sin saber aún a ciencia cierta cuándo se encenderá (si el sábado o el lunes), la delegación que dirige Manuel Alés ha encargado las miniaturas de tal obra que lucirá en las solapas de las chaquetas y en los mantoncillos (tan injustamente denostados durante un tiempo) de los trajes de flamenca. El contrato es para dos años, hasta 2026, e incluye cinco tipos de productos. Dos clases de pins: el realizado en metal dorado estampado a todo color (12.000 unidades) y el fabricado en "zamak o similar" (5.000, los más cotizados), con alto y bajo relieve. Con idénticos materiales se describen los dos tipos de alfileres (6.000 y 2.000 piezas).
El producto estrella
No dejemos en el olvido la corbata estampada con la portada. El producto estrella. Sin despercidio alguno su descripción: "Tejido micro fibra. Diseño personalizado e impresión digital de alta calidad. Etiqueta trasera personalizada en Jacquard. Presentación en funda individual". Lo del Jacquard (tipo de tela muy suave al tacto) me ha llegado al alma. Eso sí, sólo se han encargado 300 unidades, a razón de 13 euros cada una. Hacerse con ella va a ser como las sillas de la magna, esa enorme procesión que trae por la calle de la Amargura a Fiestas Mayores. El importe anual por el encago de todos los productos se eleva (IVA incluido) a 34.424,50 euros, según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico.
Pues nada, con pin, alfiler y corbata ya pensamos en la semana de farolillos, antes que noviembre, con sus negras fauces de tardes cortas, nos recuerde que en un abrir y cerrar de ojos estaremos en San Fernando. Esa otra ciudad creada el mismo siglo que la Feria.
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