Unas oposiciones históricas

DESDE que en 1861, reinando Isabel II, se aprobó la Ley Hipotecaria que crea el cuerpo de Registradores de la Propiedad y Mercantil es la primera vez que los aspirantes a este cuerpo nacional, los que certifican la legalidad de las transacciones inmobiliarias, se examinan fuera de Madrid. 400 aspirantes opositan en Sevilla y otros tantos en Barcelona para 50 plazas.

"Está hablando con su preparador". Parece una deportista, pero se trata de una joven que acababa de salir de la prueba matinal. Los hijos se las ven con los siete miembros del tribunal, que examina sobre una mesa llena de libros jurídicos de pastas rojas, y las madres en los pasillos con dos examinadores mucho más crueles: el tiempo y los nervios. Una madre llegada de Alicante conversa con una madre de Castellón.

El aspirante a registrador de la Propiedad y Mercantil invierte en preparar estas oposiciones "una media de cuatro años y medio", según Manuel Martín, decano del Colegio de Registradores de Andalucía Occidental donde se desarrollan las pruebas. Un tiempo similar a la duración de la preceptiva carrera de Derecho.

El tribunal lo preside Javier Gómez Gálligo, titular del registro canario de Santa María de Guía y con cinco tribunales en su haber. Ayer los visitó María Ángeles Alcalá Díaz, directora general de Registros y Notariado. "Se ha valorado muy positivamente esta descentralización", comenta al periodista esta profesora de Derecho Mercantil nacida en Albacete.

Dos de los que aprueben en las oposiciones de Sevilla entrarán en este registro, que tiene 17 registradores de la propiedad y dos vacantes. En las provincia hay 21 y tres más en registro mercantil. "No hay pruebas en latín, pero sueltan muchos latinajos. Nuestro Derecho Civil viene del Derecho Romano", explica Manuel Martín, interpelado por la leyenda que aparece en la puerta del Registro: Prior Tempore, Potior Iure. El primero en el Tiempo, primero en el Derecho.

En España hay en torno a1.100 registradores, según cálculos de Eugenio Fernández Cepeda, titular de un registro de León y decano a nivel nacional. Las pruebas no son moco de pavo: 124 temas de Derecho Civil, 61 de Mercantil, 38 de Administrativo o Procesal. Un segundo ejercicio de Hipotecario, Fiscal y Notarial. El tercero es la corrección de una escritura notarial y el cuarto, que consideran de trámite, un rigodón jurídico de Matemática Financiera y tipos de interés. "El que aprueba el tercero, ya es registrador", dice un joven que ya opositó dos veces. Las dos, claro, en Madrid. Las pruebas son orales y con cronómetro.