El ‘once’ de la diócesis, con canteranos y foráneos

Calle Rioja

Universal. Un polaco, un tejano, un chino y un indio de Kerala, entre los nuevos once diáconos ordenados por el arzobispo que en un futuro se convertirán en sacerdotes de la Archidiócesis.

Los nuevos diáconos, en la plaza Virgen de los Reyes.
Los nuevos diáconos, en la plaza Virgen de los Reyes.

Son once, como un equipo de fútbol. Y la composición es muy similar a la de cualquier equipo. Son los once seminaristas que el pasado 21 de septiembre, en la Catedral de Sevilla, fueron ordenados como nuevos diáconos. La analogía es muy oportuna. Cuando el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno Andaluz, fue Seminario Metropolitano, tenía un campo de fútbol. En la historia de la diócesis, el relevo del cardenal Segura por Bueno Monreal supuso la eliminación de la sotana como parte del atuendo balompédico. Con lo difícil que era hacerle un regate a un cura, como alguna vez bromeaba DiStéfano.

Once nuevas vocaciones. Los hay canteranos: Alberto Jesús Campos es de Villaverde del Rio; Ángel López Olivero, de Mairena del Alcor; Teodomiro Ortega Fernández, de Dos Hermanas; y Javier Llorente Rodríguez, que estudió en la Facultad de Comunicación, es de Sevilla capital; hay refuerzos procedentes de otras diócesis: Andrés Urtasun Biurrum, de Pamplona; Manuel Camacho Quijano, de San Fernando, la patria chica del cardenal Marcelo Spínola; y Manuel Carrasco García-Moreno, de Badajoz, donde fue destinado Antonio Montero, que había sido obispo auxiliar en Sevilla en el mandato de Bueno Monreal.

La savia nueva se enriquece con aportaciones de tres continentes: Sujith Vidhyadharan Pillai Sujatha llegó desde Kerala, en la India; Lukasz Pysz, de Lezajsk, Polonia; Cristian Omar Robles, de Houston, Texas, Estados Unidos; y Pedro Duolu Li, de China. No es que la globalización haya llegado a la Iglesia. Católico significa universal y la vocación puede surgir en cualquier sitio: a Alberto Campos, el seminarista de Villaverde del Río, la llamada vocacional le surgió hace ocho años en la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia que presidió el Papa Francisco, recién llegado ahora de su último viaje por Indonesia, Singapur, Timor Oriental y Papúa-Nueva Guinea. A Manuel Camacho le llegó el verano de 2017, en un viaje a Roma, durante una Eucaristía ante la tumba de Juan Pablo II, llamada que se fortaleció con una peregrinación a Santiago de Compostela. El navarro Andrés Urtasun se formó en el ‘Redemptoris Mater’ de Colonia y ha estado en misiones en México, Nicaragua y República Dominicana. Antes de ser ordenados, compartieron ejercicios espirituales en Constantina.

Al tejano Cristian Omar Robles le surgió durante la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia mientras escuchaba la homilía del Papa Francisco sobre Zaqueo, ese personaje de Jericó que se subió a un sicomoro para ver mejor a Jesús. Ángel López, diácono de los Alcores, empezó sus primeros pasos en el Seminario Menor y siempre le acompaña una frase de Teresa de Jesús: “Vuestro soy y para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?”. Un ‘once’ abigarrado y ecuménico donde las porterías son del cielo, la defensa no practica el cerrojazo, la media es el mensaje y la delantera celebra los goles con la grada. En la temporada 61-62, el Pichichi de la Liga fue para un futbolista peruano llamado Seminario, que jugaba en el Zaragoza. El único que se metió en un podio en el que durante un lustro mandó el húngaro Ferenc Puskas.

‘Once hijos’ es el título de un cuento de Franz Kafka. Esta nueva hornada de futuros sacerdotes (ya pueden administrar los sacramentos del bautismo y el matrimonio y celebrar exequias por los difuntos) encaja más con un equipo dirigido por Luis de la Fuente. En la entrevista que el lunes le hizo Carlos Herrera, el seleccionador con el que España ganó su cuarta Eurocopa, se definió como hombre de fe, cosa que no oculta y ha hecho que otros muchos lo imiten sin complejos ni regates al qué dirán. También le gustaba mucho el ajedrez, siendo uno de los pocos futbolistas que en octubre y noviembre de 1987, cuando jugaba en el Sevilla, se pasaba por el teatro Lope de Vega a ver las partidas que disputaban Karpov y Kasparov, con el Casino de la Exposición lleno de analistas rusos. Mucha es la mies y pocos los obreros. La frase del Evangelio tiene dos mil años, pero su vigencia es acuciante.

Un chino, un indio, un norteamericano y un polaco. Las nuevas corrientes también llegan a la Iglesia. El sábado, el grupo diocesano de Ecología Integral organiza en Alcalá de Guadaíra el IV Ecopaseo Ecuménico en la Ruta de los Molinos, bajo el lema ‘Silencio, pan y agua’. La Alcalá de los Panaderos a la que llegaron 85 refugiados de Malí. En el Evangelio la palabra extranjero no existe.

El ecumenismo no es una moda. Está en la esencia de la propia Iglesia. El pasado domingo, los que participamos en una ‘Lectio Divina’ impartida por el canónigo Álvaro Pereira en la llamada Capilla de los Evangelistas, rematada con música de Beethoven junto al retablo del flamenco Hernando de Sturmio, asistimos a un auténtico acontecimiento. Los invitados a una boda iban entrando a la Capilla de los Reyes, donde se encuentra la urna de San Fernando. Muchos permanecieron de pie porque no había asientos suficientes. Desde los primeros cánticos al resto de la celebración, era evidente que no se trataba de una boda convencional. Los novios se casaban por el rito copto. La mayoría de los invitados eran extranjeros, a la salida convertían la Giralda en una metáfora de la torre de Babel. Lo único que mantenía los cánones de cualquier boda en Sevilla era la salida de los novios en un coche de caballos con cuatro ocupantes: los recién casados, el cochero y el fotógrafo. Los turistas o transeúntes que pasaban por la plaza no daban crédito a lo que veían.

Uno de los nuevos once diáconos viene de Kerala, India. Un país en el que están creciendo de forma exponencial las vocaciones. Que se sepa, otros dos compatriotas de Sujith Vidhyadharan trabajan en la diócesis de Sevilla. En el monasterio de San Clemente, la misa de las ocho de la mañana en este edificio de monjas cistercienses del siglo XIII la oficia el padre Thomas, de la India. Roy Madavana ingresó con quince años en el Seminario diocesano de Ermakulam-Angamaly, en la India. Se trasladó a España para ingresar en la orden de los Mercedarios Descalzos de Madrid. Fue destinado a Marchena para cuidar de un compañero sacerdote y solicitó una excedencia para trabajar en la Archidiócesis, acogido por el arzobispo Juan José Asenjo.

Este sacerdote de la India estuvo de párroco en Utrera y actualmente lo es de la parroquia de Santa María, en Los Molares. Y además es capellán penitenciario de Sevilla II, en Morón de la Frontera, desde donde reivindica más ayuda para los internos y más apoyo para la Pastoral Penitenciaria. Roy Madavana, compatriota de Gandhi, y pastor en dos parroquias: Los Molares, pueblo de la Sierra Sur de Sevilla, y en la cárcel de Sevilla, con un millar de personas a las que la vida les puso algún tipo de zancadilla. Jesús también estuvo preso. A cambio de la liberación de Barrabás. Hoy, festividad de la Merced, es la fiesta de la pastoral penitenciaria, legado de los cautivos liberados por san Pedro Nolasco.

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