Un olor que se resiste a desaparecer
Turismo
Los cocheros de caballos aplauden la eficacia de los pañales impuestos hace tres años pero advierten que puede ser perjudicial para la salud del animal. Piden más mejoras para el sector.

Tres años y medio después del convenio firmado entre los cocheros y el Ayuntamiento para cumplir la normativa del sector, aún persisten heces de caballos en la zona monumental de Sevilla. La ordenanza fomenta la limpieza, pero su cumplimiento queda en entredicho con los numerosos excrementos que hay en la vía pública. Superar este reto se vuelve prioritario junto a otras reivindicaciones del gremio, como solucionar la falta de sombra y establecer nuevas paradas.
El paseo en coche de caballos sigue siendo uno de los grandes atractivos para el turismo. Hay nueve puntos oficiales: Puerta de Jerez, Archivo de Indias, plaza del Triunfo, Placentines, Banco de España, dos en el Paseo de Colón y otras dos en el Parque de María Luisa. En total son 97 los coches en servicio. El Ayuntamiento y el sector firmaron en 2012 un convenio para aplicar la ordenanza que los regula desde 2006. Gracias a esta medida, las paradas cuentan con las tarifas señalizadas, tienen armarios con agua y contenedores, los cocheros deben ir uniformados y todos los caballos deben llevar los polémicos dodotis.
Si en un primer momento la medida fue estricta y resultó ser eficaz, actualmente hay una considerable relajación en el cumplimento de la normativa, especialmente respecto a los pañales. Su utilidad se ve mermada cuando el caballo está circulando y no está bien atado. Zonas como San Gregorio, Miguel de Mañara, la plaza Virgen de los Reyes, Hernando Colón o la calle Fernández y González suelen presentar restos de estiércol con el desagradable olor que supone para los viandantes.
Los cocheros se muestran por lo general satisfechos tres años después. "Los pañales son efectivos porque no se ven las calles sucias", indica uno de ellos situado en la plaza del Triunfo. En la misma línea se manifiesta uno de sus compañeros tras rociar con agua el dodotis del animal: "Todo está más limpio. Si el caballo expulsa algo fuera al circular, tiene que ser el dueño el que lo recoja". Bernabé Baeza también asegura que la limpieza "va bien". Para este cochero de la Puerta de Jerez, el nuevo mecanismo ha mejorado la imagen de la ciudad aunque lo considera antihigiénico cuando hace calor, ya que el olor se concentra en el vehículo y afecta a los usuarios. Además, advierte que daña la salud de los animales. "Los caballos están perdiendo la cola por usar los pañales", señala. Los equinos utilizan para ahuyentar a las moscas su cola. La mayoría la llevan recogida o trenzada para evitar que se enganche con el pañal o entre en contacto con las heces. Según explica Baeza, el sistema provoca que muchos se queden sin cola. "Ha habido caballos a los que se les ha gangrenado por rozar alguna herida y se les ha cortado", apunta.
El doble rasero no sienta muy bien a los cocheros. Los pañales no se aplican a los caballos de la Policía Nacional, ni a los coches particulares "de bodas", ni a los que acceden a la Feria de Abril. "El dodotis sólo es para el servicio público. Sólo nos multan a nosotros. Nos sentimos discriminados", afirma Baeza, que confiesa que les han llegado a sancionar mientras limpiaban la bolsa. "Lipasam viene y, sin preguntar, te hace la foto. Ha habido varias denuncias, pero reclamamos y el Ayuntamiento las retira", comenta. La ordenanza fija como falta grave "que las caballerías no vayan provistas del sistema de recogida de excrementos" en todo momento , así como prestar el servicio con el utensilio mal colocado, hecho sancionado con multas de 151 a 900 euros.
Para el presidente de la asociación de cocheros Híspalis, Luis Ruiz, la aplicación de la normativa ha sido una gran victoria, aunque considera que aún quedan aspectos en los que profundizar. "Los pañales se tenían que haber puesto hace 20 años", señala, al tiempo que reconoce algunas carencias a la hora de usar el uniforme. La ordenanza obliga a los cocheros a vestir pantalón de pinzas gris, camisa blanca y jersey azul marino. Sin embargo, Ruiz entiende que "hay que llevar el atuendo en mejores condiciones" para evitar prendas que desentonen, como vaqueros u otros colores.
Entre las peticiones que mantiene el gremio están soluciones para la falta de sombra y de bebederos. El acuerdo firmado establecía la instalación de marquesinas en los puntos más frecuentados para paliar el calor en las horas más intensas. Sin embargo, la Comisión de Patrimonio puso reparos por el impacto visual que podía suponer a los monumentos. Como consecuencia, hay cocheros que tienen que cambiar de sitio en función del sol, lo que conlleva, según explican, varias amonestaciones "por estar donde no corresponde". La inexistencia de espacios apropiados para que los animales beban se añade a la lista de carencias.
Las reivindicaciones se centran ahora principalmente en la colocación de nuevas paradas alrededor del casco histórico. El objetivo, propone el presidente de Híspalis, es "aliviar y descongestionar la zona monumental". Los cocheros sugieren lugares como el inicio de la calle San Fernando y los Jardines de Murillo, próximo a Cano y Cueto. Esperan pronto comunicar las propuestas al gobierno socialista, con el que ya han tenido una primera toma de contacto. Para solucionar las heces que todavía quedan por las calles, algunos como Baeza apuestan por incrementar el servicio de limpieza y otros por mejorar la fijación del pañal. Mientras tanto, el olor del estiércol se resiste a desaparecer del todo.
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