Los okupas visten de traje
alarma social
Trajeado, con escrituras falsas y acompañado de un cerrajero y un abogado, así actúa un usurpador que ha levantado la alarma entre vecinos en Los Remedios
Un okupa se presenta a los vecinos como el nuevo propietario mientras un cerrajero cambia la cerradura en un piso vacío
Vestido con traje de chaqueta, con una carpeta con documentos, entre ellos unas escrituras, aunque falsas, pero donde consta su supuesta propiedad, acompañado de un cerrajero, incluso de un abogado, y mucha naturalidad. Es el perfil del nuevo okupa en Sevilla.
La voz de alarma la han puesto los vecinos del barrio de Los Remedios donde una misma persona intentó, no una sola vez, ni dos ni tres, sino al menos en cuatro ocasiones en un mismo día ocupar pisos que están en estos momentos desocupados, logrando cambiar en, al menos, dos de ellos la cerradura, aunque finalmente, se logró revertir este intento de ocupación y las viviendas fueron recuperadas por sus moradores.
Todo sucedió el martes. Un individuo trajeado y “muy preparado”, según apuntan los afectados, se presentó en una comunidad de propietarios del citado barrio sevillano haciéndose pasar por un nuevo vecino cuando su verdadera intención era la de cambiar la cerradura a pisos vacíos para después ocuparlos con el fin o no, porque no se ha podido comprobar, de entregarlo a otras familias vulnerables para su instalación en el mismo previo pago de alguna cantidad de dinero pactado.
Pero con esta finalidad, o cualquier otra, lo cierto es que el protagonista de este suceso, que ha levantado la alarma entre el vecindario, lo tenía todo planeado. Seleccionó los bloques de viviendas en las que iba a intentar entrar, portando incluso una lista con los pisos elegidos. Su primer objetivo fue el Edificio Presidente.
Allí acudió con un cerrajero, al que había ocultado cuales eran sus verdaderas pretensiones, según sospechan los vecinos, portaba una carpeta con documentación, entre ellos unas falsas escrituras firmadas ante notario, y se personó en distintos portales, manifestando que era el nuevo propietario de una de las viviendas, para, a continuación, cambiar la cerradura de los pisos previamente seleccionados por estar desocupados en ese momento para acceder a su interior con la intención de ocuparlo.
Ahora, este individuo se encuentra detenido, tras la intervención policial que fue requerida por los vecinos, según consta en la circular que el administrador de fincas de Consucasa, Jesús Chito, que gestiona esta urbanización, envió a la comunidad de propietarios y confirmó ayer a este medio.
Sara es una de las vecinas que fue testigo de este insólito incidente en uno de los bloques de este edificio. En declaraciones a este periódico, cuenta que se encontró el martes al portero de su bloque y al verlo muy alterado le preguntó qué le pasaba. El hombre el contó cómo había parado a un individuo que, alegando que acababa de comprar un piso en la sexta planta, venía acompañado de un cerrajero para cambiar la cerradura de la puerta. “Nuestro portero nos conoce a todos y se extrañó de que la propietaria del piso en cuestión lo hubiera vendido sin que se hubiera enterado”, relata la mujer.
En este caso, todo quedó en el intento porque cuando el portero les pidió que llamaran a la supuesta vendedora para corroborar que lo que le estaban contando era verdad, el okupa desistió y dijo que volvería más tarde, pero nunca lo hizo.
Sin embargo, y pese a esa primera detención, el hombre volvió actuar. No se fue muy lejos. Al edificio de pisos de enfrente. En este caso, en la calle Asunción, donde algunos testigos han relatado haber sido víctimas de un episodio casi idéntico, con la presencia de un cerrajero, acompañado de otras dos personas más que portaban una carpeta con documentos. Igualmente, al ser sorprendidos cambiando la cerradura de una vivienda y cuestionados por los vecinos ante tal pericia, no dudaron en argumentar, con toda naturalidad, que se trataban de los nuevos propietarios.
Lo mismo le sucedió a Francisco, en otro bloque de la misma calle. Fue alertado por un vecino del intento de ocupación de su piso bajo el argumento de una supuesta compra, pero su versión desmontó toda esta historia, y, aunque se desplazó rápidamente hasta la vivienda en cuestión, cuando llegó ya se había cambiado la cerradura, lo cual implicó una actuación de la Policía, aunque, finalmente fue el propio Francisco quien derribó la puerta y pudo comprobar que, pese a todo, el piso no había sido aún ocupado, entrando en una discusión con los okupas, que seguían presentes en el edificio, incluso, acompañados de un abogado.
Cuenta que lo que le sucedió es digno de “ciencia ficción”. Al personarse e identificarse como el dueño del piso al que acababan de cambiar la cerradura, asegura que fue él quien tuvo que demostrar con sus propias escrituras que era el verdadero propietario. “Yo salí corriendo, no llevaba papeles encima, y al llegar me dijeron los policías que el único que tenía documentos y escrituras, que eran falsas, era el okupa”, lamenta y detalla que, finalmente, este individuo le dejó ir, acusado de un “delito sin especificar”, y un juez ha archivado el caso por falta de pruebas.
“No nos vamos a quedar aquí, vamos a aportar todo lo que haga falta para que se reabra la investigación y esto no vuelva a ocurrir”, apostilla entre la indignación y la incredulidad de la “inacción” y la “impunidad” de este tipo de acciones.
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