Las obras vuelven a la parroquia de San Vicente de Sevilla
La Hermanad de las Penas promueve esta intervención en las portadas y unas de las cubiertas que cuenta con un presupuesto de 55.311 euros
Suciedad, vegetación parásita y depósitos orgánicos, arenización de la piedra, fisuras y oquedades, pérdida de mortero, materiales poco adecuados o pérdidas de volumen. Estas son algunas de las patologías que presentan las portadas de la calle Cardenal Cisneros y de la plaza de Doña Teresa Enríquez de la parroquia de San Vicente Mártir. La Hermandad de las Penas promueve su restauración junto con la de cubierta inclinada sobre la nave del Evangelio, que presentan filtraciones de agua por roturas puntuales de tejas y fisurización del mortero. La intervención, firmada por el arquitecto Francisco Polo, cuenta con la colaboración de los técnicos especialistas en restauración de la empresa Dédalo Bienes Culturales S. L. por tratarse de un proyecto de conservación. La Gerencia de Urbanismo otorgó los permisos la semana pasada.
Durante once años, desde 1990 hasta 2001, la parroquia de San Vicente Mártir fue objeto de una rehabilitación integral. Sin embargo, como se recoge en el proyecto de intervención, pese a que la antigua portada principal, la de la calle San Vicente; y la de la Plaza de Doña Teresa Enríquez fueron restauradas, la de la calle Cardenal Cisneros "no fue tratada salvo lo necesario para instalar la puerta metálica, que actualmente presenta y que se propone sustituir por una de madera noble. Respecto a la portada de la Epístola "no se tiene constancia documental de intervenciones ejecutadas con anterioridad, aunque se observan materiales, como morteros de cal y árido y fragmentos de piedra, que delatan acciones puntuales propias de su mantenimiento". En el año 2001 sí se desarrolló "una reparación importante" en su parte interna para el montaje de la puerta metálica. Por ello, actualmente presenta signos de alteración propios del paso del tiempo y de la incompatibilidad de materiales en las partes más próximas a esta instalación.
La portada del Evangelio, hacia la plaza de Doña Teresa Enríquez, sí fue restaurada integralmente en 2001, recibiendo tratamientos de limpieza, consolidación, reintegración y protección final. "Sin embargo, la capacidad de los protectores se ha visto mermada con los años, desapareciendo con ello su función y floreciendo signos derivados de la acción de la humedad". Por ello, se hace necesaria la reposición de una protección hidrofugante para el exterior. Desde la restauración a la actualidad solo se ha realizado una limpieza y reparación de tejas de cubierta en 2012 y pintura de fachadas y reparaciones en chapitel de torre en 2017.
En el caso de la cubierta, la principal patológica detectada tiene su origen en la entrada de agua por filtración por roturas puntuales de tejas y fisuración del mortero del emboquillado de las tejas contra el hastial. "La entrada de agua provoca un deterioro de la viguería de madera, actualmente no afectada pero que de seguir así podría llegar a producirse, además de producirse un arrastre de finos hacia el interior de los morteros de cal de agarre de las tejas".
Por su parte, las patologías detectada en ambas portadas tiene su origen en problemas derivados de su
exposición continua a los agentes ambientales al encontrarse a la intemperie, unidos a otros problemas de
filtraciones y humedad por capilaridad en puntos singulares. "Esta problemática se ve, sin duda, acrecentada por el agotamiento de las capacidades de soluciones aportadas en anteriores restauraciones y por paso del tiempo que ha permitido su extensión y la proliferación de síntomas evidentes de deterioro como, por ejemplo, el crecimiento de biofilm".
La portada de la calle Cardenal Cisneros
La fachada de la calle Cardenal Cisneros cuenta con la portada de la Epístola, que hoy funciona como
acceso principal al templo, aunque en el origen del templo ejercía como tal la que se encuentra a los pies de la nave. Como se explica en el proyecto, se trata de portada de piedra de un solo cuerpo estructurada en torno a un vano de medio punto flanqueado por sendas pilastras cajeadas con capiteles jónicos sobre los que se asienta el entablamento en cuyo friso se lee la inscripción: Domus Dei et Porta Coeli. Sobre la cornisa se asienta un frontón triangular en cuyo tímpano se muestra el altorrelieve de Dios Padre con la bola del mundo entre dos cabezas de ángeles. El frontón se remata en sus ángulos por copetes con flores.
La portada presenta lesiones por:
- Suciedad superficial: está cubierta por una densa capa formada por polvo ensuspensión y suciedad que se ha asentado sobre la superficie erosionada y el biofilm existente en la piedra, lo que favorece su adherencia. "La suciedad no sólo retiene la humedad y favorece su acción negativa, sino que además enmascara las propiedades físicas y estéticas de la piedra ofreciendo un aspecto degradado, poco acorde con su monumentalidad y enmascara sus características artísticas debido al oscurecimiento generalizado".
- Biodeterioro por vegetación parásita y depósitos orgánicos: Se aprecia una extensa biopelícula conpresencia de moho, microvegetación y plantas que son resultado de la humedad existente en la piedra.Esta colonización no sólo supone un daño estético, sino que produce la erosión de los sillares. Lassuperficies pétreas se pueden considerar como un sustrato donde se asientan distintas comunidades,sobre todo cuando no se efectúan trabajos de limpieza y mantenimiento, ni se controla el crecimiento con algún tipo de biocida.
- Disgregación/arenización. Se trata de una alteración deformativa producida por la cristalización desales. Se manifiesta en la disminución de la adhesión de los componentes estructurales de la piedra(descohesión), lo que implica un debilitamiento de sus características mecánicas. Los poros ymicrofisuraciones observadas son la muestra de cambios internos que se están produciendo en losbloques señalados. Las zonas afectadas pueden distinguirse por el ablandamiendo de sus formas,presentando puntos pulverulentos y granulosos.
- Fisuraciones y oquedades. Grietas, huecos y aperturas lineales manifestadas en la discontinuidad de lapiedra, produciéndose una separación en distintas partes.
- Pérdida de mortero en las juntas. Es una de las patologías más frecuentes en edificaciones patrimoniales. Se trata del mal estado que presenta el mortero al perder su poder de adherencia por lafalta de cohesión interna y, consecuente, por la escasa adherencia a los sillares. Es un problema asociado a la humedad, favorece las filtraciones y el desarrollo de biodeterioro.
- Reparación con mortero de cemento (portland). Se han detectado faltas de material subsanadascon cemento, un material no afín a las características petrofísicas de la obra, que conlleva otrasalteraciones por la aportación de sales y tensión. Además, supone un daño estético, pues su apariencia y acabado no es acorde con el conjunto.
- Presencia de materiales incompatibles. Entre el marco metálico de la puerta y la portada existe unalínea de unión sellada con mortero de cal, cuya composición, al estar en contacto directo con el marcofavorece la oxidación del metal. El mortero además se encuentra fragmentado.
- Perdida de volúmenes. Debido al empuje del metal oxidado del marco de la puerta en su parte inferiory favorecido por las filtraciones de humedad, parte del sillar de inferior del acceso se desprendió. Losfragmentos se encuentran en buen estado y depositado en dependencias de la parroquia para serrestituidos en la restauración. Se trata de la laguna volumétrica más importante de la portada, quepresenta pequeñas perdidas de escasa notoriedad que no impiden la lectura correcta de este elemento.
La portada de la Plaza de Doña Teresa Enríquez
La fachada de la plaza Doña Teresa Enríquez, es la que muestra más diferencias estructurales de todas, según el pliego. Respecto a la portada, está realizada en ladrillo, se adelanta del muro y se conforma a partir de un vano de medio punto flanqueado por pilastras sobre el que descansa un entablamento cubierto por un plano inclinado. Fue restaurada en el año 2001.
Sus lesiones son las siguientes:
- Suciedad superficial. Presencia de polvo evidente principalmente en salientes y huecos, así como en laszonas inferiores.
- Ataque biológico-vegetal. Se encuentra una pátina oscurecida (alteración cromática - ennegrecimiento)formada por microvegetación y hongos. Es uniforme, de escaso espesor y muy reducida y puntual. Estas colonizaciones están relacionadas con las escorrentías de agua y con la cantidad de luz solar o sombra que reciben diariamente. A tenor de lo expuesto, se concluye que el estado general de la portada de la Epístola es deficiente, "pues presenta signos de alteración preocupantes que van encaminados a concluir en fragmentaciones y desprendimientos". En la zona inferior se advierten de manera más notoria estos signos, que parece estar favorecidos por la oxidación metálica del marco.
En la portada del Evangelio "la aparición de ennegrecimientos y escorrentías evidencian que la protección hidrófuga aplicada en 2001 ya no ejerce su función, por lo que los condicionantes ambientales ya inciden directamente sobre su superficie".
En ambos casos se hace necesaria una intervención con carácter de restauración integral (portada de la
Epístola) y de mantenimiento o preventiva (portada del Evangelio). La primera tiene por objeto la
recuperación total de las características estéticas y físicas de la portada, para que mantenga su función
como acceso con plena seguridad y firmeza en todos sus componentes. La segunda es una intervención
encaminada a la reposición de una solución hidrofugante perdida para que se mantenga en perfecto
estado de conservación. En el caso de la portada de la Epístola se propone la sustitución de la puerta
metálica por nueva puerta de madera más acorde al valor patrimonial del inmueble y a las características
de compatibilidad con los elementos pétreos.
En el caso de la cubierta con filtraciones se hace evidente la necesidad de reparar las mismas para impedir
la afección a la viguería de madera y para el correcto uso con estanqueidad en el interior. Una sencilla
reparación de las tejas rotas o con falta de fijación, así como un correcto revestimiento del tramo de muro
sobre el que acomete la parte alta del faldón lateral, serán suficientes para recuperar la estanqueidad.
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