La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche también amenazada por el confort
Un proyecto para asegurar y preservar los restos de esta antigua torre defensiva de la época islámica, convertida luego en molino de harina. El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente y la delegación de patrimonio actuará próximamente sobre los restos del conocido como Molino de la Torre Blanca, situado en el interior del Parque del Guadaíra, cerca del límite oriental del mismo, en las inmediaciones del nudo de carreteras entre la SE-30 y la A-376 que une Sevilla con Utrera.
El proyecto, que ha obtuvo el dictamen favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico el pasado 19 de mayo, va dirigido a devolver a este bien patrimonial las necesarias condiciones de seguridad, tanto para el propio edificio como de cara a evitar posibles intrusiones en el mismo. Según ha informado el Ayuntamiento, "se trata de medidas de carácter urgente y provisional, respetuosas con el valor patrimonial, y previas a un futuro proyecto de restauración integral". El presupuesto de la actuación es de 11.000 euros y la duración de los trabajos es de un mes.
"Esta intervención se enmarca dentro de la línea de trabajo definida por el nuevo Plan Director de Patrimonio que está ya culminado y pendiente de su aprobación. Es una actuación de carácter urgente y que próximamente debe dar lugar a un proyecto más amplio para la recuperación siguiendo la planificación realizada de acuerdo con criterios técnicos y académicos", ha explicado el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz.
Según recoge el proyecto, en primer lugar se tabicarán los huecos existentes en la planta baja para impedir el acceso a la torre. Asimismo, se adoptarán medidas tendentes a eliminar el riesgo de caídas que consistirán en un cimbrado de los huecos a modo de apuntalamiento de los mismos mediante la colocación de mallas de protección. Respecto al hueco central que presenta la bóveda de la planta primera, se ejecutará una plataforma con ligeros anclajes en el suelo para su mantenimiento en su posición correcta. En cuanto a la intervención en las fachadas y cubiertas, se limitará a la eliminación de toda la vegetación que existe actualmente, la consolidación de aquellos elementos que presenten riesgos de desprendimientos y, el cierre de los mechinales que han quedado sin protección.
El Molino de la Torre Blanca es una pequeña torre defensiva cuyos orígenes se remontan al periodo andalusí. El empleo combinado de fábrica de ladrillo y tapial, el tipo de bóveda, los arcos apuntados en vanos y hornacina de apoyo de la escalera, y las ménsulas para ladroneras, la sitúan en un modelo militar ampliamente extendido por la provincia de Sevilla, y en general por el Bajo Guadalquivir durante el siglo XIV.
A la torre defensiva se encontraba adosada un molino, que aprovechaba para su funcionamiento la fuerza del agua de un meandro del Guadaíra que discurría en sus inmediaciones. Sus restos constituyen uno de los pocos de este tipo de elementos que aún se conservan en Sevilla. Declarado Bien de Interés Cultural, este elemento fue incluido en 2006 en el Catálogo de Protección Arqueológica del PGOU como yacimiento y posteriormente en 2019 en el Catálogo Periférico de Protección del PGOU.
Se trata de una construcción de planta regular con dos plantas de altura, con una sala en cada planta y con una escalera interior de acceso a la planta segunda y cubierta. Carece de cualquier medida que impida el acceso incontrolado en su interior presentando claros riesgos de caídas en su interior a distinto nivel.
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