Las obras para ampliar el aeropuerto de Sevilla comenzarán antes de verano

La mejora del aeropuerto de Sevilla comenzará antes del próximo verano. Aena invertirá 61,6 millones de euros en unos trabajos que supondrán la ampliación de la terminal y que estarán acabados para 2022. Más de dos años de obras que se dividirán en varias fases. La intervención contempla una actuación en la pista de vuelo, que obligará a reducir el horario de operaciones.

Se trata de la obra más ambiciosa que se acometerá en el aeródromo hispalense desde las vísperas de la Expo'92, cuando fue objeto de una profunda remodelación. Los tres ámbitos de actuación son el edificio terminal, la pista de vuelo y la central eléctrica. Como ha explicado este viernes el director de San Pablo, Jesús Caballero, la intención de este proyecto es ofrecer al pasajero "la mejor experiencia posible" y atender a las peticiones de las compañías aéreas.

La intervención de mayor envergadura se llevará a cabo en la terminal, que incrementará su superficie un 42%. En ella se redistribuirán los espacios, que serán dotados de nuevos medios para agilizar los distintos procesos que acoge: facturación, filtro de pasajeros, embarque y desembarque, control de pasaportes y recogida de equipajes.

Con esta actuación aumentará la capacidad de acogida de pasajeros que tiene el mencionado edificio, que pasará de los siete millones de viajeros actuales a los diez. Debido al mayor peso que está adquiriendo los últimos años el tráfico internacional (de un 38% a un 50% en un lustro), se instalará un área específica para atender este tipo de vuelos.

La remodelación de la terminal comenzará a finales de este semestre y se dividirá en siete fases. Algunas ya han comenzado como la ampliación del filtro de pasajeros (el trámite que mayor incomodidad provoca), la nueva puerta de embarque con un comunicación vertical (el acceso por escaleras a la pista), el nuevo centro de coordinación aeroportuaria y la nueva sala de aviación ejecutiva.

Respecto a la pista de vuelo, se procederá a un recrecido de la misma, con una nueva capa de entre cinco y diez centímetros de grosor, que en las cabeceras llegará a los 60. Se mejorarán también las redes de drenaje y se colocarán nuevas balizas (unas 900) y señalización horizontal.

Este proyecto se acometerá en cinco fases y por la noche (la mayoría de los trabajos se ejecutarán el próximo verano para evitar los meses de niebla). Las obras afectarán al tiempo habitual para despegue y aterrizaje, que acabarán a las doce de la noche, en lugar de la una de la madrugada. Esta alteración ya ha sido acordada con las aerolíneas, que han reprogramado sus vuelos.

El último apartado de este ambicioso proyecto concierne a la central eléctrica, cuya remodelación permitirá atender una mayor demanda de consumo de electricidad, acorde con el crecimiento previsto en San Pablo. Para ello, se construirá un almacén de 200 metros cuadrados. Se sustituirá el alumbrado de la central por luminarias led y se renovará el cableado. En una segunda fase se ampliará la potencia, capacitada para suministrar a más de 15.000 hogares.

El desarrollo de todos estos trabajos vendrá acompañado de un minucioso plan de coordinación, con el fin de que las obras no afecten o, en caso de hacerlo lo hagan lo más mínimo, a la actividad habitual del aeródromo hispalense. Uno de los objetivos que se persigue es tener en todo momento informado a los pasajeros sobre el desarrollo de dichas actuaciones, para lo que se colocarán pantallas con contenido sobre las mismas y se hará uso de la "realidad aumentada", a través de marcadores instalados en los cerramientos de las obras en los que se podrá descargar en los teléfonos móviles el resultado y nuevo aspecto que tendrán las distintas instalaciones tras su remodelación.